“La economía, viene creciendo de la mano de las exportaciones y la inversión”

El pasado viernes, la Fundación Amigos del Teatro Florencio Sánchez comenzó su Ciclo de Conferencias 2022 en que el público acompañó en un muy buen número. En la ocasión se presentó el economista Germán Deagosto quien brindó una temática dividida en dos partes que luego desarrolló, titulada: “Las perspectivas para la economía uruguaya ante un mundo convulsionado”.
“Para un país chiquitito como el nuestro, una economía pequeña y abierta, no tenemos otra que estar atentos a todos los desarrollos que están teniendo lugar en la economía mundial y en particular en la región. Estamos en un mundo sumamente convulsionado, lo era cuando irrumpió la pandemia, pero también lo era antes de la pandemia. Hay muchas transformaciones, algunas estructurales, algunas que venían antes, que se conjugan con eventos nuevos y generan un montón de cosas que son negativas. Después que llegó la pandemia, y ahora la guerra, uno tiende a pensar que cuando nos vamos al 2019, antes de escuchar la palabra COVID, todo era fantástico o de alguna manera todo era mucho mejor de lo que es ahora. Pero 2019 no era un buen año, no lo era en la región, no lo era en el mundo, y tampoco lo era para Uruguay”, indicó en primer lugar, Deagosto.
Aceptó que “la pandemia para la economía es un tema complejo, porque cuando nosotros pensamos en una crisis, lo que estamos acostumbrados a analizar, desde el punto de vista de la economía, son las crisis que se le llama crisis de demanda. Cuando digo crisis de demanda siempre estoy pensando en demanda de las familias, que es el consumo, demanda de las empresas, que es la inversión, la demanda del gobierno de alguna manera, es el gasto público y las exportaciones, estas son las crisis más comunes para la disciplina económica y para las herramientas de la política económica”.
El COVID es distinto, expresó, “es una crisis de oferta, es una crisis que lo que hace es, afectar las condiciones de la producción y ante una crisis donde las condiciones de producción están afectadas, es poco lo que puede hacer la política económica, es muy difícil para la economía y para la política económica enfrentar una crisis de oferta”.
Es básicamente “un apagón global sincronizado, eso es lo que hizo que sea tan extraordinario, tan inédito, que de alguna manera tensiona y no puede combinar lo que es, la eficiencia económica con lo que es la libertad individual y con lo que es la justicia social. Combinar esas tres cosas es uno de los desafíos de esta ciencia económica; lo que hace una pandemia es tensionar la resolución de ese conflicto”, afirmó.
Haciendo mención a la Guerra entre Rusia y Ucrania, el economista dijo que “como si fuera poco, cuando ya estábamos pensando en hablar de la pospandemia, lo que tenemos es una guerra, otro evento que pensábamos que no íbamos a tener y eso exacerba todo lo otro. Ser economista en los últimos años es, verdaderamente un bajón, porque todo lo que tenés que hacer es comentar y explicar una sucesión de cosas que no han sido buenas y que tienen efectos acumulativos, todo va montando sobre las cosas que vienen de atrás. Rusia y también Ucrania tienen muchísimo peso en los mercados que producen alimentos y en los mercados que producen energía. El efecto principal de la guerra viene por el impacto que tiene sobre la energía y sobre los alimentos. Esto es lo que empieza a activar un montón de fenómenos complejos que tienen el potencial de generar o exacerbar una crisis social”.
“Rusia y Ucrania son grandes motores, grandes jugadores, dentro de la economía mundial, dentro de mercados que son muy sensibles, alimentos y energía esencialmente, por eso, lo que tenemos es una crisis encima de otra. Así lo dice el Fondo Monetario Internacional, es decir, dos crisis excepcionales juntas con diferencia de menos de dos años y es tan particular que afecta por el lado de cosas que son tan sensibles, desde el punto de vista de lo que es la sociedad”, lamentó.

INFLACIÓN, UN RIESGO LATENTE

Sobre la inflación, Deagosto expresó que “es la variación del nivel de precios”. Para Uruguay y la región “esto no es un problema nuevo, históricamente hemos convivido con inflaciones altas y en un entorno de inflación alta, donde la moneda va perdiendo valor, va perdiendo capacidad de comprar cosas. Protegerse es una buena opción, buscar una moneda alternativa, buscar refugio para preservar nuestros ahorros, ahí es donde aparece el dólar. De alguna manera, la alta inflación, nos ha hecho dolarizarnos culturalmente”.
“Nosotros estamos acostumbrados a pensar que la inflación es lo peor que le puede pasar a un país porque, intuitivamente es, cada vez puedo comprar menos cosas, pero de hecho es mucho peor el escenario contrario, una deflación. En el mundo convulsionado de hoy, todo lo que está pasando Estados Unidos, es ‘malo’ para un país como Uruguay porque tiene efectos sobre el dólar. Hoy el dólar es menos barato en el mundo, es malo para el costo del financiamiento porque es más alto, es malo para las alternativas de financiamiento porque los capitales se van de acá y eso también le pega al precio de las materias primas”, dijo.
Hoy el mundo tiene condiciones financieras “más restrictivas y eso para un país como Uruguay, no es bueno”, comentó el economista. “Lo que está pasando ahora, a raíz de la guerra, el mundo se está enfriando de vuelta, las perspectivas de crecimiento de los principales motores, se han ido corrigiendo a la baja, lo cual es consistente con todo lo que ha generado la guerra y eso es un mundo menos dinámico. Para Uruguay significa un mundo que demanda menos lo que nosotros producimos, son menos oportunidades. Siempre es mejor que el mundo se adelante, nosotros dependemos mucho de la demanda externa; el nivel de endeudamiento que hay en el mundo hoy, es muy alto”, lamentó.

AMÉRICA LATINA MUY GOLPEADA

El economista manifestó que “nuestra región fue la más afectada por la pandemia, cayó un 7%, además fue la región más desigual del mundo. Hoy Uruguay está empantanado en un barrio complicado, en una región que se ha empobrecido mucho y se ha abaratado muchísimo. No solamente tenemos vecinos pobres que no nos ayudan a crecer porque, desde el punto de vista económico, no van a crecer en los próximos años mucho, ya venían complicados, pero en particular están muy baratos en relación a nosotros; tampoco hay perspectivas de que eso mejore porque no es mucho lo que puede hacer Uruguay para cambiar esto”.

ECONOMÍA URUGUAYA EN RECUPERACÍON

En cuanto a nuestra economía, el entendido dijo que se recuperó. “Viene creciendo moderadamente, está por encima del nivel prepandemia.Esencialmente, esa recuperación viene por el lado de las exportaciones y por el lado de la inversión. El que está tirando menos es el consumo. Para que la economía siga creciendo, es importante que el consumo repunte porque el mercado interno es muy importante también. Los datos que tenemos son los que se dieron a conocer, días pasados, por el BCU: en el primer trimestre de 2022 el PBI registró un incremento de 8,3% en términos interanuales, reflejando una recuperación de la actividad económica apuntalada en la normalización parcial de la actividad turística, la demanda externa y algunos proyectos de inversión, en términos desestacionalizados, la actividad económica aumentó 0,6% respecto al primer trimestre de 2021 y se estarían empezando a ver, recién ahora, los primeros compases de la recuperación pospandemia”, aseguró.