Ante la adversidad, eficiente manejo de la carga y una planificación adecuada hacen la diferencia

Nuevamente la respuesta de productores fue muy interesante en la jornada sobre “Gestión del Pasto”.

El productor ganadero sabe que con el clima no se juega y ante la adversidad no hay más vueltas que una correcta planificación para salir adelante. Así lo entiende el ingeniero agrónomo Juan Bazzano De León, quien en la reciente jornada de campo realizada en el establecimiento “Cerro del Bombero”, en la zona de Merinos, departamento de Paysandú, volvió a mostrar que se pueden lograr buenos resultados económicos, si la planificación que se realiza es la adecuada.
Fue en el marco de la tradicional jornada de “Gestión del Pasto”, que fue llevada adelante por el Instituto Plan Agropecuario, en un marco de dificultades de años con déficit hídrico, y en donde para los productores del basalto el panorama se torna cada vez más complicado.

“La situación vuelve a ser muy complicada para nosotros este año, debido a que hace dos meses no llueve en el establecimiento. En setiembre fueron solo 10 milímetros, y en octubre 15”, explicó a EL TELEGRAFO el administrador del establecimiento sanducero.
“Se vuelve a tornar otro año desafiante, porque en setiembre cuando realizamos mediciones en el campo junto al ingeniero agrónomo Rómulo Cesar, coordinador de la regional litoral norte del Plan Agropecuario, se apreció claramente que contamos con poca disponibilidad de pasto, con un promedio de 3,2 centímetros, lo que nos ha llevado a tomar medidas como el ajuste de carga, y algunas planificaciones con las categorías más jóvenes”.

Acotó que lo ideal “sería por lo menos contar con 5 centímetros de pasto al inicio de la primavera –a principios de setiembre–”. De todas maneras, aclaró que el año pasado “fue el más complicado de todos, porque tuvimos un otoño seco y una primavera seca”. Y precisó: “en invierno entramos con 2,5 centímetros de pasto, y en la primavera teníamos 2,9. Y en el verano estábamos con 2,4 centímetros”. Recordó que “cuando fuimos este año a algunos potreros –los que están mejores que el año pasado–, pensábamos sin medir, que estábamos mucho mejor que en 2021, y después que se hicieron todas las mediciones, nos dimos cuenta que apenas estábamos un poco mejor”.
El año pasado el “combo fue perfecto” para la complicación de pasto en el campo. “Lo que nos ayudó el año pasado fueron los valores del ganado, ya que al ajustarse las cargas, el ganado que se vendió, se lo hizo bien. Este año la situación es inversa porque no hay buenos precios. Igual decidimos ajustar la carga, priorizando la cría”, dijo Bazzano.
Señaló que “venimos con tres años de sequía, lo que nos ha llevado a que todo lo que es recría viene con un desfasaje de quilos muy importante, determinando que prioricemos categorías más necesitadas, como la recría de vaquillonas, en comparación con los novillos”.

En el otoño pasado, los novillos que eran de 2 a 3 años, “venían entre 80 y 100 kilos menos de lo que habitualmente vienen en años normales de campo natural y luego ingresan a los verdeos. Tuvimos un inconveniente, pasaron los verdeos y nos vimos obligados a venderlos porque no podríamos terminarlos”.
Pasada esa situación, las recrías de vaquillonas “estaban con bastante kilos de menos (60 a 80 kilos menos de lo que debían tener) para llegar en condiciones óptimas a esta próxima inseminación que haremos en noviembre. Y los compañeros de esas vaquillonas (los novillos), decidimos venderlos porque pesaban promedio 256 kilos, y tendrían que haber estado pesando más de 300 kilos en agosto”. Bazzano sostuvo que “hicimos la cuenta y vimos que a esos novillos poder sacarlos el año próximo con 500 kilos sería muy difícil, y dada las condiciones en que estábamos, de poca disponibilidad de pasto, sabíamos que sería muy complicado, y decidimos ajustar por ahí”.
El profesional y productor indicó que este otoño “fue mejor que el del año pasado. Logramos en las vacas de cría recuperar condición corporal, que el año pasado no lo habíamos logrado, y eso nos permite ahora que las vacas están pariendo en condición de vaca 4, lo que al hacer el destete, nos permitirá tener un buen indicador de preñez”, precisó.

Priorizando categoría

El año pasado en esta época, fueron presentadas en la jornada de “Gestión del Pasto” que se realizó en el mismo establecimiento de Merinos, las vaquillonas, “categoría que nosotros priorizamos en su momento, y que ahora también se hace, pero de otra forma”.
Explicó que el año pasado, “se hizo con ración a campo, y este año priorizamos las vaquillonas que estaban con menor peso, y las ingresamos durante dos meses y medio a los verdeos. De esa manera logramos que todo el lote de vaquillonas estén en 326 kilos promedio, y ciclando en un 80% con actividad ovárica y un 20% con anestro superficial”.
“Esas vaquillonas fueron observadas en las mangas –durante la jornada realizada el jueves pasado–, y en el campo se mostró la condición corporal del ganado, con un otoño diferente al que tuvimos el año pasado”, dijo. Además, se observaron los terneros haciendo un año que están en los verdeos, “apostando a achicar el ciclo y venderlos con un año menos, a lo que habitualmente se hace en ‘Cerro del Bombero’, debido a las condiciones climáticas y apostando a la eficiencia de conversión de estos animales”.

Destete

En “Cerro del Bombero”, hay un importante convencimiento que el destete de los terneros “es una herramienta que nos permite tener una estabilidad reproductiva en el rodeo”, dijo el administrador del establecimiento, recordando que este será el año 15 de aplicación del sistema.
Volverá a realizarse el destete precoz, con 60 días de vida de los terneros (el cual ya se hizo en años anteriores), dado las condiciones climáticas ya mencionadas. Este año se tomó la decisión ante algunos inconvenientes sanitarios ocurridos el año pasado, especialmente en los corrales cercanos a la casa en donde se efectuaba la alimentación de los animales, “llevar los terneros tras el destete, que vayan al campo a comer ración con fibra al libitum (lo que ellos demanden), apostando a la eficiencia de conversión de los terneros para adelantar el ciclo”, explicó.

Ovinos

La producción ovina también es muy importante en “Cerro del Bombero”. Para Bazano De León “fue un año desafiante porque teníamos un porcentaje de mellizos que no lo esperábamos (41% de la majada), lo que significa aproximadamente unos 1.300 animales para cuidar”.
El resultado obtenido con las parideras construidas para albergar esa cantidad de vientres Merino Australiano “fue más que satisfactorio”, sostuvo el productor. “Logramos señalar un 98% de los corderos, valiendo la pena todo el esfuerzo realizado”, acotó.
Manifestó que en los picos de parición “nos vimos desbordados por la cantidad de animales, pero por suerte el resultado fue más que positivo”.

Los indicadores

Conocer los resultados del ejercicio 21-22 en las jornadas de campo, siempre es un aspecto importante para apreciar el trabajo realizado.
En “Cerro del Bombero”, los vientres entorados por hectárea es de 0,21; la relación lanar-vacuno es de 2,3; la producción de lana por hectárea de 6,8 kilos; producción de carne ovina por hectárea 19,9 kilos; producción de carne vacuna por hectárea es de 48,2 kilos; producción de carne equivalente, 85 kilos por hectárea; precio venta lana U$S 11,16 por kilo. El porcentaje de señalada en 2022 fue de 98%; el ingreso bruto de U$S 229,7 por hectárea; el costo de producción fue de U$S 117,3 por hectárea. Y el ingreso neto del establecimiento fue de U$S 112,4 por hectárea.