Demanda de carne bovina sigue firme, marcada por China

Se mantiene la chinodependencia por nuestra carne vacuna.

“La demanda de carne bovina sigue firme, básicamente marcada por los movimientos que China pueda hacer”, indicó el ingeniero agrónomo Esteban Montes. “Significa el 34% de las importaciones mundiales de carne bovina, con un aumento considerable en los últimos 10 años y con perspectivas que siga aumentado su consumo y por lo tanto sus importaciones”.
El técnico del Instituto Plan Agropecuario indicó que “si bien ha tenido un aumento en la producción de unas 700.000 toneladas, o sea un 11% en los últimos 10 años, no alcanza para suplir el 53% de aumento en el consumo en ese mismo período”. Este año, según un reporte de Valor Carne de marzo, las importaciones de carne bovina de China de los dos primeros meses del año, si bien son fuertemente mayores a las registradas en igual período del año pasado (36%), vienen siendo un 15% menos que el segundo semestre del año pasado y el precio que se viene registrando continúa en valores similares al año pasado o inclusive algo menos, pero es un 28% inferior al pico registrado en julio 2022. Según esta fuente, el precio de este año cayó casi 1.000 dólares por tonelada peso embarque, con respecto al año pasado.

Montes señaló que también Estados Unidos “necesitará importar una mayor cantidad de carne bovina para suplir la menor producción a raíz de la sequía. Nuevamente Brasil aparece como un proveedor importante, abarcando gran parte de la cuota disponible para terceros países. De parte de la oferta, Estados Unidos y Brasil son los grandes oferentes y entre los dos países se llevan el 37% de las exportaciones mundiales de carne bovina. Los dos con presencia fuerte en China, aunque el primero va a tener que lidiar con los problemas de la sequía. Brasil por su parte pasó de tener una incidencia muy baja a principios del año pasado a ser un oferente importante a partir del segundo semestre del año pasado. A principios del año pasado significó el 25% de las importaciones de China, 42% en junio, 49% en diciembre y 46% en los dos primeros meses de este año. Ese aumento se dio a pesar de la baja en el precio”.
En la última edición de la revista del Plan Agropecuario, el citado profesional analizó los posibles escenarios que “podemos esperar en este año, teniendo en cuenta la demanda y oferta de carne bovina a nivel mundial, y la situación de Uruguay”.

Períodos bien marcados

El año 2022 tuvo dos períodos bien marcados en cuanto al mercado de carne bovina. “Un primer semestre como nunca antes visto, con precios y volúmenes de exportación realmente de película. Inclusive esos valores se vieron reflejados a nivel interno, no solamente en el ganado gordo sino también en la reposición, o sea en el ganado para el campo. Eso demuestra que cuando la exportación funciona bien, ‘tira’ de la cadena y mueve todos los eslabones. A tal punto que la exportación en pie prácticamente no tuvo actividad por no ser competitiva con el mercado interno, ofreciendo precios que no eran atractivos para los productores”, detalló Montes.

También sostuvo que “en el segundo semestre se cayó el mercado y la exportación tuvo sus percances, básicamente porque China comenzó a manifestar problemas a raíz de las restricciones impuestas por el gobierno para controlar la COVID-19. Si bien los volúmenes importados por ese país no bajaron en forma extraordinaria. Sin embargo, ese suceso nos demuestra el potencial de Brasil y su manera de actuar en el mercado de la carne bovina. El excedente que Brasil exporta, 20% de su producción, se lo tiene que sacar de encima sea como sea y constituyen volúmenes muy importantes, justificando su primer puesto como exportador de carne bovina. Por lo tanto, siguió exportando los mismos volúmenes e inclusive los aumentó, a pesar de la baja en los precios”.

Explica que “no en forma catastrófica, pero sí implicó para nuestro país una merma en los volúmenes exportados y también una baja de precios. Europa siguió con sus problemas internos y sus políticas de disminución de las importaciones. Por último, Estados Unidos aparece aumentando sus importaciones”.

Uruguay y los coletazos de la sequía

En términos de faena, el ritmo viene siendo inferior a 2022 en un 20% menos y las exportaciones, un 16% menos. “Recordemos que el primer semestre del año pasado veníamos a un ritmo muy alto de faena y exportaciones, con precios realmente muy elevados. Este año la faena se sigue rejuveneciendo y las exportaciones están mostrando una disminución en las ventas a China, Israel y Japón y una recuperación de la Unión Europea, que retoma los niveles de 2021. También hay una participación importante de Estados Unidos y de Canadá.
De todos modos, Esteban Montes expresa que “la oferta de ganado gordo se está viendo limitada por la disponibilidad de pasturas, ya sea de campo natural para preparar las recrías y de las pasturas mejoradas para acelerarlas y/o para terminar los ganados. Hay un componente de engorde a corral que está siendo importante y sobre todo que justifica la preparación del ganado joven que se están faenando. Las pasturas mejoradas van a comenzar a aportar forraje a partir de mediados de mayo, las que se sembraron en seco, en la medida que el clima ayude”.

Desde la demanda

“Cuando miramos en una perspectiva datos históricos publicados por USDA, vemos que las importaciones de carne bovina en 2013 eran del orden de las 7,5 millones de toneladas peso carcasa, con China que compraba algo más de 400.000 toneladas. En la actualidad, el reporte del USDA de abril de este año pronostica que las importaciones de carne para este 2023 aumente a 3,5 millones de toneladas peso carcasa, con China que pasó a 10,8 millones. Son 3,7 millones de toneladas de aumento en el consumo en 10 años, o sea un 53% más”.

Según un reporte del Meat and Livestock de Australia de febrero de este año, el consumo de carne bovina en China se espera que aumente de 6,4 kilos en 2018 a 7,8 kilos en 2026, que por su población hace que sea el segundo mayor consumidor de carne bovina del mundo, detrás de Estados Unidos. El reporte señala que, en China si bien la carne de cerdo y el pescado son más populares, los mayores ingresos económicos de la población, la fiebre porcina africana y un interés por aumentar la inmunidad a raíz de la COVID-19, aumentan la demanda de carne bovina. Ese aumento proyectado por el organismo australiano es mucha carne (2 millones de toneladas peso carcasa) que el mundo tiene que producir”.

“Estados Unidos también ha tenido un aumento importante en el consumo de carne bovina en estos últimos 10 años, pasando de 11,6 millones de toneladas, un 20% del total consumido, a 12,4 millones de toneladas, un 22% del total consumido”. De todas formas, Montes entiende que ese aumento “se ha visto compensado por un aumento en la producción, que pasó de 11,7 millones de toneladas peso carcasa a 12,2 millones, en ese lapso de tiempo. Como no alcanza para compensar el aumento en el consumo, las importaciones han aumentado unas 500.000 toneladas peso carcasa”.

Otro país que ha tenido un aumento considerable en las importaciones ha sido Corea del Sur, que pasó de algo menos de 400.000 toneladas peso carcasa a casi 600.000 toneladas, lo que equivale a un 59% de aumento”.