Para divertirse en la playa

Y claro, no es para todos, pero quien posea un “buggy arenero” como el que presentamos, que aproveche, lo disfrute, se divierta en la playa y hasta haga “pinta” manejándolo.
Al margen de ello no se puede negar que el “aparato” se ve bien, atrae. Prolijo en sus detalles. Con una carrocería de fibra de vidrio de buen diseño.
Está impulsado por un motor Volkswagen, ubicado en popa, que se ajusta bien a las necesidades de potencia.
Tiene un techo de lona, el cual se instala por sobre las barras antivuelco, mientras que la parte posterior se apoya en dos parantes que se ubican por fuera del carrozado.
Posee un parabrisas rebatible, dos butacas en el habitáculo. Ruedas patonas, más anchas y grandes las traseras, un poco más chicas las delanteras. Dos focos adelante.
Está pintado en color blanco y sus desplazamientos resultan interesantes, con ese aire deportivo y “playero” que caracteriza a este tipo de vehículos.
El fotógrafo lo captó en su cámara allá en José Ignacio. Para disfrutarlo sin dudas.