Asistentes al Centro de Rehabilitación Psicosocial ofrecen su clásica muestra

Como todos los años, el Centro de Rehabilitación Psicosocial de Paysandú, ubicado en Uruguay y Treinta y Tres Orientales, realiza su feria navideña, abierta al público hasta hoy jueves. Es una actividad sumamente relevante que responde al objetivo principal del trabajo multidisciplinario que se realiza en el Centro: “la práctica de los modelos de recuperación e inclusión de los usuarios”. Lo que se exhibe y se vende, es el resultado de un año de trabajo en los distintos y variados talleres: manualidades, jardinería, huerta, producción de compost, serigrafía y sublimación, entre otros.

El centro atiende entre 40 y 50 usuarios (mayores de edad), que son derivados por su siquiatra tratante por padecer trastornos mentales severos. Recibir ese diagnóstico produce un quiebre en la línea de vida. EL TELEGRAFO habló con la sicóloga Sandra Kanovich quien explicó el trabajo que realizan “frente a cada persona y familia, buscamos encontrar el apoyo necesario y específico para cada caso en pos de mejorar su calidad de vida y alcanzar la mayor autonomía posible e inclusión social”. “Trabajamos en diferentes niveles, uno de ellos es con la familia o el entorno más cercano para darles las herramientas para poder afrontar y apoyar al enfermo, ya que muchas veces por desconocimiento no saben de qué forma actuar; otro nivel (muy relevante) es con la misma persona, descubrir sus intereses, su potencial, siempre teniendo en cuenta sus propios deseos, por lo que los planes de atención son individuales, y la persona decide sobre el tratamiento; el abordaje es desde el potencial de cada uno, no desde la carencia. Y a grandes rasgos podríamos definir un tercer nivel de trabajo que es con la comunidad, vencer los estigmas, prejuicios, miedos y falta de información”.

Está comprobado que la mejor fórmula para la inclusión social, o reinserción en la comunidad son los vínculos, con la familia, el entorno y la sociedad, por eso se hace hincapié en prepararlos para volver a salir al mundo, y lograr un intercambio con el “afuera”, lo más sano posible. “Es un trabajo de hormiga, a veces invisible y que es más efectivo si la sociedad vence los preconceptos, aceptando e integrándolos a la vida cotidiana”.

Aún hay mucho trabajo “macro” para hacer, pero hace un tiempo que la salud mental es un tema del que se habla, se visibiliza.
La feria anual es un instrumento que les permite socializar, ellos atienden a los visitantes, explican qué cosas han hecho, las venden, y una vez finalizada, resuelven qué hacer con el dinero, si una comida para todos, si comprar algo que se necesita para el centro, o lo que acuerden entre todos.
Hoy es el último día para poder acercarse a interactuar y colaborar con quienes trabajan para reinsertarse en una sociedad a la que aún le cuesta vencer los prejuicios.