El cuerpo sin vida de una mujer de 59 años y un hombre de 52 en el interior de la vivienda que compartían en la zona Este de la ciudad conmocionó a familiares, allegados y vecinos, quienes no comprenden aún qué pudo haber ocurrido o llevado a esa determinación. Si bien no se descarta que se haya tratado de un femicidio y posterior suicidio del hombre (primera pista que se manejó por parte de los investigadores), se encontraron indicios que arrojan un mayor misterio, ya que por ejemplo ninguno de los cuerpos presentaba heridas visibles compatibles con defensa y la casa no se hallaba desordenada como si hubiera existido una pelea previa, o bien un ataque proveniente del exterior. Eso podría ser un indicio de que la muerte fue premeditada. De acuerdo a información obtenida por EL TELEGRAFO, cerca del mediodía de la víspera uno de los hijos de Dilia Yanela Lemes Azcoitía arribó a la casa ubicada en las inmediaciones de Proyectada 97 (a metros de Rodríguez Nolla) y Solís donde al ingresar halló la macabra escena de su madre y su pareja Walter Escobar, tendidos en el suelo boca arriba con un trozo de cuerda en sus cuellos y dos cuerdas suspendidas desde un durmiente del techo; ambos ya se encontraban sin signos vitales. De inmediato dio aviso al 911 haciéndose presente un móvil de la Comisaría Tercera, motivando un vasto operativo que incluyó a la fiscal de Segundo Turno, Estela Long; al subjefe de Policía, William Pereira; al jefe de la División Territorial 1, Leonardo Haiache y Policía Científica. Por su parte, se precisó que se trataba de una pareja formalizada hacía unos seis meses de la que no se conocían peleas o incidentes de violencia, así como tampoco habría un caso de enfermedad terminal que los hubiera empujado a ese final. “No se descarta nada”, dijo el subjefe de Policía a la prensa mientras se aguarda por las pericias del forense que podrían arrojar mayores indicios al caso.
