“Uruguay está en condiciones de cambiar estrategia para enfrentar COVID-19”

Director del Primer Nivel de Atención de ASSE, doctor Daniel Strozzi.

El Ministerio de Salud Pública evaluará la propuesta de priorizar los testeos para diagnosticar COVID-19 a los pacientes con comorbilidades ante un aumento diario de los casos. Las autoridades reconocieron la necesidad de atención a determinadas poblaciones, en vez de testear “a todo el mundo”, dijo a EL TELEGRAFO el director del Primer Nivel de Atención de ASSE, Daniel Strozzi.
El jerarca, que asumió en setiembre de 2021, recordó que “cuando me ofrecen el cargo la pandemia estaba aplacada. Empezamos en ASSE un plan de normalización para volver a la cantidad de consultas ya estipuladas ante un cambio epidemiológico de la COVID-19. Así se incorporaba una nueva estrategia y en diciembre nos pusimos a trabajar en esa línea. Veíamos que en Europa estaba entrando una cepa nueva que no habíamos tenido desde marzo”.
Strozzi señaló que “buscamos para atrás, las cosas que habían pasado en Europa en los meses de verano. Y en junio, vimos que en España surgió la quinta ola con muchas bajas, más licencias médicas y la persistencia de la variante delta. No aún la ómicron, con una cantidad de consultas pero casos más leves porque la población ya estaba vacunada”.
Europa presentaba un aumento en el nivel de consultas, pero con casos más leves y una tensión en el primer nivel de atención. “El primer nivel soportó mejor esa tensión en comparación a olas anteriores. Entonces, en Uruguay planteamos estrategias para tener a ese primer nivel de atención más preparado para consultas superficiales. Es decir, por contacto con un positivo pero sin necesidad de una mayor atención sanitaria que requieren pacientes con tos persistente o comorbilidades como la diabetes. O sea, con síntomas que sean básicos en cualquier resfrío o gripe, con los cuales el paciente no se asusta, pero busca una certificación para no ir a trabajar porque la necesita”.

Una avalancha

El planteo estaba enfocado en la preparación del primer nivel de atención “para que esa avalancha de consultas –y no uso la palabra saturación para evitar confundir– se solucionara a ese nivel. Pero la cantidad de consultas se desbordó, por eso nos enfocamos en un aumento de la líneas telefónicas en algunos lugares con los call center, además de las policlínicas periféricas. Se intentó habilitar una mayor cantidad de opciones para el usuario y que obtenga una mayor respuesta a su consulta”.
Por otro lado, la evidencia demuestra que “ómicron es mucho más contagiosa y hace la pendiente de contagios más inclinada. Son más contagios en menos tiempo, pero la ola desaparece mucho antes. Es posible que en tres semanas desaparezca, pero queda la avalancha de consultas más que con delta”.
Según Strozzi, “nos pasó que, al empezar a preparar el sistema, nos encontramos con una velocidad de contagios más alta. Por lo tanto, se sintió más en el primer nivel de atención que en otros lugares. Hay sitios donde la atención es adecuada, y en otros cuesta ingresar al call center”.
Este servicio puede atenderlo el personal administrativo o directamente personal sanitario, que “coordina un triage, deja pendiente la llamada y continúa el seguimiento sanitario. Se trata de cumplir con el proceso lo más rápido posible para llegar a esos 7 días y cumplir con el PCR. Se intenta que no haya demoras como la vez pasada. Pero seguramente hay casos que sí y demoraron un par de días más. Estamos en ese relevamiento”.
A la Dirección Nacional “llega información del país y me consta que no tengo datos de todos los lugares. Porque no se lleva un registro electrónico en todos los casos para evaluar las consultas por afecciones respiratorias, como pasa en la zona metropolitana. En otro lados, hacen el registro en una planilla. Además, hay –por lo menos– un 10 por ciento del personal en aislamiento por infección o por contactos y la prioridad es la atención al paciente. Por eso, hoy no me consta que tengamos demoras, pero es una posibilidad”.

Mejor panorama

Strozzi precisó que “tenemos una situación mejor con la población vacunada, incluso con dosis de refuerzo y el comienzo de la vacunación de los niños, aunque se registra una mayor cantidad de casos. También sabemos que la vacuna no impide los contagios, sino que disminuye la cantidad de días de cuarentena para la cepa ómicron”.
Aclaró que “no es tan sencillo decir que es menos virulenta porque se hace una valoración sobre la población vacunada. Seguramente influya, pero esta posibilidad que sea leve no significa que alguien que se agarre esta cepa, tenga inmunidad para la COVID-19. Hoy vemos que puede tratarse como una afección más leve”. Sin embargo, recordó que “tuve pacientes que fallecieron sin comorbilidades y otros que quedaron con secuelas graves en el organismo y a nivel neurológico, con menos de 40 años y que eran sanos”.
Consultado sobre la cantidad de casos correspondientes a una variante y otra en los CTI, destacó que “la ómicron desplazó a la delta rápidamente, pero puede quedar algún caso de la delta. Sobre todo, pensando en la gravedad de los casos”.
Si bien reconoció que el aumento de contagios diagnosticados en el primer nivel de atención “es brutal”, “también estamos de acuerdo en que las personas viajan en ómnibus sin aforos y van a eventos sociales sin protocolos ni medidas de contención”.

Cerca de españa

El gobierno del mandatario español Pedro Sánchez ultima un sistema de vigilancia para comenzar a tratar a la COVID-19 como la gripe común. La notificación exhaustiva dará paso a los centros de atención centinela, sin contabilizar cada caso ni hacer pruebas ante el mínimo síntoma, en tanto los protocolos de vigilancia universal se vuelven imposibles de sostener en el tiempo. Sin embargo, las autoridades sanitarias españolas pondrán en marcha la medida una vez que pase la sexta ola que aún atraviesa aquel país. En Uruguay, continuará la medida de hisopar a toda la población con contactos con un caso positivo.
“Estamos cerca de España. Estamos en condiciones de dejar de testear y si una persona tiene una afección respiratoria, se tomará un analgésico, hará quietud y la recomendación es que, si tiene síntomas, no salga de su casa para evitar contagiar a otras personas. La reunión con el Ministerio de Salud Pública busca eso mismo”, aseguró.
“Por eso, la importancia de bajar la pelota al piso y tomarla en su justa medida. Una cosa era la COVID-19 cuando llegó y otra cosa es ahora. Se gasta tanto en test de PCR como en antígenos y la cantidad de testeos que se realizan es impresionante. Porque además de los casos positivos, hay que contabilizar convivientes y entornos. Es importante un cambio en la estrategia”.
No obstante, Strozzi diferenció los casos de pacientes “a los que les falta el aire o que tienen una tos fuerte que les imposibilita dormir. Ese será de seguimiento más estrecho para priorizar los recursos”.