Están aquí

Aunque la vida cotidiana de nuestras ciudades y países se ha ido normalizando en cuanto a retomar los hábitos, costumbres y formas de convivencia anteriores al inicio de la pandemia por COVID-19, el virus sigue activo y continúa provocando enfermedad y muerte.
En el caso de América del Sur, la situación sigue siendo preocupante y a esto se suma la amenaza creciente de los casos de viruela símica o viruela del mono, como comúnmente se llama a esta enfermedad emergente que ha venido hacer aún más compleja una situación sanitaria que aún sigue endeble.

Por este motivo, ayer miércoles la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), doctora Carissa F. Etienne, realizó un fuerte llamado de atención sobre la situación regional dado que las Américas presentan actualmente el mayor número de casos de viruela símica en el mundo, y que la COVID-19 sigue siendo una “amenaza importante” para la región.
En este sentido, recordó que la prevención es clave para evitar infecciones y proteger la salud de las personas y dijo que a pesar de la disminución de los casos, de las hospitalizaciones y de las muertes por coronavirus en las Américas, “cientos de personas siguen muriendo cada día a causa de la COVID-19 en nuestra región”.

Un repaso rápido a las herramientas de monitoreo e información de la OPS disponibles en línea indican que en las últimas 24 horas en las Américas murieron 133 personas por COVID-19 y en ese mismo lapso fueron diagnosticadas con esta enfermedad un total de 28.700 personas.
En cuanto a las muertes acumuladas, suman algo más de 2.817.000 en la región y el total de casos diagnosticados asciende a más de 176 millones de personas (176:162.199 para ser exactos). A pesar de esto, por distintas razones los países han reducido sus medidas de salud pública y aún hay millones de personas que siguen sin vacunarse.

Si bien la mayoría de las vacunas administradas en las Américas son de refuerzo, diez países y territorios aún no han vacunado completamente ni siquiera al 40% de su población y algunas personas aún no han recibido una sola dosis de vacuna, señaló Etienne al informar que solo la semana pasada se notificaron 4.954 muertes en la región.
“No debemos ni podemos ser complacientes, porque este virus sigue circulando, sigue evolucionando, y todavía pueden surgir nuevas variantes”, agregó la directora de la OPS, y pidió a los países que den prioridad a los que siguen sin protección, incluidos los niños que regresan en los países del hemisferio Norte a la escuela este mes. “Las personas no vacunadas serán las más afectadas cuando llegue la próxima ola de casos, por lo que nuestra prioridad debe ser llegar a quienes siguen desprotegidos”, señaló.
Sin embargo, no es ésta la única amenaza seria a nivel sanitario que pesa sobre los países de las Américas, dado que aquí se registra el mayor avance el brote de la viruela símica: la OPS informó que se han notificado más de 30.000 casos en la región, lo que convierte a las Américas en el epicentro mundial de la epidemia. Estos casos se distribuyen en 29 países y territorios pero el 95% de los casos confirmados corresponden cuatro países: Estados Unidos, Brasil, Canadá y Perú.

En lo que respecta a Uruguay, solo hay 5 casos confirmados pero nuestros principales vecinos, en especial Brasil, donde hasta ayer miércoles había 5.692 casos confirmados, avanza fuertemente la enfermedad. El pasado 23 de julio la Organización Mundial de la Salud informó que el brote multinacional de viruela símica constituye una emergencia de salud pública de importancia internacional y los organismos internacionales de la salud siguen con atención la evolución de la enfermedad.

La viruela símica se transmite principalmente por contacto directo o indirecto con sangre, fluidos corporales, las lesiones de la piel o las mucosas de animales infectados. La transmisión secundaria o de persona a persona puede producirse por contacto estrecho con secreciones infectadas de las vías respiratorias o lesiones cutáneas de una persona infectada, o con objetos contaminados recientemente con los fluidos del paciente o materiales de la lesión. La transmisión se produce principalmente por gotículas respiratorias. También se transmite asimismo por inoculación o a través de la placenta (viruela símica congénita), no existiendo aún evidencia que el virus de la viruela símica se trasmita por vía sexual, tema que se estudia actualmente.
En este sentido, la directora de la OPS solicitó a los países que aborden el estigma que rodea a la enfermedad, ya que esto aleja a las personas en riesgo de la información que necesitan, las pruebas y la atención médica. “El estigma no tiene cabida en la salud pública”, remarcó. “Si no somos proactivos para superar estas barreras, la viruela símica se propagará en silencio”, advirtió.

No hay tratamientos específicos contra la infección por este virus aunque la OMS está trabajando con el fabricante de una vacuna desarrollada para la viruela símica (MVA-BN), aprobada en 2019, para mejorar el acceso a ésta. A su vez, a raíz de una petición de los Estados miembros de la organización durante una sesión especial de su Consejo Directivo en agosto pasado, la OPS cerró un acuerdo con el productor de la vacuna para ponerla a disposición de los países de la región.

En este sentido, se trabaja con los países de la región para dar prioridad a las dosis limitadas de vacunas existentes para los grupos de alto riesgo y para reforzar la realización de pruebas de detección. También ha elaborado orientaciones y brindado talleres para apoyar los esfuerzos de los países por involucrar a las comunidades afectadas.
“Como vimos con la respuesta mundial a la COVID-19, el acceso a recursos y la colaboración sostenida son fundamentales para detener un virus”, destacó la doctora Etienne. “Una respuesta de salud pública eficaz requiere que seamos decisivos, que actuemos con rapidez y que demos prioridad para apoyar a los más vulnerables de nuestra región”, manifestó.

Evidentemente, ante la escasez mundial de vacunas y la falta de un tratamiento eficaz, se hace necesario intensificar los esfuerzos para prevenir la propagación de este virus que representa un desafío adicional para nuestros sistemas de salud.
Las cifras de su evolución son un dato de la realidad al que debemos permanecer atentos, porque al igual que el COVID-19 son virus que están aquí y no será sencillo deshacernos de ellos sino que, por el contrario, probablemente deberemos aprender a convivir por más tiempo que el deseado. A no bajar la guardia y prevenir.