Caídas de las personas mayores, consecuencias y estadísticas

Las lesiones por caídas, dentro o fuera del hogar, provocan desde contusiones, fracturas de caderas o traumatismos craneoencefálicos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define las caídas como “acontecimientos involuntarios que hacen perder el equilibrio y dar con el cuerpo en tierra u otra superficie firme que lo detenga”.

Cuando ocurre con las personas mayores, se transforma en una señal de alerta y es necesario conocer sus causas, así como evaluar las consecuencias que pueden ser discapacidades transitorias o permanentes.
La edad, es sí misma, encierra un factor de riesgo preponderante y su incidencia aumenta progresivamente con los años. Las fracturas o heridas de gravedad, prosiguen al hecho que le genera en su estado emocional, la dificultad para levantarse del suelo y posteriores complicaciones como deshidratación, hipotermia, descontrol de los esfínteres o neumonía.

La mayoría de las personas mayores se caen en sus propios hogares, es decir que las principales causas se encuentran en su entorno y en horas del día, cuando aumenta la actividad. Sin embargo, hay que tener en cuenta el horario nocturno, en tanto se trata de personas que necesitan levantarse a la noche por consumir medicamentos específicos que aumentan las ganas de orinar o de dormir, por lo que disminuyen sus reflejos y sentido de ubicación dentro de la habitación.

Datos y cifras

El doctor Marcelo Luaces, integrante del equipo técnico de Atención de Alzheimer Paysandú (ADAP), señaló a Pasividades que “las caídas son la segunda causa mundial de muerte por traumatismos involuntarios. Se calcula que anualmente fallecen en todo el mundo unas 684.000 personas debido a caídas y que más de un 80% de ellas se registran en países de ingresos medianos y bajos. Los mayores de 60 años son quienes sufren más caídas mortales y cada año se producen más de 37 millones de caídas cuya gravedad requiere atención médica”.

Explicó que “las estrategias preventivas deben hacer hincapié en la educación, la capacitación, la creación de entornos más seguros, la priorización de la investigación relacionada con las caídas y el establecimiento de políticas eficaces para reducir los riesgos”.

Causas

Los factores de riesgo de las caídas pueden ser intrínsecos o extrínsecos, pero en su mayoría resultan los más comunes.
“Las intrínsecas son de tipo fisiológico, o propias del envejecimiento. Es la pérdida de masa muscular, lo que le ocurre a todas las personas con la edad, la disminución de la percepción de sensibilidad profunda, una reducción de rango articular, especialmente en los tobillos y problemas de visión”. Además, “son de tipo patológico, es decir, enfermedades que favorecen las caídas”.

“En este caso podemos mencionar, la enfermedad de Parkinson, alteraciones de la visión, secuelas de un accidente vascular cerebral, demencia, déficit de algunas vitaminas, patologías que puedan afectar el equilibrio, arritmias, hipotensión ortostática o baja de la presión arterial al ponerse de pie”.
Entre las causas extrínsecas, se encuentra el consumo de medicamentos que se asocian a mayor riesgo de caídas, “como los antihipertensivos –utilizados para bajar la presión arterial–, diuréticos, tranquilizantes, antidepresivos o inductores de sueño”. En este aspecto, es necesario incluir las “condiciones ambientales que favorecen estos accidentes, como las alfombras sueltas, una iluminación insuficiente, objetos o cables en los pasillos y el piso en mal estado”.

Factores de riesgo

Luaces explicó que “aunque las caídas pueden causar traumatismos a todas las personas, la edad, el sexo y el estado de salud pueden influir en su tipo y su gravedad”.

La edad es uno de los principales factores de riesgo de sufrir caídas. “Los ancianos son quienes corren mayor riesgo de morir y de sufrir lesiones, y el riesgo en este grupo aumenta con la edad. En Estados Unidos, de un 20% a un 30% de las personas mayores que se caen sufren lesiones de moderadas a graves, tales como contusiones, fracturas de cadera y traumatismos craneoencefálicos. La magnitud del riesgo puede depender, al menos en parte, de los trastornos físicos, sensitivos y cognitivos relacionados con el envejecimiento, así como de la falta de adaptación del entorno a las necesidades de la población de edad avanzada”. En este caso, “ambos sexos corren riesgo de sufrir caídas en todos los grupos etarios y todas las regiones”.

Prevención

Luaces aseguró que “hay numerosas intervenciones para prevenir las caídas durante todo el curso de la vida. Considerando que en las caídas influyen factores físicos y externos, es importante tomar medidas en ambos ámbitos. En primer lugar, es necesario hacer ejercicio, fundamentalmente aquellos que mejoran el equilibrio, como el Tai-Chí, y los que aumentan la fuerza muscular. De todas formas, la marcha de 30 minutos diarios es siempre recomendable”.

Además, “es clave corregir aquellos problemas físicos que aumentan el riesgo de caídas, por lo tanto, cuando corresponda, se debe mejorar la agudeza visual con lentes o cirugía, si está indicada. Reducir al máximo posible los medicamentos, tratar la hipotensión ortostática, y normalizar los niveles de vitamina B12 y vitamina D, ya que su carencia puede producir problemas de fatiga y pérdida de equilibrio”.