Mala señal para el sanducero buen pagador

Tal como fuera informado en nuestras ediciones de los días 8 y 22 de enero del presente año, la Intendencia de Paysandú otorgará bonificaciones especiales a propietarios de inmuebles que durante los últimos años han pagado el tributo de Contribución Inmobiliaria en fecha. En la nota referida se dejaba en claro que “no se trata de una exoneración, como el caso de las motos de hasta 110 cc que a la misma fecha se encuentran al día en el pago de Patente de Rodados, sino de una bonificación especial a aquellos contribuyentes buenos pagadores que se han mantenido al día en el pago de sus obligaciones”.

En efecto, “el decreto 8201/2021 (Régimen Especial de Financiación de Adeudos Tributarios) establece otro descuento para buenos pagadores y, aunque siempre comenzando desde 1995, asigna cinco franjas. El mencionado decreto establece que el porcentaje a descontar se financia con el 30% de lo recaudado por los convenios de adeudos firmados hasta fines de 2021. Considerando lo efectivamente recibido por la intendencia por este concepto, ese porcentaje corresponde a una cifra cercana a los 7 millones de pesos. Lo que se establece es que se debe repartir entre los buenos pagadores, considerando las cinco franjas. De hecho, el 30% se convierte en un monto global que vuelve a dividirse en porcentajes. El 50% se distribuye entre los buenos pagadores desde 1995; 20% a los buenos pagadores desde 2000; el 15% a quienes no se han atrasado desde 2005; el 10% a quienes se mantienen al día desde 2010 y el 5% a los buenos pagadores desde 2015. De nuevo, este descuento es acumulable con los anteriores, de pronto pago y buen pagador. Por lo tanto, en una condición ideal, un buen pagador desde 1995 podrá recibir un descuento del 15%, 10%, en ambos casos tomando por separado como cifra básica el total del tributo, y lo que le corresponda como reparto del 50% de la primera franja de descuento determinada por el decreto 8201/2021.

Ahora bien, hay una restricción establecida por esa resolución. Porque el monto de descuento como buen pagador que determina el régimen especial de financiación, no puede superar el 50% de la quita por buen pagador del sistema anterior. Por esa razón, la intendencia no utilizará todo el fondo de casi 7 de millones de pesos, sino un monto de alrededor de 5,5 millones de pesos”.
Sin lugar a dudas, otorgar beneficios a los buenos pagadores constituye una medida por demás acertada, ya que los mismos han realizado un esfuerzo por cumplir con sus obligaciones en tiempo y forma, permitiendo de esta manera que la Intendencia de Paysandú pueda cumplir con las facultades que le otorga la legislación vigente, incluyendo la propia Constitución Nacional. Existen diversos antecedentes sobre esta clase de mecanismos entre las diversas intendencias departamentos, y en este sentido corresponde mencionar el caso de la Intendencia de Montevideo, la cual comunicó, en diciembre de 2021, que “premiará cada año mediante sorteo hasta 500 cuentas de personas buenas pagadoras de los tributos de Contribución Inmobiliaria, Tasa General, y de la Tarifa de Saneamiento con una exoneración del 100% del monto del tributo o tarifa a pagar durante el año siguiente al sorteo”. A tales efectos se define que podrán ser elegibles las “personas físicas o jurídicas buenas pagadoras de los conceptos Contribución Inmobiliaria y Tasa General, y de la Tarifa de Saneamiento. Se considera buena pagadora la persona que siendo sujeto pasivo u obligada al pago de dichos conceptos, haya pagado en fecha las obligaciones devengadas y exigibles en los 12 meses anteriores al sorteo, y que no haya mantenido deudas impagas respecto a estas en el período considerado, aunque estuviesen convenidas”.

Lo primero que queda en evidencia al considerar la política impuesta por la Intendencia de Paysandú es su falta de racionalidad y la poca sensibilidad que tiene con los contribuyentes sanduceros. En efecto, no se pueden comparar los 37 años transcurridos desde el año 1995 a la fecha con los 12 meses que exige la comuna capitalina. Resulta claro que la utilización del año 1995 como límite temporal no toma en consideración que Paysandú sufre desde hace años una paulatina pero sostenida caída de su actividad económica y de sus niveles de empleo, en parte por la desaparición o la restructura de varias de sus industrias señeras fundadas en la década de los años 40 del siglo pasado. El criterio de la Intendencia de Paysandú deja de lado, asimismo, las crisis que nuestro país ha sufrido en el año 2002 y la más reciente del año 2008, está última como consecuencia de los problemas con los créditos hipotecarios denominados “sub prime” que tuvo en los Estados Unidos pero que terminó afectando a todo el mundo.
Si resulta notorio que diferentes intendencias cuentan con altos niveles de morosidad en lo que parece ser un mal endémico, ¿por qué no se premia a quienes toman la decisión y hacen el esfuerzo de estar al día con sus cuentas? En una entrevista al secretario general de la Intendencia, el abogado Fermín Farinha y el director de Administración, contador Martín Thomasset. publicada el 14 de julio del pasado año en EL TELEGRAFO se afirmaba que “lo principal es que aquellos que cumplen regularmente con sus cargas, sean beneficiados por el sistema, porque el sistema permite que el buen pagador tenga beneficios adicionales. Porque pareciera que el buen pagador es el bobo de la película, el que paga regularmente con vacas gordas o flacas, y en cambio tenemos otro tipo de contribuyentes que, teniendo capacidad contributiva, especula con esas situaciones. Entonces lo que buscamos, por directiva expresa del intendente, es no repetir viejas fórmulas de intentar algo y no concretarlo. Lo que se va a intentar es ir a este formato de plan de regularización y gestión de adeudos”.

Más allá de las bonitas declaraciones de los jerarcas sanduceros antes mencionados, los sanduceros necesitamos hechos concretos para no seguir sintiéndonos “los Nabos de Siempre”, expresión acuñada por el periodista uruguayo Tomás Linn. “Los Nabos de Siempre” son esos miles de uruguayos que tanto hacen por su país y poco le piden. Vale su voto, no los amigos que tienen en el poder. Vale su voz, no su adhesión a un partido. Producen la riqueza y pagan una a una, todas las cuentas, propias y ajenas. Pagan cuando otros reclaman un “perdonatutti”. Pagan cuando otros apuestan a la amnistía tributaria. Son las víctimas de un Estado maltrecho y mal concebido. Trabajan con responsabilidad, realismo y ubicación, ya sea como empresarios o asalariados. No “bicicletean” a sus acreedores y no conciben perjudicar a terceros, pese a que actúan en funciones de sus intereses, legítimos por cierto. Si compran una mercadería, la pagan. Si está fuera de su alcance, se retraen. No deben. Si deben, saldan con puntualidad sus vencimientos. Y si no pueden saldarlos, se desprenden de sus bienes. Fueron las reales víctimas de la crisis y quienes más injustamente la sufrieron”. Precisamente en eso nos hemos transformados los sanduceros buenos pagadores: en los “Nabos de Siempre”. ¿Hasta cuándo?