Cuando se produce el recambio generacional con Gonzalo y Fernando el escritorio “fue un fuego”

En el año 1971 con 10 años de edad, Gustavo “Socho” Meyer comenzó a repartir boletas en las ferias ganaderas, ya que vivía en el predio de la Sociedad Rural de Río Negro –2 kilómetros al norte de la ciudad de Young–, “porque mi padre era el capataz de la rural”, recuerda.

“Un día, me van a buscar porque faltó el que las repartía en el local, y ahí empecé yo a trabajar”. De todas maneras, precisó que trabajó en los primeros años y siendo un niño y después adolescente con varias firmas rematadoras que hacían ferias ganaderas en ese local de remates, y también subastas de cabañas.

En el año 1984, “Socho” recuerda que participó de los dos remates más grandes que ha estado presente “en mis años trabajando en negocios rurales”. El 29 y 30 de setiembre de ese año, la firma Bentancor y Cía. realizó un remate con la liquidación total de estancia “La Castilla”, y al mes siguiente, el 30 y 31 de octubre la liquidación total de todos los planteles pedigrí de “Don Esteban”, considerada “la cabaña PI con reproductores inscriptos, más grande del mundo.

A partir de ahí, en noviembre del 84, Meyer comienza a trabajar permanentemente en la firma Bentancor y Cía. Cuando la misma se disuelve años después, permanece en Indarte – Etchebarne, y luego Indarte y Cía. Más allá de los cambios, desde el 84 siempre trabajó con Horacio “Barón” Indarte y posteriormente con sus hijos Gonzalo y Fernando.

Subraya que el recambio generacional de la firma, con el nombre de Indarte y Cía. en el año 1996, “como toda savia nueva, fue un volcán. Gonzalo con su energía de muchacho joven y toda su pujanza, y habiendo tenido un entrenamiento previo, con su padre, Horacio y su padrino que era Noel Etchebarne, empezó muy bien, convirtiéndola con Fernando en una firma muy importante y poderosa, y los años me están dando la razón”. Primero la firma era más regional y luego se comenzó a expandir, y el quiebre definitivo fue la fiebre aftosa, que determinaron que cambiara la forma de realizar los remates, comenzando los remates por pantalla, que llevaron al escritorio a expandirse de una forma importante en el país.

RELACIONAMIENTO

“El conocimiento con ambos era de antes de comenzar a trabajar en el escritorio”, dice “Socho” sobre Gonzalo y Fernando. “Ellos ya venían a la firma cuando eran gurises. Teníamos una diferencia de edad y ellos venían desde niños”. “Obviamente después cambió el rol, pero ellos se basaban mucho en nosotros, porque la experiencia nuestra era superior a lo que ellos sabían”, explica. “Siempre el relacionamiento fue bueno, pero se mantenía la distancia porque ellos habían pasado a ser los patrones, y eso lo teníamos muy claro”.

“Pero estaba aquello de que los conocíamos de antes. No era como puede suceder en algunas empresas que llega una persona y no se quién es. Con Gonzalo y Fernando teníamos la distancia de patrón, pero con un chiste o broma que siempre existió, y sin ser una relación rígida”.

Para Meyer eso también queda en evidencia en la actualidad. Ya no integra la firma, lo cual dejó para trabajar en la Intendencia de Río Negro, pero cada vez que se realiza un remate por parte de Indarte y Cía., ahí está para dar una mano.
“Y cuesta despegarse”, explica el entrevistado. “Si bien tuve que tomar una decisión en el año 2005 cuando me fui de la firma para entrar a la intendencia porque además tenía un compromiso asumido con el intendente electo en ese momento, Omar Lafluf, pero me costó montones deslindarme, porque hoy veo un remate por pantalla y me siento para mirarlo, porque no me pude despegar más de eso”.