Proponen que estaciones de servicio puedan tener sucursales para evitar pérdida de ventas

Senador Sergio Botana.

El senador Sergio Botana propone en uno de nueve proyectos de ley relacionados con combustibles, que actualmente están en consideración de la Comisión de Hacienda del Senado, crear la figura de sucursales de estaciones de servicio en determinadas zonas del país. En declaraciones al portal Surtidores.uy, dijo que “los cambios demográficos, sociales, productivos e incluso las consecuencias de nuevos trazados de carreteras obligan a la apertura de nuevas bocas. La mayoría de las veces la nueva boca creada perjudica a una estación existente. Todo su consumo va en desmedro de la estación que estaba en la zona cercana y era dueña de esa venta”.

Ante esa realidad propone la creación de “la figura de la sucursal. Se habilita a la estación madre a crear una sucursal allí donde surge esa nueva necesidad que notoriamente le resta ventas. Obviamente serían operadas por el mismo estacionero y se supone que el incremento de costos fijos e inversión serían compensadas por algún incremento del consumo de la suma de lo vendido por la estación madre y la sucursal respecto de la venta anterior”.
En el conjunto de proyectos de ley el legislador ofrece una mirada amplia sobre todo el sector, incluyendo distribuidoras, estacioneros, grandes compradores y público en general.

Sostuvo que su intención es “limitar a los sellos en la habilitación de nuevas bocas. De poner un límite en volumen, además de otros que propone el proyecto en cuanto a localización y demás. Cada año hay habilitaciones. Muchas de ellas perjudican directamente a otras estaciones, otras lo hacen al conjunto de las estaciones. El proyecto pone un límite”.

Si se aprueba su iniciativa “cada sello podrá proponer nuevas estaciones por un volumen de venta estimado que no puede sumar más de la mitad del crecimiento del año anterior. Si no perjudica a otras estaciones y si se justifica desde un punto de vista de desarrollo de una zona, o por cuestiones sociales o por necesidades de servicio, la Ursea las puede autorizar”.

Pero “por lo menos la mitad de la mejora del consumo debe significar mejora para las estaciones ya existentes. La Ursea tiene el mandato de hacer una nueva reglamentación con respecto a la apertura, cierre y traslado de las estaciones de servicio”.

DISTRIBUIDORES NO PODRÍAN OPERAR ESTACIONES

Botana va más allá y propone que los distribuidores secundarios –los sellos de distribución– “se deben desprender de las (estaciones de servicio) que actualmente tienen”. Subrayó que “no se puede estar de los dos lados del mostrador. O se es estacionero o se es distribuidor secundario. No se debe dar espacio a susceptibilidades en ese sentido. No debe existir siquiera la desconfianza de que los sellos pueden jugar para sí mismos y sus bocas, o que su posición privilegiada de información y decisión pueda ser aprovechada por ellos. Muerto el perro se acabó la rabia”.
También el proyecto deja sin efecto la venta directa al gran consumidor porque “distorsiona las reglas de juego del mercado. Debemos bajar los costos al gran consumidor para mejorar la competitividad de la economía, pero no lo queremos hacer con privilegios”.

“Además, ese cliente está en la jurisdicción de una estación. Tal vez su existencia en ese lugar fue la razón de la adquisición del negocio. Cuando el negocio crece queda el estacionero afuera. No puede ser. La igualdad, las reglas de juego claras, siempre son lo mejor”.

En los nueve proyectos de ley que están en Hacienda del Senado, se busca “bajar el costo para el agricultor, para el transportista y también para el consumidor final que no deja de ser importante en los costos de la economía. Si un trabajador paga el combustible más caro, requiere más salario para adquirir ese combustible. Encarece el costo del factor trabajo. Eso también afecta la competitividad de la economía”.

QUE LOS SELLOS COMPARTAN FLETE

Otro aspecto que Botana considera es la posibilidad de reducir el costo del flete y que su precio no se vuelque totalmente al consumidor.

“Queremos abaratar el flete sin perder niveles de seguridad”, dijo. “Si un camión puede entregar a estaciones de distintos sellos, seguramente aprovechará mejor el flete. No viajará nunca con su tanque a medio llenar. No tienen que ir 2 o 3 camiones adonde puede ir uno solo. Se mejora la eficiencia y también la planificación. Al precio del flete preferimos regularlo”.

Desde que el combustible es el mismo, refinado por Ancap, los sellos pueden compartir un mismo transporte. En cuanto a quién se hará cargo del precio del flete “se trata de bajar el precio en el surtidor”. Actualmente “todo el costo del flete va al precio del combustible. Proponemos que la mitad del costo sea absorbido por la distribución secundaria. Por los sellos. Eso los va a obligar a preocuparse por la eficiencia en los fletes. Por la ingeniería de distribución. Con esto tendremos menor costo logístico y ello se refleja en el precio del combustible. Asimismo, el hecho de que la mitad de los fletes deba ser absorbido por las distribuidoras secundarias implica otra baja en el precio final”.