Vecinos violentos y los animales como objeto de agresiones

Lamentablemente, cada vez de forma más común, coexistimos con personas cuyas heridas, frustraciones y complejos (entre otras causas), se expresan en forma de violencia hacia los más desprotegidos: niños/as, adultos mayores, mujeres en estado de vulnerabilidad y animales. No nos corresponde intentar explicar el origen de dichas causas sino concentrarnos en sus consecuencias y en el marco legal a su respecto, específicamente en cuanto a la violencia contra los animales.

La violencia contra los animales tiene dos grandes subtipos: la directa, o sea dirigida directamente al animal por diversión, placer, indiferencia o maldad, y la vicaria, que es la que va dirigida al animal como medio para así lastimar y/o someter a su tenedor/a (principalmente mujeres y niños).

Es un rasgo mayoritario en nuestra cultura, la condena hacia la crueldad y el maltrato animal, no en vano las corridas de toros se prohibieron en nuestro país en 1888 y en 1918 se prohibieron las peleas de perros, las riñas de gallos y el tiro a la paloma. Hasta las personas que no gustan particularmente de los animales rechazan los actos de maltrato y crueldad hacia estos.

Este rasgo se ve con mayor claridad cuando hablamos de animales domésticos. En la actualidad, 7 de cada 10 familias conviven con animales no humanos, lo que claramente muestra un cambio en las integraciones familiares y en el lugar que ocupan en la sociedad los animales domésticos.

¿Tienen todas las personas obligaciones de convivir con un animal no humano? Por supuesto que no.
¿Tengo derecho a convivir con un animal doméstico si decido hacerlo? Absolutamente sí. Y así lo reconoce nuestra Ley 18.471.

Entonces, ¿qué sucede si un vecino a quien no le gustan los animales, decide comenzar a eliminarlos?

Sí, leyeron bien, eliminarlos. Aves, gatos, perros, todo animal que pase o esté cerca de su casa puede ser objeto de su violencia. ¿Cómo se convive con ese grado de violencia? ¿Cómo se cohabita en un lugar en el que una persona dispara armas de aire o fuego hacia animales, pero que eventualmente, aunque sea accidentalmente pueden herir también a un humano? ¿Qué hago frente al profundo dolor de encontrar a mi animal de estima muerto o herido en mi casa porque un vecino les dispara chumbos desde su casa?

Entiendo que lo primero, con las pruebas pertinentes, es realizar la denuncia policial inmediata. Esa persona es un peligro para todos sus vecinos, humanos y no humanos. Deberá justificar la tenencia de las armas utilizadas y enfrentar cargos penales por los delitos que haya podido cometer (desde disparo de arma de fuego en lugar público a lesiones o tentativa de homicidio).

En cuanto a las agresiones o muerte de animales, deberá realizarse la denuncia correspondiente ante el INBA (denuncia web) teniendo en cuenta que es un proceso administrativo con sanciones tales como inhabilitaciones o multas.

Si su conducta ha causado un daño físico o moral a otra persona, podrá tener que responder civilmente por los daños causados.
Eventualmente también podría solicitarse una pericia psiquiátrica y, dependiendo del resultado, y conforme la Ley de salud mental N.º 19.259, solicitar su hospitalización, por su bien y el de la comunidad.

De tener los elementos para hacer algo, lo único que no podemos hacer frente a estas situaciones, es no hacer nada. Los/as violentos/as no dejan de serlo porque uno los ignore. Podemos usar los mecanismos legales a nuestra disposición para hacer cesar las conductas violentas que nos afecten. Busquemos ayuda, ya que con apoyo y respaldo se hace más transitable este mal trago. No dejemos que los/as violentos/as impongan sus condiciones. Los no violentos somos más. Hagámoslo saber.

Dra. Verónica Ortiz, Diplomada en Derecho de los Animales – UMSA – Bs. As.