Las energías limpias mantienen su impulso a nivel mundial y se prevé que este año pueda ser el primero en que la generación de combustibles fósiles experimente una disminución significativa. Esta novedad viene de la mano de la expansión de las energías renovables en China, que actualmente representan el 43 % del crecimiento de la energía solar y el 44 % del incremento eólico global.
En este sentido, la Organización de las Naciones Unidas (ONU, por su sigla en inglés) destacó como un hito histórico que, en el primer semestre de 2025, las energías renovables hayan cubierto la totalidad del incremento de la demanda eléctrica mundial, según lo informado por el centro de investigación Ember (Inglaterra) en un informe publicado este martes. El mismo analiza los cambios en la generación mundial de electricidad entre enero y junio de 2025 en comparación con el mismo período del año anterior, con la finalidad de medir el progreso de la transición global hacia una energía limpia.
El informe se basa en datos mensuales de electricidad de 88 países, que representan el 90 % de la demanda eléctrica mundial, e incluye estimaciones sobre los cambios en la generación restante.
Cabe destacar que la energía solar y eólica no solo superó el crecimiento de la demanda, sino que las energías renovables en conjunto superaron a la producción eléctrica a base de carbón en esta primera mitad de 2025. El análisis muestra que la generación solar y eólica creció un 12 % interanual durante los primeros seis meses del año, produciendo 1.023 teravatios/hora adicionales. Este incremento superó holgadamente el aumento global en la demanda eléctrica, que fue de 1.020 teravatios/hora respecto al mismo período de 2024.
El informe subraya que este crecimiento se produjo a pesar de factores adversos como la sequía en América del Sur –que redujo la generación hidroeléctrica– y la ralentización económica en algunos mercados. China, por su parte, emergió como el principal motor de esta expansión, representando el 43 % del crecimiento en generación solar y el 44 % del incremento eólico a nivel global.
La generación fósil disminuyó en China e India, aunque creció en la Unión Europea y Estados Unidos. Aun así, el análisis confirma que estamos en un punto de inflexión crucial, en el que la energía solar y eólica crece lo suficientemente rápido como para satisfacer el creciente apetito mundial por electricidad, señala el informe.
“Estamos ante un cambio de paradigma. La transición energética ha alcanzado un punto de inflexión donde las energías renovables no solo complementan el sistema, sino que lo lideran. Esto nos da esperanzas realistas de que el sector eléctrico pueda alcanzar las emisiones netas cero para 2040”, afirmó Dave Jones, director del programa global de Ember.
El hecho de que las energías renovables hayan superado al carbón por primera vez en la producción de electricidad marca un cambio histórico. Sin embargo, para asegurar ese progreso, los países deberían acelerar la inversión en almacenamiento solar, eólico y en baterías, de forma que la electricidad limpia y confiable llegue a las comunidades de todo el mundo.
Por otra parte, queda claro también que las energías solar y eólica ya no son tecnologías marginales, sino que, por el contrario, están impulsando el sistema eléctrico mundial. A medida que los costos de estas tecnologías sigan bajando, es necesario aprovechar los beneficios económicos, sociales y de salud para la población.
Este es un aspecto sustancial de cualquier mejora, también para Uruguay, que se ha ganado un lugar destacado en el mapa energético mundial, ya que actualmente más del 90% de nuestra electricidad proviene de fuentes renovables, siendo reconocido internacionalmente por su liderazgo en la transición hacia una matriz limpia.
Sin embargo, detrás de estos logros nacionales se abre la misma interrogante que hoy genera expectativa a partir de las mejoras mundiales antes mencionadas: ¿cómo se vive esta transición a nivel del ciudadano común y qué desafíos enfrentan las comunidades locales para que esta transformación sea también justa y equitativa?
La incorporación de energías renovables en viviendas sociales, cooperativas o pequeñas industrias uruguayas sigue siendo marginal, y ese es un punto también a considerar, ya que la transición energética no puede limitarse a grandes obras, sino que debe llegar a los hogares, los barrios, los tambos y las pequeñas empresas o industrias. El Interior no puede ser solo escenario de parques solares y eólicos, sino beneficiario de los avances y guardián de sus propios paisajes.
La transición energética es una oportunidad también histórica para nuestro país, sin dejar de ser un gran desafío. Para que sea verdaderamente justa, debe ser territorialmente equitativa, socialmente inclusiva y ambientalmente responsable.
No solo está presente el desafío de considerar a las comunidades locales para evitar conflictos relacionados con el impacto de los parques de energía renovable en el paisaje, la fauna y el uso del suelo, sino también el de lograr que los avances energéticos permitan beneficios concretos para las familias de estas zonas del país. Un gran aporte sería el abatimiento de las barreras de desigualdad en el acceso a tecnologías limpias, como paneles solares domiciliarios, sistemas de eficiencia energética o redes inteligentes, que son limitadas en zonas rurales y barrios del Interior. En muchos casos, las energías renovables se acercan más a un privilegio que a un derecho para los habitantes de un país líder en la materia.
En este sentido, podríamos preguntarnos: ¿quién gana con la transición energética? La concentración de beneficios es un aspecto crítico, ya que los grandes parques solares son financiados por UTE y empresas privadas, por lo que la propiedad y el control de la generación sigue en manos de actores centralizados, siendo gran parte de los uruguayos receptores pasivos de decisiones tomadas por empresas extranjeras.
También la reconversión laboral asociada a la transición energética se encuentra en un punto crucial, dada la necesidad de nuevos perfiles laborales como instaladores de paneles solares, técnicos en eficiencia energética u operadores de redes inteligentes. Al respecto, es importante asegurar que este tema no se transforme en un cuello de botella y, por otra parte, permita abrir el campo a la formación técnica y profesional que será necesaria en el futuro próximo.
La transición energética es hoy una política de Estado que ha trascendido las diferentes administraciones del gobierno nacional, y eso es algo para celebrar. Pero también es hora de trabajar en las tensiones que presenta, abordándola no solo como una oportunidad y un recurso, sino también como una clara herramienta de desarrollo, cuyos beneficios deben llegar a todos los uruguayos. → Leer más