Escribe Danilo Arbilla El diluvio que se viene

Se trata del “plebiscito”, quizás la única propuesta concreta del Frente Amplio a la ciudadanía para estas elecciones. Saben que pierden. ¡Qué aventura! ¡Cómo se les escapó! Solo implica una demostración, y de eso se trata, del real poder del Partido Comunista (PC), mucho mayor que el que surge de las internas. Y en éstas porque no tenía una candidata mejor, aparentemente. Yo qué sé: hubieran tratado de otra forma a Ripoll. Es que al PC le importa más la toma del poder interno, que el propio gobierno; en esta instancia previa, queda claro.
El propósito es partidarizar aún más a los sindicatos; que efectivamente sean un instrumento “del Partido” que es el conductor del proletariado. Leninismo puro. A un costo alto. Sin duda. Primero lo de las firmas: ¡que papelón! Dijeron 430 mil, las que no serían tantas si se tiene en cuenta que fue una convocatoria del Pit Cnt, la gran central de trabajadores. Estos son muchísimo más, pienso. Firmó menos de una cuarta parte, entonces. Pero además cerca de 110 mil eran inválidas: menores, muertos, fantasmas y mucha repetición. A gatas pasaron las 300 mil y esto vale la pena reiterarlo para “el relato” de después. A la vez tendieron un puente de plata para que el presidente Lacalle Pou participe de la campaña sin reproches constitucionales. No menos del 50% de apoyo ciudadano; por algo encabeza las listas al senado y su solo anuncio transformo en vivas los abucheos.
Para peor los candidatos frentistas no estaban preparados: no tienen claro lo que hay que decir. Pereira dijo que se dejaba a los frentistas en “libertad de acción”. Solución salomónica, si las hay. Pero los candidatos no fueron tan “precisos” como el “señor presidente” del FA. Cuando se les preguntó sobre si apoyaban el plebiscito sus respuestas podrían resumirse en “sí y no y viceversa y más bien todo lo contrario y no es el tema más importante, en todo caso pregúntenle a Pereira”.
Esto con cara de “perdido” y encogimiento de hombros o cara de Cristina Kirchner, según sea. Y ahí está la clave: el ejemplo kirchnerista. Eso es lo que proponen, lo que quieren hacer: lo que hizo Néstor Kirchner que se le quedo con la plata ahorrada de los trabajadores y “rerreventó” a los jubilados. Si tiene algún jubilado argentino amigo pregúntenle por si les queda alguna duda. Eso es lo que va a hacer el Frente si gana. Dejemos de lado la aventura del plebiscito destinada al fracaso.
Es lo que van a hacer y ese es el diluvio que se viene. Y no digan que no avisaron. Tanto el presidente Pareira, que habla por todos, como los miembros de la fórmula, que hablan por no quedarse atrás, lo anunciaron; reiteradamente. El FA si gana va hacer una reforma jubilatoria en serio. En serio. La “presa” ya está identificada y bajo la mira: los casi 23 mil millones de dólares que los trabajadores tienen ahorrados y colocados en las AFAP. Serán confiscados –nada de expropiado y de “debida indemnización” y ese tipo de pavadas– y pasan a ser del pueblo, de los funcionarios del BPS, que es más o menos lo mismo.
No habrá necesidad de otro Astori con nuevos impuestos contra los jubilados; esa “sumita” da para por lo menos dos y medio presupuestos anuales del BPS (sin necesidad de recaudar nada). ¡Qué jolgorio! Ni la fiesta de Alberto Fernández, uno de los grandes guías kirchneristas, la iguala. Y a no quejarse. No digan que no se les avisó. Ahí está el zarpazo a la vista. Anótenlo.