En las últimas semanas viene circulando el álbum musical Nsandulandia, del sanducero Guillermo Maidana y el montevideano Sebastián Jantos. Por el momento ha llegado a amigos y cercanos de los artistas, pero en los próximos días se dará a conocer de manera oficial en las plataformas de Internet, “para compartirlo, a partir de ahí, siguiendo los protocolos que marcan la norma de los artistas”, anunció Maidana.
Desde hace muchos años el músico sanducero viene marcando presencia en la música de Paysandú, principalmente como percusionista, aunque su formación y su versatilidad lo han llevado también a tocar otros instrumentos e incursionar en otras áreas, incluyendo la composición. Todas esas facetas aparecen en Nsandulandia, un disco novedoso, de gran diversidad. Sin contar demasiado –para no interferir en quien vaya a escucharlo–, Maidana define al álbum como “un relato, una historia sonora, que de principio a fin tiene una continuidad. Tiene que ver con nacimientos, con el recorrido musical compartido con Sebastián, o con Mario Falcão (músico brasileño que participa como invitado, que aparece también como coautor de un tema), que también se plasmó en las canciones. Todo lo que está ahí no es caprichoso, ni azaroso. Tiene su por qué”.
La grabación llevó un buen tiempo, “desde que surgieron las primeras maquetas, como se les llama, hasta la versión final de los temas. Llevó un tiempo. Cada disco tiene su proceso particular”. Si ese proceso ya de por sí es complejo, en este caso se complicó aún más con la pandemia. La parte creativa “fue tal vez más rápida que el proceso de grabación y mezcla”.
Gente de todas partes
Nsandulandia tuvo su origen en la amistad con Jantos, quien con frecuencia solía alentar a Guillermo a grabar su propio disco, ya que siempre había colaborado en proyectos de tantos otros artistas. En principio, el talentoso artista montevideano ejercería el rol de productor y arreglador. “Entonces le empecé a mandar material, diferentes composiciones que tenía, a partir de alguna melodía que surgía en el bajo, o en la melódica, a veces”. Un ejemplo es “Desiré”, una canción dedicada a su hija. “La había terminado de bañar, la estaba cambiando y la letra salió prácticamente toda de una. Apenas hubo que hacerle algunos retoques”. Jantos comenzó a trabajar en la preproducción del disco con tanta dedicación que Maidana consideró que lo justo sería que fuera de los dos. “Se involucró tanto en la producción y los arreglos que me pareció que correspondía que figuráramos los dos”.
El disco cuenta además con la participación de un gran número de invitados de Paysandú, Montevideo, Argentina, Brasil, Cuba y hasta africanos que cantan en una de las canciones. La tecnología actual permitió que grabaran desde el lugar donde se encontraban, incluso desde la comodidad de su hogar. “Era solamente mandar las maquetas y las ideas de lo que queríamos que hicieran, y empezaban a grabar”.
La parte central del disco se grabó en el estudio de Jantos en Canelones, 7Ondas, pero otras tomas de sonido se registraron en estudios de Brasil (Porto Alegre, San Pablo, Apucarana), Francia (Tolouse), Argentina (Buenos Aires), y Portugal. La mezcla y masterización se hicieron en Paysandú, en La Colina Récords. El arte de tapa es de Carmen Nunes, y la diagramación de Leticia Nunes y Juan Andrés Vásquez, quien diseñó el cuadernillo con las letras y detalles técnicos que acompañan la edición. Mientras continúan las gestiones para que el material pueda estar disponibles en YouTube y demás plataformas de música, “para que sea de libre acceso”. Consultado al respecto, Maidana dice que el objetivo es presentarlo en vivo en setiembre, con la llegada de la primavera.
