Escolares participaron en Espacio Cultural Gobbi de un taller didáctico y lúdico sobre apicultura

Decenas de escolares visitaron en la mañana y en la tarde del viernes el Espacio Cultural Gobbi para asistir a los talleres que se dictaron en el marco de la segunda edición del Día Mundial de la Abeja, que se inauguró el sábado en el Espacio Tradición, con una programación para toda la familia que incluyó un conversatorio, charlas, actividades recreativas y una feria de estands donde se degustaron distintos tipo de mieles y se extendió en la rambla con la participación además de artesanos, viveros y de sectores productivos, en tanto en el escenario hubo música en vivo.

El taller para escolares didáctico y lúdico se denominó “La importancia de la abeja para el ser humano” y estuvo a cargo del productor apícola Ulises Caballero, mientras en el hall se realizó una exposición, con degustación incluida, de mieles expuestas por los apicultores así como de panales detrás de vidrios para la mejor observación de los visitantes de “las abejas obreras”.

En esta actividad se presentan contenidos varios y “usamos el rock como anclaje en la memoria de los niños para que cuando escuchen una canción de rock también recuerden lo que aprendieron hoy”, explicó a EL TELEGRAFO Caballero. Además se apela a “juegos didácticos”, para la mejor comprensión del público infantil, como por ejemplo “jugamos a polinizar un árbol de manzanas”, y de esta manera “van asociando lo que es el insecto como la abeja con lo que es la producción de manzana, por ejemplo”, comentó.

De ese modo, se transmite la relevancia que tienen estos insectos en la producción de alimentos, así como su rol protagónico en la biodiversidad necesaria para nuestra sobrevivencia.

Además, continuando en esa línea dirigida al público infantil, el sábado se cumplieron actividades en el Espacio Tradición, para el público en general, pero también para los niños porque hubo espectáculos circenses, malabaristas, magos, música en vivo, con la presentación de Hugo Cabeza del grupo Juglares, que es el autor de la “chamarrita del apicultor”.

Todas estas actividades se enmarcaron en el cometido de “tratar de generar conciencia tanto a los escolares como a la gente adulta de la importancia de la polinización, de cuidar los polinizadores” y al mismo tiempo compartir buenos momentos en una jornada que fue abierta y gratuita.