Las precipitaciones registradas en el litoral norte del país fueron muy beneficiosas para los cultivos de verano, pero indudablemente que “el agua del mes de febrero será clave para la floración de la soja”, señaló a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Luis Simean, gerente de la Cooperativa Agraria Nacional (Copagran), filial Paysandú.
“Veníamos de un mes de diciembre pensando si se concretaría la intención de siembra debido al déficit hídrico, que impidió sembrar soja tras la cosecha de los cultivos de invierno, sobre en todo lo que quedaba para sembrar de soja de segunda”, explicó el profesional sanducero, aclarando que “muchos productores aguardaron a último momento o aprovechaban algún episodio de lluvia muy aislado que se daba en diciembre”.
Hoy al pasar raya, “podemos confirmar que se sembró prácticamente toda la intención de siembra que había para cultivos de verano. Tal vez quedaron entre 300 y 400 hectáreas sin sembrar por productores que no se animaron, por lo que más del 95% del área está sembrada, y en buenas condiciones”, dijo.
Si bien los cultivos sufrieron mucho por la seca y especialmente por esos días de altas temperaturas y sol muy intenso de la primera quincena de enero, “las últimas lluvias vinieron muy bien y todos los cultivos se han recuperado y hoy están en muy buenas condiciones, con un potencial de rendimiento intacto para lo que queda del resto del ciclo del cultivo, que es clave de acá para adelante”, precisó Simean.
Entiende que el agua del mes de febrero será clave para la floración del cultivo. “Conversando con productores nos dicen que preferimos que la soja sufra en diciembre y enero, que le cueste implantarse y le cueste desarrollarse, pero que no le falte el agua cuando vienen las etapas reproductivas”.
Expresó que estas lluvias “vienen muy bien porque le permiten al cultivo entrar en la fase reproductiva con buen desarrollo y sin estrés, pero de acá para adelante será fundamental que no se corten estos episodios de lluvias, que no restrinja la floración primero, que no provoque abortos de chauchas y que permita un buen llenado de grano”.
Simean estableció que “se debe hilar fino para tomar decisiciones, porque los costos para producir están muy altos”. Se refirió también a los costos de las rentas. “Pero esta coyuntura de precios con la soja nuevamente por encima de los U$S 500 la tonelada puesta en Nueva Palmira, ayuda a tomar las decisiones de ahí para adelante”.
Girasol
El girasol se está realizando en base al plan que tiene Copagran, “con un contrato establecido claramente y una fórmula de precio atada al valor de la soja en la Cámara Mercantil de Productos del País, que indica que sube la soja y sube el girasol”.
Hoy el precio es considerado por Simean como “muy bueno, y la ecuación agrícola del girasol es interesante. Los cultivos están bien implantados y buen desarrollo, prácticamente en la mayoría de los casos cerrando la floración”, dijo el técnico.
Consideró que “es bastante más resistente a la sequía que el resto de los cultivos de verano, adaptándose muy bien a las condiciones de estrés hídrico y le puede generar en contra un exceso de lluvias, especialmente de acá para adelante, que es cuando empieza el llenado y secado de grano”.
MAIZ
Sobre el maíz manifestó que seguramente “sea de los más afectados por los rendimientos, en aquellos casos de cultivos en donde la floración incidió en ese período de estrés calórico e hídrico severo que tuvimos prácticamente desde mediados de diciembre a mediados de enero”.
Los cultivos que cayeron con su período de floración en esa fecha “son los más afectados”, enfatizó, pero aclaró que no es general la situación”.
Sorgo
Respecto al sorgo, indicó que “es de las alternativas de verano que ha quedado más relegada”. Sostiene que “estamos en una coyuntura agrícola como hace mucho tiempo no se daba, con un montón de alternativas, tanto para invierno como verano”.
En cultivos de verano “la soja sigue siendo la vedette, pero ha surgido el girasol, ha crecido mucho el área de maíz y sigue estando la alternativa del sorgo, pero este último ha quedo más relegado, sobre todo por las coyunturas de precios que tienen las otras opciones de verano”.
“Hay productores que siembran sorgo para cumplir la fase de gramíneas en la rotación por los Planes de Uso y Manejo de Suelos, pero quedó para atrás, a pesar de la seguridad comercial que brinda el contrato de ALUR”, acotó.
