Este viernes, a las 14.30, Casa de Cultura abrirá sus puertas para un intercambio que busca iluminar un tema tantas veces relegado en el país: los derechos de los artistas y la estructura jurídica que sostiene --o debería sostener-- el trabajo creativo en Uruguay.
Bajo el título “El camino del artista hacia nuestros derechos”, la abogada especialista en propiedad intelectual Martha Caviglia y la compositora y rapera Clipper encabezarán una exposición que apunta a derribar prejuicios, acercar información y, sobre todo, revelar las vulnerabilidades cotidianas del sector cultural.
El encuentro, organizado por el Centro de Estudios Paysandú (CEP) y la Dirección de Cultura de la Intendencia, propone un formato que combina análisis legal, testimonio artístico y una aproximación práctica a los desafíos que enfrentan músicos, intérpretes, productores y organizadores de eventos. A ellas se sumará José Luis Azaretto, presidente de la Federación Uruguaya de Músicos, para abordar la dimensión laboral del oficio, históricamente invisibilizada incluso dentro del propio ecosistema cultural.

Explicar lo que casi nadie explica
“Soy abogada especializada en propiedad intelectual”, explicó Caviglia en diálogo con EL TELEGRAFO. “Y esto no sólo involucra marcas o patentes, que es lo que la gente más conoce, sino derecho de autor y derechos conexos: los autores, que crean la obra, y los artistas intérpretes, que la llevan adelante”, aseguró. Según la especialista, la distancia entre los creadores y el marco legal que regula su actividad produce efectos concretos: pérdida de oportunidades, dificultades contractuales, ingresos frustrados y una vulnerabilidad estructural que muchas veces se arrastra durante años.
Para que esa distancia se acorte, dijo, hace falta un lenguaje cotidiano, cercano, que permita comprender qué obligaciones y derechos intervienen tanto en la creación como en la circulación de obras. De ahí la importancia de que Clipper participe activamente en el conversatorio, relatando episodios reales de su carrera en los que la falta de información la llevó a asumir riesgos o a quedarse sin ingresos que le correspondían.
“Era fundamental que hubiese un artista en la charla”, remarcó Caviglia. “Si no, se convierte en una abogada hablando de derechos de personas que no vemos. En cambio, cuando un artista cuenta sus éxitos y sus errores, cuando explica en qué momentos hubiera necesitado asesoramiento, todos entienden de inmediato de qué estamos hablando”.
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