Europa proyecta ambiciosa agenda de inversiones en Latinoamérica y Caribe

La adopción de una hoja de ruta birregional, en base a encuentros, declaraciones e iniciativas, fue el principal resultado de la reciente cumbre entre la Unión Europea y la Celac, desarrollada en el mes de julio en Bruselas. Sobre esta instancia presentó un informe, que recoge las impresiones desde el bloque del viejo continente, el embajador de la Unión Europea en nuestro país, Paolo Berizzi.

“Tenemos una declaración conjunta que se compromete formalmente a renovar y fortalecer aún más la asociación birregional basada en valores compartidos; no cualquier tipo de asociación regional”, enfatizó. A modo de ejemplo citó uno de los puntos que más dio que hablar, pero en el que también se llegó a una declaración conjunta, que fue el del lenguaje en el que referirse al tema de Ucrania, en el que se logró incluso el apoyo de Cuba y Venezuela, destacó el diplomático. Lo mismo aconteció respecto a la Alianza Digital, de la que participan todos los países de la Unión Europea y 20 países de América Latina, entre los cuales se incluye a Uruguay, y la agenda de inversión que denominan Global Gateway, “que no tiene una buena traducción al castellano, y fue presentada a los líderes de la cumbre, por una cifra que lanzó la presidenta sobre las inversiones europeas en la región que llega a 45.000 millones de euros, en toda América Latina y Caribe”.

No obstante, Berizzi reconoció que se trata de una cifra “un poco mágica, que incluye la Unión Europea, los Estados miembros y es una cifra que se basa en factores de multiplicación debido a la creación de inversiones privadas y públicas, que luego terminan con la presencia, la participación de bancos de inversión, de desarrollo, que permiten, entre préstamos y donaciones llegar a estos números”.
A efectos de desarrollar esta agenda de inversiones se definieron cinco sectores clave: Digital, Energía, Transporte, Sistemas de salud y Educación e investigación, en los que se realizarán inversiones alineadas con los objetivos de desarrollo sostenible y la agenda 2030.

Otros resultados de la cumbre destacados por el representante europeo fueron los memorándums de entendimiento bilaterales firmados con Uruguay y con Argentina sobre energía y sobre cadenas de valor sostenibles en materias primas críticas, respectivamente. “Estos memorándums se hicieron solo con Argentina y con Uruguay, con Argentina por una razón, con Uruguay por otra”, dijo. Su efecto se verá “cuando un inversor europeo que esté pensando en invertir su dinero en Sudamérica vea que la Comisión Europea haya firmado algo con Argentina y Uruguay, les dará como un input mayor, es como un sello de confiabilidad si se quiere, que otros no tienen y que Uruguay sí”.

TRIPLE TRANSICIÓN

Luego de este panorama general, Berizzi abundó en comentarios de tono más interpretativo desde el punto de vista europeo y comenzó ofreciendo más detalles sobre la agenda de inversiones Global Gateway, de la que adelantó que “no se va a enfocar en cualquier sector, sino en los sectores prioritarios, que para nosotros son los sectores de la triple transición, como la transición verde, todo lo que tiene que ver con la lucha contra el cambio climático, la digital, que implica una agenda digital compartida, que las mejoras en el mundo digital se hagan en servicio de la gente, no solo de las grandes empresas y la transición justa, que supone que tiene que tener en cuenta el concepto de justicia, la desigualdad y los aspectos sociales”. Estos, afirmó Berizzi, “son tres puntos fundamentales de la transición que estamos apoyando y en los que se va a enfocar nuestra cooperación con América Latina y el Caribe en los próximos años”.

Agregó que Europa pretende “apoyar la industrialización de sectores claves: agregar valor al potencial que América Latina y el Caribe ya tienen, mucho más que nosotros, en biodiversidad, en energía renovable, producción agrícola, materias primas estratégicas. Crecer con más igualdad, sostenibilidad, poner en el centro a la persona”.

SEGURIDAD

Otro tema que mencionó como parte de este entendimiento birregional fue el del combate al crimen organizado: “temas de seguridad, drogas, narcotráfico, lavado de dinero; eso es un interés, diría, que directamente europeo, ya que mucha droga termina en los puertos europeos, pero también debo importar a los países de América Latina que aumentan la criminalidad, aumenta la inseguridad”.

Acerca del tema Ucrania, el embajador destacó el haber encontrado un denominador común “en las resoluciones de Naciones Unidas, que casi todos los países de América Latina han compartido. Pero el lenguaje de esas resoluciones, que se puso en la declaración final, fue, no digo que firmado, pero sí aprobado por países que no habían aprobado las resoluciones de Naciones Unidas, entonces hubo como un twist, un pequeño cambio de posición en la aceptación del tema. Eso fue muy positivo de nuestra parte”. Agregó al respecto que “la defensa de la carta de las Naciones Unidas y del sistema internacional basado en reglas es fundamental, en una época de tendencias autoritarias o dinámicas populistas que requieren que estemos muy atentos a lo que pasa en el mundo”.