Para Alberto Torelli, exdirector del Sistema Nacional de Turismo Social, es buena cosa que se haya reeditado la iniciativa, por más que con características diferentes. “Me llama la atención que se haya demorado tanto”, dijo a EL TELEGRAFO. “Hacía 16 años que estaba funcionando, entonces se podía perfectamente haber hecho algo, si hubiera habido voluntad”, lamentó. Considera que pudo haber sido una herramienta para ayudar al sector turístico en la salida de un momento muy complicado. “Se perdió por lo menos un año y medio de tratar de movilizar a la gente y sobre todo el sector, que está hecho pedazos”, afirmó. El exjerarca entiende que debió mantenerse funcionando un sistema que ya estaba consolidado. “Es histórico eso de que el que llega quiere dejar su sellito. Para cualquier construcción vos pasaste por montones de fracasos que fuiste arreglando algo de lo que hay que tomar experiencia”.
En sus últimos años unos 100.000 uruguayos viajaban gracias al Sistema. Según Torelli solamente el 10% de estos utilizaban la subvención, “el 90% de los que iban en el ómnibus era gente que pagaba su pasaje”.
PERFILES
Torelli valoró algunas características particulares del Turismo para Todos, el modelo que propone el actual gobierno para atender lo que antes hacía el Sistema Nacional de Turismo Social. “El perfil es bastante diferente, hecho con acento en la voluntad de los operadores privados, que yo creo que eso tiene mucho que ver con la impronta de este gobierno: tratar de tener la menor intervención estatal posible, de regular lo menos posible, y tratar de que los privados hagan las cosas”, dijo.
Sin embargo explicó que algo similar se intentó al comienzo del sistema, y no funcionó, justamente porque no resultó atractivo para los operadores. “A los privados no les interesaba, es más, hubo una licitación en el año 2007 donde se ofreció un millón de dólares a los privados para que explotaran el turismo interno. Ni siquiera se llamaba turismo social en aquel momento, porque se quería que no les sonara raro”, recordó. El resultado fue que esa licitación se declaró desierta. “A nadie, absolutamente a nadie, le interesó explotar el turismo nacional. Nos dijeron de frente y mano ‘no nos interesa el mercado interno, nosotros queremos seguir con el mercado extranjero y turismo receptivo’. Eso fue lo que lo que hizo que el gobierno en aquel momento tuviera que cubrir esa parte”, puntualizó.
Hoy, reconoce, la situación ha cambiado, porque a raíz de la pandemia, impedidas de salir al exterior, las agencias de viaje empezaron a mirar para adentro. “Pero no por amor al país, sino porque era lo único que había para hacer”, afirmó. Espera que ahora no se abandone, “que no pase lo que pasó en muchos lugares, que se quedan con los sectores que son más rentables y a los pobres ‘que los cure Lola’. Lo hemos visto, cuando no hay intervención fuerte del Estado el privado se queda con la parte rentable y el Estado se queda con la parte que no da ganancia”. Otra virtud del sistema fue crear más de cuarenta destinos. “Cuando arrancamos había seis destinos nada más en el Uruguay, eran tres destinos en Termas y tres destinos en el Este. Nadie podía ir a ningún otro lado. Aunque fueras millonario en Montevideo en el año 2008, 2009, no había excursiones de Artigas ni a Rivera”, recordó. Fue un hito la apertura de las visitas a las minas de Artigas, “que fue un laburo bárbaro que la gente de allá nos diera pelota” y hoy es un destino que se mantiene activo.
A LA BAJA
Según Torelli la gran ventaja del Sistema Nacional de Turismo Social era que, “como era el propio Estado el que hacían los circuitos, en ningún lado había una ganancia desmedida de nadie”. Se licitaba para que nadie ganara de más. “Eso es lo que aseguraba que los precios fueran sumamente baratos”, fundamentó.
El exdirector observó que se hace mucho énfasis en destacar que ahora tendrán participación los privados, cuando en el Sistema de Turismo Social “lo único que hacía el gobierno era armar el itinerario, nada más”. Para ello se iba a todas las intendencias a convocar “a ver gente, qué tienen ustedes para mostrar el país, y todo el que estuviera interesado en estar adentro de un paseo turístico, un itinerario, estaba”. De esta forma, dijo, “los restaurantes eran privados, los que nos llevaban eran privados, los hoteles eran privados, todo era privado, pero era una competencia libre, sumamente amplia”, afirmó.
Incluso en lugares donde no existían servicios se los generó, y como ejemplo citó el caso de Belén, en Salto, donde no había dónde comer. Gente del pueblo se organizó con la panadería del lugar “e hicieron milanesas con ensalada. Llevamos dos ómnibus a Belén, ochenta personas, ochenta cubiertos, solamente con la comida se dio trabajo a seis familias”.
También recordó que “llegué a llevar a las termas 6 ómnibus, 240 personas, llené las Termas de Guaviyú. ¿Sabés lo que son trescientas personas entre semana en las termas cuando no va nadie?, un miércoles, jueves y viernes, o un lunes, martes y miércoles”.
Torelli defendió el rol que tuvo el Ministerio en el funcionamiento del sistema. “El privado busca ganancias, el Estado no, está clarísimo, el Estado lo que buscaba era que pudiera viajar la mayor cantidad de gente y repartir parejo” y justificó que hubiese sido “mucho más fácil llevar la gente siempre para Punta del Este”. De todos modos enfatizó en el hecho de que todos los servicios eran brindados por los operadores privados. “Lo único que hacíamos nosotros era asegurar que las cosas fueran parejas, pasarle esa responsabilidad al privado me parece que va a ser el cambio”.
PAPELES
El exdirector abrió los números. “Si un un viaje costaba, un ejemplo, 6.000 pesos, de esa plata se iba un 10% para la agencia de turismo que lo vendía, cada pasaje 600 manguitos”. A ello le sumaba “más o menos, un 20%, 1.200 pesos por pasajero, del transporte, después otro porcentaje lo llevaban los restaurantes, otro porcentaje lo llevaba el alojamiento, otro porcentaje el guía turístico. El ministerio por supuesto no llevaba absolutamente nada”, indicó. “Toda la plata que salía un viaje iba a manos de privados, el Estado no se quedaba con nada, cero. Entonces, decir que ahora van a trabajar los privados me parece una verdad a medias”.
COSTOS
Consultado respecto a cuánto le costaba al Estado el funcionamiento de todo el equipo de Turismo Social en el Ministerio, Torelli aseguró que “nosotros no tomamos funcionarios nuevos. Los funcionarios que habían eran los que habían. Lo único que yo entrené a un equipo, algunos de esos funcionarios siguen estando en el ministerio. Si vos me preguntás el costo, ahora siguen estando en su escritorio, el costo operativo no lo está ahorrando nadie, porque la gente está”.
El costo que sí asumía el ministerio era el de la subvención, “cuando el Ministerio ponía plata, la ponía pagando los ómnibus. Se hacía una licitación, una licitación gigante, de aproximadamente medio millón de dólares, donde se presentaban todas las empresas de ómnibus que querían, en todo el país. Yo a las tres que ganaban les decía, ‘Montevideo-Paysandú, pásenme el presupuesto’, y las tres agencias me pasaban por mail, y era facilísimo: 75, 72, 71, listo, la de 71, chau”.
El exfuncionario agregó que esto le permitía bajar el pasaje, “porque todo lo que yo ahorraba lo trasladaba a precios. Esa era la ventaja que ahora no va a estar, si un privado ahorra lo traslada a ganancia”. Había un aporte adicional en el programa de Quinceañeras, “nos ayudaba BPS. Poníamos la parte de los ómnibus, como siempre, pero BPS, que tenía todos los hoteles que trabajaban con ellos, me ponía la parte del hotel y de la comida. Entonces ahí poníamos más plata. Ahí tenés un programa que era totalmente social, un programa 100% social, que no creo que a los privados les interese mucho”.
COMPLICADO
Desde Argentina, donde se encontraba al momento de la entrevista con EL TELEGRAFO, Torelli advirtió que la temporada próxima va a ser muy complicada.
“Te puedo asegurar que van a ir solamente los ricos a Uruguay, porque es imposible, los precios están cinco, seis veces más caros. O sea, se nos viene una temporada turística negra; creo que eso, por más que muchos se lamenten, va a ayudar para que se mire de nuevo al turismo interno”, señaló.