Solicitada: Para considerar y tener en cuenta

El pasado jueves 20 de octubre, siendo las 2.45 de la mañana, unos ruidos sobre el techo de nuestra vivienda nos despertaron bruscamente a mi señora y a mí. Ruidos de pisadas, golpes y un sonido de aullido nos dejaron estremecidos. De inmediato llamamos al 911 y en unos minutos arribó un patrullero del GRT con dos funcionarios, femenino y masculino. Les indiqué la situación y de inmediato subió al techo el funcionario, y mientras le daba mis datos a la funcionaria policial, su compañero le indició que pidiera refuerzos de policías. Arribaron dos móviles más y se congregaron alrededor de siete efectivos, y la persona que estaba arriba del techo, de joven edad y larga cabellera fue bajado y esposado y conducido a un móvil que se lo llevó. Cerca del mediodía de ese mismo jueves concurro a la seccional policial que me corresponde a preguntar sobre lo ocurrido en la madrugada, y no me brindaron datos sobre el detenido. Me llegaron comentarios que este infractor había intentado prender fuego un colchón en dicha seccional y el/la fiscal actuante resolvió dejarlo libre y aparentemente emplazado. Hasta acá una síntesis de lo ocurrido, ahora me pregunto: el delicuente, posible siquiátrico y/o drogadicto, está libre y circulando. Por nosotros, ¿quién se hace cargo de la situación vivida?, despertarse abruptamente en el medio de la noche, llamar por teléfono con tal nerviosismo que altera el razonamiento, las condiciones cardiovasculares y los minutos que son interminables hasta que llega el personal policial. ¿Quién nos repara el estado de psicosis que nos atacó? y por el cual por unos días debimos tomar medicamento que nos tranquilizara. ¿Quién nos asegura como ciudadano, respetuoso de la ley, de las buenas costumbres y los valores sociales, que podamos dormir y descansar con tranquilidad por las noches? Lo que pasó es que, por la inseguridad, las decisiones tomadas por los actores de la justicia, que se respaldan en la fina línea dentro de la ley, he tenido que intervenir, como tantos ciudadanos honrados, en más elementos de seguridad y protección. Hay que acostumbrarse que para los delincuentes sus acciones son un coqueteo con la justicia, con facilidades y negociaciones de las penas. Para nosotros, atrincherarnos en nuestras casas, esperar y repeler. P.D: El agradecimiento al personal de GRT por el eficaz procedimiento y la atención recibida. Ciudadano en alerta