El SRA es la etapa más temprana de infección por ese virus y, por lo general, se manifiesta en un lapso de 2 a 4 semanas de adquirirla. Durante esta fase, algunas personas tienen síntomas similares a los de la gripe como fiebre, dolor de cabeza. En esta fase, el VIH se reproduce rápidamente y se propaga por todo el cuerpo.
El virus ataca una clase de glóbulos blancos células CD4 (llamados linfocitos CD4) del sistema inmunitario que luchan contra la infección. Durante el SRA la concentración de ese virus en la sangre es muy alta, lo cual aumenta considerablemente su riesgo de transmisión. El SRA es autolimitado y tiene una duración de 1 a 3 semanas.
Síntomas del SRA: Fiebre, fatigabilidad, dolores musculares, erupción cutánea, cefalea, faringitis, ganglios palpables, artralgias, sudores nocturnos, diarrea. En un 30%, el cuadro es asintomático. Los factores de riesgo del VIH: Incluyen tener relaciones sexuales por vía vaginal o anal con una persona seropositiva o cuyo estado de infección VIH se desconoce; o con muchas parejas, e inyectarse drogas. El VIH está presente como partículas libres y como virus dentro de células inmunes infectadas en líquidos como sangre, semen, flujo vaginal, líquido preseminal y leche materna.
Diagnóstico diferencial: Se debe hacer con gripe, mononucleosis infecciosa, sarampión, hepatitis viral, Virus Herpes Simple (VHS), rubeola, citomegalovirus, sífilis y toxoplasmosis.
Diagnóstico
Estudios a solicitar frente a la sospecha clínica: Hemograma funcional hepático, orina, glucemia, fecuntest, Serología para virus A, B y C, VDRL.
Anticuerpos por ELISA para HIV: Ante una ELISA positivo en dos determinaciones debe ser confirmado con un Western-Blot. El Western-Blot puede detectar anticuerpos frente a tres proteínas del VIH (gp41, gp120 y p24), detectándose las bandas en función de su peso molecular. Se considera positiva si aparecen dos de estas bandas. Carga viral del VIH y recuentos de linfocitos DC4 en sangre.
Conclusión
Es de gran importancia el comienzo tan pronto como sea posible del tratamiento, ya que se consiguen beneficios tanto clínicos como inmunológicos y serológicos, evitando la diseminación y consiguiendo disminuir la transmisión viral, así como identificar y tratar comorbilidades asociadas con la infección VIH.
Dr. Ricardo Diez
