“Parking Centro” se olvidó del usuario

De acuerdo con lo consignado en la página web de la Intendencia Departamental de Paysandú (IDP), “a partir del próximo 1º de marzo comenzará a funcionar una nueva herramienta para el estacionamiento en el centro de la ciudad. Lo que actualmente se denomina Zona Azul pasará a llamarse Parking Centro y será gestionado por la Agencia de Desarrollo de Paysandú (ADP)”.
De acuerdo con el intendente, Nicolás Olivera, “Al comienzo de la actual administración se ha venido trabajando en diferentes aspectos de la Zona Azul en donde se liberaron algunas cuadras y se eliminó la senda bus”. Otro de los compromisos asumidos era mejorar la gestión y en ello la Intendencia Departamental encontró “un socio estratégico para la gestión de la nueva Zona Azul, que ahora se denomina Parking Centro”. “La Agencia Desarrollo es el mejor socio, es una Asociación Civil sin fines de lucro y tiene representación de distintos actores de la sociedad civil de Paysandú, en donde también está la Intendencia”. En la actualidad, la Intendencia contrata a una empresa que presta servicios, pero “la idea era evolucionar a un formato soberano, aprovechando las bondades de la tecnología”; por lo que “se hizo un llamado en la que ganó una propuesta que permitió el desarrollo de una aplicación creada por sanduceros”. La gestión sería desarrollada por “las mismas personas que venían trabajando hasta el momento, quienes mantendrán su lugar de trabajo”.
Si bien la modalidad de estacionamiento tarifado ha sido adoptada en diversas ciudades del mundo, es importante tener en cuenta que se trata de un sistema dinámico, que debe permanecer atento a los cambios tecnológicos, sociales y económicos en cuanto al uso de vehículos, así como estar focalizado en el usuario del mismo, ya que se trata nada más y nada menos que de su objetivo primordial.

La propia página web de la IdP aclara que “una de las principales modificaciones que introduce Parking Centro respecto al sistema anterior, es que el usuario no deberá pagar por adelantado, sino que podrá estacionar, solicitar que el vendedor le dé de alta a su vehículo y luego abonar el costo al regresar, llevando a cabo sus diligencias sin tener que preocuparse por el vencimiento del tiempo establecido en el tique. Además, permitirá estacionar cinco minutos sin costo, siempre y cuando se complete el procedimiento de alta y baja correspondiente, respetando ese periodo de gracia que suele ser útil para la realización de acciones sencillas”. Según la directora de Desarrollo Productivo, además responsable del Plan de Modernización, Antonella Goyeneche, “Creemos que estas modificaciones conllevarán un gran beneficio para los usuarios y también para los comerciantes, porque las personas usarán más el estacionamiento, ya sea porque podrán estacionar cinco minutos y retirarse o porque pagarán solamente por el tiempo que su vehículo permanezca estacionado, ni de más, ni de menos”. Por su parte el director general de Administración, Martín Thomasset informó que, durante este mes, “en el marco de una primera etapa de instrumentación, se están desarrollando instancias de capacitación dirigidas a los actuales vendedores de tiques de Zona Azul, quienes conservarán sus fuentes laborales en el marco del nuevo sistema, al igual que las personas con discapacidad que cumplen la misma función en un sector específico del centro”.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, queda en claro que las modificaciones adoptadas por la IdP y que entrarán en vigencia a partir del 1° de marzo “no son ni chicha ni limonada” ya que combinan tecnología con un sistema de vendedores de una manera forzada, para mantener una fuente de trabajo que no tiene razón de existir generando importantes inconvenientes para la aplicación del sistema. De esta forma se complica un servicio que debería estar al servicio del usuario, pensado para facilitar el estacionamiento con un procedimiento ágil, sencillo y práctico. Sin ir más lejos, en Montevideo funciona un sistema que ni siquiera necesita instalar una app en el celular para operar: el usuario envía un SMS a un número determinado con la matrícula del vehículo y el tiempo que desea abonar, y automáticamente se le da de alta, en tanto el servicio se paga con la patente. De inmediato el sistema confirma el alta en un mensaje al celular, y a su vez advierte con otro SMS cuando se está por quedar sin saldo. No es necesaria la intervención de ningún funcionario, ni siquiera es necesario estar cerca del vehículo para hacerlo.

Lo cierto es que acá deberemos sufrir el tortuoso sistema implementado por la IDP que constituye un “híbrido” engorroso y complicado tal como se explica en la propia página web de la comuna: para empezar, porque al usar la aplicación por primera vez, el usuario deberá buscar un vendedor, solicitar el alta, proporcionar su número de celular y allí recibirá una notificación por SMS con detalles del ingreso. Al regresar, solamente pagará el tiempo que su vehículo permaneció estacionado y podrá abonar el monto a través de la aplicación, con tarjetas de débito y crédito. A partir de esa primera transacción, su matrícula y número de celular ya quedarán ingresados en el sistema y por tanto simplemente podrá estacionar su vehículo y el vendedor, al detectarlo, ingresará los datos y automáticamente se generará un SMS con el alta”. Pero por ahora al retirarse deberá dirigirse al vendedor para que le dé la baja y pagarle en efectivo. En pocas palabras: se trata de una suerte de carreras de obstáculos que pondrá a prueba la paciencia y los nervios de los conductores, quienes recurren al estacionamiento tarifado para aprovechar mejor su tiempo y no para malgastarlo en idas y venidas que podrían haberse evitado.

Uno de los mejores consejos que deberían tener en cuenta las autoridades públicas sanduceras (y las de todo el país sin excepciones) es tratar de dejar de lado la tradicional costumbre nacional de querer “inventar la rueda” empujado por los ánimos refundacionales que azotan Uruguay cada cinco años. Basta copiar lo que se hace en Montevideo que funciona bien y desde cualquier celular o lugar del país donde uno se encuentre.
Respecto a los puestos de trabajo que se perderían por hacer las cosas eficientemente y pensando en la comodidad del usuario, habría que imaginar qué otra función se les puede asignar que realmente sirva a la sociedad, en lugar de complicarle la vida.
Sin lugar a dudas el tema del estacionamiento tarifado es sensible en cualquier ciudad y ello quedó demostrado en la última campaña electoral a nivel departamental que supo despertar a defensores y detractores del sistema instaurado por el entonces Intendente Guillermo Caraballo. Precisamente por tratarse de un tema sensible, debería ser atendido y solucionado en forma práctica y sencilla, porque está claro que, a pesar del cambio de gobierno departamental, los usuarios siguen siendo los eternos olvidados de los “genios de escritorio”.