Celina Santos Durán es una de las integrantes del coro de Ajupe “Ejemplo de Vida” y su vida ha estado atravesada desde muy jovencita por su amor a la escritura, la música y el canto. Hace pocas semanas cumplió su sueño de presentarse en Cosquín Abuelazo 2023, que con la participación de grupos de adultos mayores de la región se desarrolló entre el 27 y el 30 de octubre en el emblemático escenario del vecino país.
Hija de Donato y Lilia Esperanza, fue la menor de once hermanos. “Nací en Cerro Chato y me crié ahí hasta los 4-5 años cuando nos mudamos a Palmar de Quebracho, porque mi padre era el encargado de una colonia de rusos que había en esa época –por la década del ‘50–, alquiló una chacra e hizo una casa. Como yo era muy pequeña y no tenía edad para ir a la escuela, mis hermanas me enseñaron a leer y escribir”, recordó en la entrevista que mantuvo con Pasividades en el living de su casa.
Desde muy pequeña sintió una gran inclinación por la escritura y es así que desde jovencita “empecé a escribir poesía, incluso muchas de ellas fueron publicadas en libros del taller literario que yo iba, algunas también las publicaron en EL TELEGRAFO”, dijo orgullosa. “Pero mi capricho es el canto, canto mis propias letras y también de otros compositores. Primero empecé a musicalizar mis poesías”, contó, comentando que siempre estudió música y “ahora estoy estudiando con Robin Texeira”.
“Siempre anduve tras de la guitarra y compré la primera cuando tenía menos de 20 años, y todavía no estaba en Paysandú. Siempre cantaba. Me crié con música de zambas, chacareras; me gusta mucho el folclore argentino”, aseguró.
“UNA EMOCIÓN MUY GRANDE”
“Cuando fui a Cosquín canté todos temas míos”, sostuvo, para contar luego que la posibilidad de presentarse en este escenario “surgió el año pasado, cuando buscando en las redes sociales encontré que hacían un festival para personas mayores, me puse en comunicación y enseguida me invitaron”.
“Cosquín Abuelazo fue una cosa fantástica. Yo había escrito una zamba en homenaje a Cosquín y de repente estoy ahí. Es una zamba que yo le hice hace muchísimo tiempo sin saber en ese momento que podría ir; la hice porque me gustaba y en la letra describí lo que era Cosquín”, un evento al que tan solo conocía por televisión. “Fue una emoción muy grande, es un escenario muy emblemático, con mucha historia, mucha gloria, porque ha subido gente que ha sido muy famosa. Te tiemblan las piernas cuando subís ahí, es evidente que se siente esa presión del escenario, pero después que empezamos se me fueron los nervios. Canté con todo lo que tenía, junto con la guitarra y también me acompañé con un bombo. Éramos como 16 personas, porque se tenía que hacer un grupo de al menos 5 personas, porque es un festival que recibe delegaciones”, describió. La delegación sanducera estaba integrada por dos cantantes, “era Edgar Kolesnik, que canta y compone, y yo, y nos acompañó Robin Texeira”, acotó.
Reconoce que en nuestra ciudad como solista no ha tenido tantas oportunidades de expresarse artísticamente como le hubiera gustado, recordando que junto a Robin Texeira tuvo ocasión de presentarse en un taller literario y también unos cuantos años atrás en el Shopping. En este sentido, quiso especialmente reconocer a alguien que siempre la ha respaldado: “Alicia Leites siempre me apoyó, algo que es difícil porque uno anda golpeándose solo con la guitarra y son muy pocas puertas que se abren, y ella siempre me empuja y le agradezco mucho”. Su inspiración la ha encontrado “en el folclore”, afirmó, mencionando entre los artistas referentes “Daniel Altamirano, que me gustaba muchísimo la música romántica, cantaba hermoso, los Tucu Tucu, Horacio Guaraní me emocionaba, la Sole quien fue la explosión. En la zamba que yo le dedico a Cosquín la menciono a Soledad, porque hubo un antes y un después de ella”.
CANTANDO POR TODO EL PAÍS
Una enorme satisfacción le provoca integrar el coro “Ejemplo de Vida”, porque con este grupo “recorremos todo el país. Hace pocos días fuimos a Nueva Palmira, pero hemos estado en todos lados”, también en los países vecinos, lo que “me encanta”, admitió.
“Se disfruta mucho, es un grupo muy unido, muy compañeros todos, es un ambiente muy lindo”, agregó.
Cuando hace una mirada para atrás en el camino de su vida, reconoce que “he tenido muchos problemas, momentos de alegría sí, pero también momentos muy tristes, los vericuetos de la vida”, pero por sobre todo se define como una persona “muy optimista, me gusta pensar en positivo”.
“Ahora que soy bastante mayor es que me he podido dedicar a las cosas para mí y mientras yo pueda lo voy a hacer, aunque tenga 90 años”, reflexionó, reafirmando que “ya lo he hecho, me encanta escribir, me apasiona, fui años a un taller literario y también recorrimos mucho; yo recitaba poesías para Aníbal Sampayo, Omar Romano y Santiago Chalar” e incluso algunas musicalizadas.
Celina tiene la compañía de sus hermanas y “una cantidad de sobrinos y sobrinos nietos, que son divinos, los adoro”, admite, contándonos además que “me gusta acostarme tarde, mirar videos o si está linda la noche salgo a mirar las estrellas, canto, me gusta ensayar con la guitarra, me gusta salir, me gusta andar, tengo amigas y salimos”.
“Mi sueño fue siempre cantar y lo cumplí. Yo hice esa canción para Cosquín sin tener ninguna posibilidad en ese momento de ir a cantar a ese escenario”, pero conservaba “ese sueño, yo me veía cantando en Cosquín esa canción. Después hice una chacarera y también la canté ahí, que está inspirada en las sierras de Córdoba y habla de la unión de los pueblos, es muy linda la letra. Yo estaba segura que la iba a cantar y lo hice, uno crea con la mente ese sueño y se cumplió”, concluyó.
La mejor forma de cerrar esta nota se nos ocurre es citando las primeras estrofas de su canción “Cosquín, vida y luz”: Cosquín es un canto a la vida/ sus luces ya alumbran en la oscuridad/ y el valle dormido despierta con voces/ que elevan al mundo un himno de paz. → Leer más