El remate de la marca Pili, efectuado ayer en el local de Bavastro e Hijos, fue declarado desierto ante la falta interesados. Al comienzo de la subasta se estableció un piso de U$S 30.000 que no tuvo oferentes.
“Teníamos expectativas de poder comprarla, pero a esa plata no llegábamos. Durante la subasta vimos a representantes de la empresa Jugos del Uruguay, a un distribuidor de lácteos y varios empresarios. Era sin base, pero entendemos que le pusieron un piso para comenzar la oferta que tenía varios interesados pero no hubo propuestas”, dijo el vicepresidente de Cosepi, Marcel Petrib, quien asistió con otros integrantes de la cooperativa de trabajo que realizan la vigilancia de las plantas quesera y secadora de suero.
Explicó que “para nosotros tiene mucho valor y es una herramienta de trabajo para la cooperativa. Vamos a esperar lo que resuelve la sindicatura y reactivaremos las gestiones con la clase política para saber si hay posibilidades de extender el seguro de desempleo o de otorgar una prejubilación a los extrabajadores que tienen más de 50 años y de cobrar los créditos laborales que nos adeudan”.
El abogado de la sindicatura encargada de la liquidación de la empresa, la Liga de Defensa Comercial (Lideco), Fernando Cabrera, señaló a EL TELEGRAFO que “el rematador estableció un monto mínimo sobre el cual arrancar de U$S 30.000 y, de esa forma, se evita que se presente un precio vil”.
Ante la falta de interesados, Lideco “no tiene definido lo que hará. Por el momento, seguirá dando cumplimiento a lo que marca la ley. Esto tiene que ser enajenado en un proceso competitivo, no podemos venderlo a nadie sin agotar otra instancia”.
Cabrera agregó que “no hay prácticamente bienes libres de gravámenes y está prácticamente todo prendado. Y de lo que se vendió, se ha pagado prácticamente dos terceras partes de los créditos laborales. Eran 60 millones de pesos, y ya se ha pagado un millón de dólares, pero por más que se venda la marca no se van a poder pagar la totalidad de las deudas por este concepto”.
