El remozado Estadio Centenario volvió a recibir futbol local anoche cuando se enfrentaban Peñarol y Plaza Colonia, el primero por levantar la copa, el segundo por estirar sus chances a dos partidos más.
Cada uno con sus formas, manteniendo lo que demostraron durante todo el año.
Peñarol con velocidad, triangulación, juego por las bandas y la frescura digna de la juventud que tiene desde su zona media en adelante.
Plaza Colonia con su juego algo más rustico, más lento pero que en la primera parte del año le permitió ser el mejor varias fechas antes de que finalizara el Apertura.
Los primeros 30’ el partido fue con un Peñarol buscando de forma constante llegar al arco de Mel,e haciendo que la pelota fuese de un lado a otro desde Cepellini, Torres y Canobbio usando como faro a Álvarez Martínez, de gran performance. Por el lado de Plaza, esperando con línea de fondo con cinco hombres y utilizando el corte como herramienta principal.
El partido no se abría, aunque con ideas todo se volvía demasiado pausado, poco atractivo. A los 36’ jugada dentro del área de Dawson que dos minutos después que ésta sucediera el árbitro marcó penal para Plaza Colonia, que López transforma en gol y el Centenario enmudecía.
Para el aurinegro fue una inyección anímica y cuatro minutos después, con un toque sutil de Álvarez Martínez, uno de los mejores exponentes de la noche en Peñarol, Torres ingresa al área conecta y era el empate 1 a 1. Ya en el segundo tiempo, Peñarol decidido a abultar el score tuvo muchas chances pero no lograría eficacia a la hora de marcar en el arco rival.
El equipo de Espinel en cambio no generó chances que incomodaran a Dawson, situación cuasi repetida durante todo el encuentro. n el alargue llegaron cambios pero en los 30 minutos la paridad fue inamovible.
A la hora de los penales, cada quien hizo lo suyo y fue Nicolás Gaitán, una de las apuestas fuertes de Peñarol, quien apareció en el momento exacto, cerró la historia dándole un nuevo título al aurinegro.
