Lluvias cambian el panorama en algunos campos del Este del departamento

Cuando en otros puntos del país el déficit hídrico continúa generando mucha preocupación en productores y autoridades que decidieron mantener la Emergencia Agropecuaria, hay zonas del departamento de Paysandú, especialmente los del Este que venían muy comprometidos por la falta de lluvias, que hoy están más aliviados por los últimos registros pluviométricos.

Es que este miércoles entre la tarde y noche, se verificaron al Este del departamento precipitaciones de entre 20 y 80 milímetros en varias zonas, las que sumadas a las del jueves de la semana anterior, van cambiando la imagen de los campos, y especialmente con el tema de las aguadas.

Los registros cercanos a 80 se dieron en zonas más próximas a Guichón, como sucedió en un establecimiento ubicado a 5 kilómetros al sur de esa ciudad. Sin embargo, en “La Acacia” de Octavio Martigani y familia –en la zona de Santana a 15 kilómetros de Guichón–, el pluviómetro marcó 15, que sumados a los del jueves anterior, brindan un respiro, pero todavía faltan otros episodios de precipitaciones para aliviar la situación.

En otras localidades, como Piñera, fueron 20 mm, y en Pandule y Algorta se verificaron registros de 70 mm. Al norte en zonas como Guaviyú, llovió 19 mm. “Como lluvias de verano, en algunos lugares mucho, pero en otros cercanos poco. De todas maneras, todo sirve”, dijo un productor a EL TELEGRAFO.

Giancarlo Menegazzi, productor de la zona de Capilla Vieja, a unos 7 kilómetros de la localidad de Merinos, relató a EL TELEGRAFO que hace 2 semanas atrás “veías el campo y parecía que le habían pasado glifosato; estaba amarillo y nada de verde en ningún potrero”.

“Hoy de mañana en la recorrida, daba gusto ver cómo va cambiando todo, después de los 35 milímetros de la noche anterior. Desde las aguadas que hace dos semanas estaba secas y con tajamares que tenían tremendas rajaduras a las que le entraba hasta el puño, ahora han llenado de buena forma, a los campos, que cambiaron de color, y aunque sabemos que demorará algunos días en comenzar a venir el pasto, ya verlos verde es otra cosa”.

Menegazzi comentó que a causa de la falta de agua en varios potreros, “por ejemplo dejé tres campos unidos en uno solo y ahora con estas lluvias del miércoles, ya cerré las puertas y permitirá bajar la carga, ya que se aprecia el rebrote de las pasturas”.

Y aunque para los campos duros de basalto del Este del país, 90 milímetros puede resultar poco –fueron 55 mm los que llovió el primer jueves de febrero–, Menegazzi entiende que “es de no creer cómo cambian los campos, porque pensábamos que las aguadas se recuperarían de a poco, y sin embargo recorrer los campos y ver las cañadas y tajamares con bastante agua, nos dejó gratamente sorprendidos”.

OTRAS ZONAS

En cambio, hay otras partes del país en donde la problemática se agudiza día a día, y la ausencia de lluvias tiene a todos muy preocupados. Son zonas en donde el ganado está sufriendo o empezando a sentirse, “y lo importante es no enloquecerse, hablar con otros productores, hablar con técnicos y planificar”, dijo al respecto el ingeniero agrónomo Esteban Montes.

El técnico del Plan Agropecuario señaló al programa Diario Rural de radio Rural, que “sigue sin haber crecimiento de las pasturas; eso genera que en la rotación de ganado, cuando éstos vuelven a un potrero, se encuentran con la misma situación a la que salieron”.

Por otra parte hay ganado bien, lo que muestra cómo esos animales venían de antes, y si hay agua en la parcela se nota, además de la buena disponibilidad de fibra acompañada de proteína. Sin embargo la situación general “está complicada”, destacó el técnico del Plan Agropecuario.

“Yo entiendo que la preocupación es cada día más, pero desde el punto de vista de las pasturas naturales podemos esperar crecimiento en febrero en la medida que llueva, en marzo y hasta mediados de abril”. Después de esa fecha “hemos visto que los crecimientos de las pasturas, en general, disminuye. Por tanto, ahora hay que pensar en acomodarse para enfrentar el invierno, que es lo que se viene”, subrayó Montes.

El productor hoy “tiene que pensar en destetar el ganado lo antes posible en la medida que se pueda. Eso va a permitir bajar la carga, porque una vaca adulta con algunos pajonales que pudiese haber, más restos secos, alguna cosa de ese estilo, va mejorando su estado”, comentó.

El ternero “es el animal más eficiente” y en él debemos “destinar el gasto que vamos a hacer en ración o suplemento. Esa es una forma de bajar la carga a las pasturas”. En cuanto a las vaquillonas de sobreaño “es la que va a correr la carrera, tenemos que pesar los animales y ver aquellos que están arriba de 200 o 220 kilos, en estos hay que focalizarse. Lo fundamental es ver qué se puede hacer y planificar con la cabeza fría”, subrayó.

Las praderas están bastante diezmadas, aún aquellas que venían muy bien. Hoy “se las ve negrear”, y “hay que analizar un poco la historia de esa pradera, si semilló bien, si tuvo un buen aporte de semillas en lo que tiene que ver con leguminosas o alguna gramínea, y ahí hay que quedarse tranquilos, porque cuando llueva eso se va a recuperar rápidamente, porque eso también lo hemos visto”.

En otras situaciones “se puede generar alguna oportunidad de agregar gramíneas en algunas praderas, y para eso hay que planificar. En algunos establecimiento se ven áreas mejoradas y allí se ven las praderas en tierra floja y eso es una oportunidad para agregar alguna gramínea. Pero eso implica organizarse bien, porque luego de sembrar hay que dar el espacio suficiente para que se pueda manifestar”.

En resumen, hay que “planificar áreas de aporte temprano de forraje, otro en el mediano plazo y otras en el largo plazo, y no enloquecerse haciendo todo en una misma especie. Y de tener que hacerlo que se haga planificado”.
En el corto plazo puede pensarse en avena negra o avenas de las tradicionales, también cebada forrajera; en un plazo mediano puede ser raigrases; y después gramíneas perennes, expresó.

LO FINANCIERO

El ingeniero agrónomo Esteban Montes sostuvo que “lo que se haga implica gastos y en ese sentido otro punto es ver cómo quedan las empresas desde lo financiero”.

En el ejercicio pasado “mucha gente pudo haber acumulado reservas y generar algún fondo como para tener que gastarlo en este momento, pero hay que pensar en que habrá gastos y esos gastos se deben ubicar en donde el retorno sea el más rápido o el impacto sea el mayor”, finalizó diciendo.