La estancia Buen Retiro fue declarada como Monumento Histórico Nacional

Vacas pastan frente al histórico Castillo Morató.

“Declárase Monumento Histórico Nacional la Estancia Buen Retiro-Castillo Morató, padrón rural Nº 610, con una superficie de 3.175 hectáreas, ubicada en el departamento de Paysandú, Paraje Tres Árboles, entre arroyo Corrales y Río Queguay y camino vecinal que une las rutas 25 y 26”, establece la resolución firmada en las últimas horas por el ministro de Educación y Cultura, Pablo Da Silveira, y publicado en el Diario Oficial.

La decisión del Ministerio de Educación y Cultura complementa la tomada por la Comisión Nacional del Patrimonio en setiembre del año pasado. De hecho, la resolución lo deja explícitamente indicado al expresar que considera “la gestión promovida por la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación, para que sea declarada Monumento Histórico Nacional la Estancia Buen Retiro-Castillo Morató”.

El ministro de Turismo en ejercicio, Remo Monzeglio, dijo a EL TELEGRAFO que ayer “Alfredo Morató, verdadero gestor incansable de este proyecto, me despertó con la agradable sorpresa que La Estancia Buen Retiro-Castillo Morató, ha sido declarado Monumento Histórico Nacional, por el Ministerio de Educación y Cultura y nada menos que todo el padrón”.

“Esta noticia nos llena de alegría y esperanza; seguramente a partir de ahora se abren nuevas posibilidades, seguramente habrá mucho por hacer, pero junto a la familia Morató con Alfredo a la cabeza, con el actual intendente de Paysandú, Nicolás Olivera, y la subsecretaria de Educación y Cultura, historiadora Ana Ribeiro, creo que después de más de dos años de arduo trabajo podemos festejar este logro. Es en un bien singular del acervo histórico y cultural del país. Podemos decir finalmente ‘misión cumplida’”, agregó.

Monzeglio recordó que “para llegar a este logro fueron necesarios dos largos años. La lucha y tenacidad de una familia consciente del patrimonio histórico que debían resguardar y algunos que creímos desde el primer momento que ese lugar podía convertirse en una atracción turística, por sus historias y leyendas, por sus instalaciones y paisaje, y porque ese relato debía ser contado”.

“Después de más de treinta años, dos de los cuatro hermanos de la familia Morató tuvieron la deferencia de abrirnos las puertas de su histórica casa a un grupo muy reducido de personas”, destacó también. “Desde hace mucho tiempo queríamos generar un circuito turístico, incluyendo la visita a esa hermosa edificación del departamento de Paysandú y sus alrededores. Hasta allí llegamos entonces la subsecretaria de Educación y Cultura, historiadora Ana Ribeiro, la arquitecta Silvina Podestá de la Comisión de Patrimonio Cultural de la Nación, el entonces diputado y ahora intendente Nicolás Olivera y yo, acompañados de dos guías profesionales de la zona”, aseguró el Ministro de Turismo en ejercicio.

“En ese momento se encontraba cerrado para el público por ser propiedad privada destinada a la producción de carne y lana. Teníamos fe que en esta oportunidad pudiéramos convencer a la familia propietaria para que aceptaran empezar a admitir turistas en un número muy limitado”, comentó recordando aquella visita. “Fue una visita realmente excepcional e inolvidable, cuando vimos ese lugar arquitectónicamente hermoso, pero a la vez lleno de enigma y de misterio”.

“Esas puertas que se nos abrieron después de tanto tiempo, nuestra esperanza de que ‘en un día no muy lejano, se integrara al acervo cultural además del turístico’, ahora se logró. Mientras tanto, lo que pensábamos de que ‘hay que dejar madurar y reposar este proyecto que, como un buen vino que merece ser degustado
ceremonialmente y en ocasiones sumamente especiales’, ya es un hecho”, concluyó Remo Monzeglio.