Susana Gonçalves: el amor por la docencia y por Paysandú, hoy su lugar en el mundo

Para Susana Gonçalves “nada es más gratificante” que la docencia, según aseguró en la charla que mantuvo con Pasividades; se considera “sumamente agradecida por la vida” y la hermosa familia que formó junto a su esposo, el recordado escritor e historiador José Rivero Horta, quien le supo contagiar su amor por Paysandú y su historia, y hoy reconoce que nuestra ciudad es su “lugar en el mundo”.

Hija de Guillermo Gonçalves y Elsa Manassi, nació el 15 de agosto de 1949, en Salto, donde hizo sus estudios y carrera de Magisterio y a los 20 años ya contaba con su título de maestra. Se trasladó a Montevideo para asistir al Instituto Magisterial Superior, donde en aquel entonces, “una vez recibidas de maestras, hacíamos el perfeccionamiento dos años más. Después, había que lograr la efectividad como maestra, luego se hacía el curso de directores, como un año y medio más con otra enorme cantidad de exámenes, tener concurso de Dirección y, finalmente, se hacía el de Inspección. Era una carrera larguísima”, recordó.

Una vez recibida y tras dar concurso, “empecé a trabajar en escuelas públicas en Montevideo”, contó, a la vez que refirió que durante su carrera pudo conocer “bastante los distintos contextos de este país”, tanto en la capital del país, como en Salto cuando realizaba Magisterio y, años más tarde, en nuestro departamento. “Anduve por muchísimos lugares”, aseguró.

En Montevideo conoció a su esposo, quien era “un amante de Paysandú; él vivía con su melancolía y nostalgia de volver”, recordó. Finalmente se trasladaron a nuestra ciudad, donde comenzó a trabajar en la Escuela Nº 1, en un grupo de sexto año muy numeroso, con 49 niños. Luego, “di concursos de Dirección y empecé la primera efectividad, que fue en Lorenzo Geyres”, citó.

“Por eso digo que conozco tantos lugares distintos, desde los cantegriles de Montevideo hasta escuelas de práctica excelentes”, con alumnos que luego se transformaron en reconocidos profesionales en distintos ámbitos, pero también “estuve en otros medios de Montevideo, de muchos barrios marginales, medios más difíciles”, comentó. “Sin embargo no existía la problemática que existe ahora, el maestro seguía siendo una autoridad; nunca tuve un problema de falta de respeto, jamás, y en distintos ámbitos”, aseguró.

Durante su extensa trayectoria en nuestra ciudad, “trabajé en las escuelas 1, 6, fui directora en la 106, fui subdirectora en la 2 y en la 8, directora en la 8 donde me jubilé, y en Porvenir también”, detalló. “O sea que conozco muchísimo y nunca en mi vida tuve problemas con las personas”, reafirmó, entendiendo que “eso es lo que ha cambiado hoy”. También ejerció la docencia de Ciencias de la Educación en el ISEF. Luego cuando “pasamos a la Universidad y ahí también trabajé; tuve la jefatura de las Ciencias de la Educación”, indicó. En 2001 se jubila de la escuela pública, pero continúa igualmente en actividad en el ámbito privado, más específicamente en el Colegio del Rosario, donde “trabajé muchos años”. Entre el 2010 y el 2015 –cuando se retira definitivamente–, se desempeñó en “la coordinación pedagógica de todos los colegios primarios, así que estuve años viajando mucho por Salto, Mercedes, Las Piedras, Montevideo, Solymar”. Tras hacer este breve repaso de lo que fue su carrera, reflexiona que para ella “nada es más gratificante” que la docencia, y a propósito de ello asegura la emoción que siente cada vez que un exalumno la reconoce, la saluda y, hasta en alguna ocasión, también le agradecen por los sabios consejos que en su momento supo brindarles.

“ESTE ES MI LUGAR EN EL MUNDO”

“Si bien amo Montevideo, como amo Salto, este ya es mi lugar en el mundo para vivir”, aseguró Susana, comentando que “acá tenemos un precioso grupo de compañeras, (con las) que trabajábamos con mi esposo, quien falleció hace un año y algo, en la Comisión del Órgano, en la Fundación Amigos del Teatro Florencio Sánchez y en la Comisión de Patrimonio”, ámbito este último en el que precisamente su esposo ocupó varias veces la presidencia, realizando un valioso y reconocido aporte.

“Escribimos un libro juntos sobre la historia de Paysandú, titulado ‘Paysandú vuelve atrás tu mirada’”, recordó, mencionando que “hemos vendido muchísimos” ejemplares. Susana también colaboró con la obra de Rivero Horta “Basílica Ntra. Sra. del Rosario y San Benito de Palermo” y que donaron a esta comunidad.

“Mi esposo era una persona amante de la historia y con los años me fue contagiando de todo ese amor al terruño y a su historia, el tema de la defensa, porque ellos descienden de uno de los defensores”, destacó durante la entrevista.
Además, ambos estuvieron muy vinculados a la comunidad de la Basílica e incluso ejercieron como catequistas en la parroquia.

“ENFRENTAR LA VIDA CON EL CRITERIO DE LOS VALORES”

Además de integrar y colaborar en las mencionadas comisiones, hoy Susana disfruta de la hermosa familia que le regalaron sus dos hijos Guillermo y José Martín Rivero, compartiendo muy gratos momentos con sus 3 nietos: Catalina, Aparicio y Octavio.

Consultada si considera que ha sido y es una persona feliz, responde: “yo diría que sí, con los conflictos propios que presenta la vida, que hay momentos de felicidad y otros que no son de tanta felicidad”. Como mensaje, reflexiona que “hay que enfrentar la vida y hacerlo con el criterio de los valores; ese es el tema”.

“Estoy sumamente agradecida por la vida, porque tuvimos un matrimonio que llegamos casi a los 48 años, que pudimos compartir gustos, pero a su vez hemos respetado las libertades de cada uno”, destacó, entendiendo que “la confianza es fundamental en el matrimonio”.

“No todo ha sido alegría, ni todo ha sido desvelos” porque así es la vida, donde “a veces a unos les tocan más amargas que a otros, pero yo me puedo considerar muy feliz, que tengo dos hijos, que tengo 3 nietos, que tengo amigas”.

Y referido al capítulo de la amistad, recordó que cuando llegó a Paysandú desde Montevideo, donde “la gente es más abierta, me costó un poco hacerme un lugar, pero realmente ahora tengo unas amigas fantásticas”.