En el local de la Liga del Trabajo de Guichón, Sandro Daniel Fagúndez –camionero de profesión– presentó una iniciativa denominada “Lucero”, que definió como “una herramienta de prevención” para evitar siniestros de tránsito en la vía pública o en las rutas nacionales provocados por equinos sueltos.
Fagúndez propone la colocación de implementos reflectivos en forma de bozales, arneses, cogoteras o polainas que otorguen visibilidad al animal suelto. Si bien reconoció que con su planteo el animal queda en el espacio público, enfatizó que “se trata de evitar el choque con los caballos sueltos, porque todo lo que hay punitivo, ya sea en decreto o en sanciones muy firmes, dicen que los caballos no pueden permanecer en la vía pública. Pero, están”. Explicó que “así como hay pozos en las calles que los arreglan y con el tiempo vuelven a aparecer, así ocurrirá con los caballos. Y eso va para los tenedores responsables, así como los irresponsables. Porque en el primer caso, pueden tener al animal atado en un terreno y se puede escapar en medio de una tormenta, corta la piola, salta los alambres, vuelve a la calle y ocasiona el mismo problema que el caballo de un tenedor irresponsable”.
Durante la presentación de la iniciativa en la Liga del Trabajo de Guichón, “fueron utilizadas dos yeguas de pelaje oscuro, proporcionadas por Mariana Rostán, dedicada a la equinoterapia. A una se le colocó el dispositivo y a la otra no. Hicimos la prueba en una noche ideal porque estaba tormentoso”, dijo a EL TELEGRAFO.
PRESUPUESTO
Fagúndez señaló que “se hablan de muchos miles de pesos, pero la compra del material me costó 15.000 pesos y se lo suministré a los vecinos de la zona. Son cintas reflectivas, otra cinta que va debajo para más resistencia y velcro. Con eso se puede hacer una cogotera o el bozal que envuelve la cabeza. Por eso, el nombre de Lucero que es la estrella que brilla más y va colocado en la cabeza del caballo”.
Antes de presentar su proyecto a la comunidad, Fagúndez lo expuso “en todas las instituciones de Guichón, como la Policía, Bomberos o el Centro Auxiliar, porque están involucrados al momento de un accidente. Lamento la ausencia del alcalde, si bien estuvo presente una concejal pero faltó difusión en el concejo. Además, me gustaría ser recibido en la Junta Departamental y poder presentar el proyecto allí”.
Incluso, “hablé con Jorge Alfaro, el secretario ejecutivo de la Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev), le envié el proyecto pero no me respondió y la verdad es que me gustaría tener al menos una devolución”.
El proyecto se enfoca, además, “en el bienestar animal y de las personas. Se trata de evitar los accidentes y todo lo que viene después con la muerte de las personas o los caballos, ante una problemática a nivel nacional”.
Fagúndez recalcó que “con esta iniciativa no vamos a controlar al caballo suelto porque ya hay un descontrol de la situación, así como de los perros que matan ovejas, pero es una medida empática”.
UN ANTECEDENTE
Recordó que “el municipio de Santa Lucía tiene el récord de muertes por choques con caballos. Ellos optaron por colocarles un chip, pero no soluciona los graves accidentes. En mi caso, hace 30 años que conduzco un camión y tengo anécdotas lamentables de familias que hasta ahora no pueden encontrar a los responsables. Porque la familia de un fallecido quiere encontrar al culpable de esa muerte”.
Fagúndez aseguró que le proporcionará los materiales gratuitamente “a todo aquel que quiera cofeccionarlo, porque ese trabajo no le lleva más de media hora. Espero que esta iniciativa siga adelante, tenga un tratamiento parlamentario y sea de uso obligatorio como el chaleco reflectivo. Así como debería ser obligatorio en los caballos que van a la Meseta de Artigas, que son muchos y van por las rutas nacionales. Porque cuando pasan los accidentes, después todo queda en la nada”.