Proyecto procura contribuir a mitigar cambio climático

La producción de carne vacuna aumenta en casi todos los predios, sostiene el informe.

En el marco de la XV Reunión de la Comisión de Desarrollo Ganadero para América Latina y el Caribe (Codegalac), Cecilia Jones, directora del Proyecto Ganadería y Clima-MGAP, expuso algunas de las lecciones aprendidas y desafíos del proyecto Ganadería y Clima. Jones explicó que el objetivo del proyecto es promover el aumento sostenible de la productividad, el ingreso en la producción ganadera, y a la vez contribuir a mitigar el cambio climático, restaurar tierras degradadas en el campo natural y mejorar la resiliencia de los sistemas, a través de un proceso de coinnovación, con enfoque de género.

Señaló además que “una proporción importante de productores continúa aplicando enfoques de gestión ganadera que generan retornos económicos insuficientes, presión sobre el ecosistema, sus reservas de carbono y su biodiversidad, tienen alta vulnerabilidad a eventos climáticos adversos y derivan en degradación de tierras y emisiones de GEI innecesarias”.
“Distintas experiencias recientes, a escala comercial, y resultados de investigaciones nacionales, muestran que hay trayectorias tecnológicas capaces de aumentar la productividad del pastizal natural en forma notable. En clave de adaptación a la variabilidad y el cambio climático, la propuesta tecnológica posibilita aprovechar los períodos de clima favorable y minimizar los impactos negativos durante los períodos de déficit hídrico prolongado”, agregó.

Puntualiza también que “la promoción del incremento de la productividad primaria del pastizal natural y acompasar los requerimientos energéticos del rodeo con la curva estacional de producción de forraje, logra destinar mayor parte de la energía consumida hacia la producción de carne en lugar de mantenimiento. Asimismo, destacó la necesidad de un correcto manejo del campo natural y evitar el sobrepastoreo, que implica una menor productividad de pasto y de carne por hectárea, erosión del suelo, pérdida de materia orgánica, degradación de la biodiversidad y otros servicios ecosistémicos. Un manejo adecuado de la presión de pastoreo podría permitir recuperar el pastizal natural, el suelo, la biodiversidad y la resiliencia”.

El proyecto adopta el enfoque de coinnovación que ha sido aplicado con éxito en Uruguay durante varios proyectos participativos de innovación en sistemas familiares de producción tales como horticultura, horticultura-ganadería y ganadería.
Estudios nacionales encontraron que en establecimientos familiares criadores de ganado, la participación activa de la mujer en las actividades y decisiones productivas, es un factor dinamizador que propicia las innovaciones prediales.

En general los resultados de la caracterización de la situación inicial de los sistemas productivos muestran importantes oportunidades de mejora. Las proyecciones de impacto que surgen de los planes de rediseño prediales confirman la hipótesis de que existe una brecha importante entre la performance actual y la posible en la mayoría de los sistemas de producción ganaderos basados en pastizales naturales. En este sentido, Jones informó que “se proyectan mejoras importantes en la mayoría de los indicadores económico-productivos: 83 y 95% de incremento promedio del INF por hectárea y predial, respectivamente, obtenidos con solo 2% de aumento promedio en los costos totales por hectárea; 29 y 43% de incremento en el ingreso bruto total y vacuno por hectárea, respectivamente”.

“La producción de carne vacuna aumenta en casi todos los predios, 46% en promedio. En 29 predios en los que la producción ovina es relevante, se duplica en promedio la producción de carne ovina.
En promedio el porcentaje de destete aumenta 13 puntos porcentuales, 26 kilos el peso de los terneros y terneras al destete, y 42 los kilos de ternero destetado por vaca entorada.
También se proyecta un incremento en la altura del pasto promedio, producción de pasto y asignación de forraje (sin proyecciones cuantitativas), que son el sustento del cambio en los indicadores económico-productivos”, afirmó.

En relación a esto Jones explicó que “en la línea de base se ha encontrado una importante variación en las estimaciones de las emisiones de gases de efecto invernadero, tanto por hectárea como por kilo de carne producida. Las mejoras en la altura de pasto, mejora en los porcentajes de preñez, peso al destete y producción de carne por hectárea proyectadas redundarán además en una disminución en las emisiones de GEI por kilo de carne producido y una potencial restauración de tierras degradadas, debido a su mejor manejo”.

“En los 4 predios con los que se cuenta con resultados preliminares del primer año de trabajo se constató que se han reducido notoriamente (hasta en un 25%) sus emisiones, relativas y totales en los 4 casos, mientras que aumentó la productividad al mismo tiempo”, concluyó.