Solicitada: ¿Cómo comienza la violencia de género?

Hablamos muchas veces de violencia de género pero no se pregunta cómo comienza, desde dónde comienza o por qué la violencia se da generación tras generación.
Todos los seres humanos venimos de un hogar. Son hogares de diferentes condiciones sociales, desde los más opulentos hasta los más humildes.
En todos los hogares se cuecen habas. Los niños, futuros hombres, las niñas futuras mujeres, ambos formarán algún día su hogar. Mientras tanto van viendo cómo es el desarrollo en su casa, cómo trata papá a mamá y viceversa.

Con esto no quiero decir que en el 100% de los hogares exista la violencia. Cito un ejemplo: mamá hace todas las tareas del hogar, papá muchas veces no lo reconoce. ¿Qué surge ahí? Discusión frente a los pequeños de la casa, términos verbales discriminatorios entre ambos.

Papá discute, se torna más grave, se van a la lucha física, desacato frente a los pequeños visibles y así va creciendo la generación escuchando insultos, viendo golpizas, viendo muertes, porque se genera odio y se llega muchas veces al femicidio.

La violencia verbal es un daño psicológico terrible, se da en ambos sexos. Tanto el hombre como la mujer lo sufren, es tan dañino como una golpiza.

Cuando hablamos de violencia de género muchas veces nos referimos a mujeres pero el hombre y el niño también es maltratado, aquí cuentan ambos sexos. Entonces, ¿por qué no corregir desde casa? Porque es cuando se está en pleno crecimiento emocional y en formación moral para nuestras vidas futuras.

La educación no sólo se da en la escuela. A su vez, a ella asisten para aprender a escribir y leer, además de incorporar diversas competencias y así van completando su desarrollo, su aprendizaje. Y muchas veces llevan a su escuela la violencia que han visto en sus casas. Ahí los maestros tratan de dar contención y corregir esa agresividad.

No podemos tolerar los dichos con palabras hirientes que conlleva a otras circunstancias más graves. No podemos permitir que se formen hombres y mujeres agresivos dando esos ejemplos desde casa. No podemos permitir que nuestros niños por vivir situaciones violentas entren en una depresión y terminen con su vida. No podemos seguir fomentando la violencia de género.

Si hacemos un esfuerzo para mejorar nuestra educación, crecerán personas sin llegar a la tan desgraciada violencia. Es la única salvación para el futuro de las familias.

Este es un tema que no lo soluciona ningún gobierno, es nuestra responsabilidad. La justicia podrá penalizar pero no solucionar.

La responsabilidad es nuestra. De esa manera no tendremos niños que acudan a las drogas para ocultar o sobrevivir al sufrimiento. Drogas que a corto plazo hacen que ese niño se convierta en violento, en delincuentes, en adolescentes agresivos sin reacción de su proceder.

Los jóvenes de hoy son el futuro, futuro cercano para muchos y para otros lamentablemente sin salida ya que esa crianza vivida los convierte en delincuentes, ladrones, femicidas. La reacción está en nuestros hogares y no importa el nivel social al cual pertenezca. Eduquemos para ayudar a exterminar esta pandemia que se llama violencia de género.

Adriana Uría
Edil Partido Nacional