No lo estamos frenando

Con el comienzo del nuevo año varias agencias e institutos científicos comenzaron a publicar datos de sus registros en materia climática referidos al 2021, y lo que se ha conocido hasta ahora no es para nada alentador en materia de cambio climático.

Podría pensarse que no hace falta ver esos números, que con el enorme incendio forestal que vivimos en el departamento semanas atrás, y fenómenos como el que se aprecia por estos días en el Queguay, la pesistente bajante del paterno y los desbordes en los desagües pluviales en Montevideo ya tuvimos bastantes muestras, pero no, los datos están ahí para darnos una referencia de lo que ocurre en el mediano o el largo plazo, que es lo que importa realmente. Es que más allá de lo potencialmente destructivo de estos fenómenos puntuales, al tratarse de transformaciones a escala planetaria, lo que hay que considerar es la tendencia, por más que puntualmente en algún año se pueda registrar un pico. Es decir, a efectos de considerar que el cambio climático existe, no es tan importante que el año pasado se hayan roto tales o cuales récords de temperaturas máximas, sino el que estos récords se vengan batiendo regularmente en los últimos años. Y esto es precisamente lo que está ocurriendo. En los últimos siete años se han registrado las temperaturas promedio anuales más altas.

Por ejemplo, el servicio europeo de pronóstico del tiempo y el clima, Copernicus, dio a conocer que 2021 fue el quinto año más cálido registrado desde 1979. Esto lo confirmó pocos días después la agencia espacial estadounidense, NASA, que publicó que, usando la línea de referencia de 1951-1980, la temperatura promedio global de la superficie de la Tierra durante 2021 fue la sexta más cálida registrada, igualando a la de 2018.

Estos récords de temperatura también se están verificando en el mar. El promedio de temperatura del océano fue durante 2021 el mayor jamás registrado, aun en presencia del fenómeno de La Niña. Así lo publicó la revista científica Advances in Atmospheric Sciences el pasado 11 de enero.
En el caso de los océanos, el 2021 fue el primer año de la Década de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible (www.oceandecade.org), una iniciativa de las Naciones Unidas que se plantea una serie de desafíos, entre ellos (Desafío 1) “Comprender y vencer la contaminación marina”, (Desafío 2) “Proteger y restaurar los ecosistemas y la biodiversidad”, (Desafío 5) “Desbloquear las soluciones al cambio climático basadas en los océanos”. Pero también se propone como meta (Desafío 3) “Alimentar de forma sostenible a la población mundial”, (Desafío 4) “Desarrollar una economía oceánica sostenible y equitativa” o (Desafío 6) “Aumentar la resistencia de las comunidades a los peligros oceánicos”.

El asunto es que este primer año no cerró con buenas noticias, ya los océanos están más calientes que nunca. En la revista Science Advances se publicó un informe realizado por 23 investigadores de 14 institutos bajo el título “Otro récord: el calentamiento del océano continuó durante 2021 a pesar de La Niña (en inglés Another Record: Ocean Warming Continues through 2021 depite La Niña conditions). De hecho los récords de temperatura en el océano se vienen batiendo en forma consecutiva desde el 2016.

Los investigadores firmantes indican que han descubierto “que los 2.000 metros superiores en todos los océanos absorbieron la energía equivalente a 145 veces la electricidad generada en el año 2020”.

“El calor en el océano está aumentando sin descanso a nivel mundial, y este es un indicador principal del cambio climático inducido por el hombre”, señaló Kevin Trenberth, del Centro Nacional de Investigación Atmosférica en Colorado, uno de los responsables del informe.

Lijing Cheng, profesor asociado del Centro Internacional para el Clima y las Ciencias Ambientales, primer autor del estudio, agregó que “además de absorber calor, el océano también absorbe del 20% al 30% de las emisiones humanas de dióxido de carbono, lo que lleva a la acidificación del océano”. De esta forma el calentamiento oceánico “reduce la eficiencia de la absorción de carbono y deja libre más dióxido de carbono en el aire”. De allí que “la vigilancia y comprensión de la combinación de calor y carbono en el futuro es imprescindible para realizar un seguimiento de los objetivos de mitigación del cambio climático”, añadió.

El equipo de investigadores también ha vinculado estos fenómenos oceánicos con consecuencias en la atmósfera. “A medida que los océanos se calientan, el agua se expande y el nivel del mar aumenta. Los océanos más cálidos también sobrecargan los sistemas meteorológicos, creando tormentas y huracanes más poderosos, además de aumentar las precipitaciones y el riesgo de inundaciones”, afirmó Michael Mann, profesor de Ciencias Atmosféricas de la Universidad Estatal de Pensilvania. Agregó que “hasta que no alcancemos las cero emisiones netas ese calentamiento continuará y se seguirán produciendo nuevos récords de calor oceánico, tal y como pasó este año”.