Los objetivos de presupuesto son reducir la pobreza estructural e impulsar inversiones

El director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) Isaac Alfie recorrió en Paysandú obras financiadas por transferencias a través de los programas FDI (Fondo de Desarrollo del Interior) y PDGS (Programa de Desarrollo de Gestión Subnacional) porque “había cantidad de obras sin ejecutar o con muy bajo porcentaje de ejecución”.
Además, antes de viajar, “firmé un anticipo financiero para la obra del Parque Municipal” de un presupuesto de un millón de dólares, con lo que la Intendencia podrá comenzar la construcción de parte de la obra prevista, dijo en una entrevista que mantuvo con el director de EL TELEGRAFO, Alberto Baccaro.
Alfie indicó que el déficit actualizado a febrero de este año, tras “una revisión de cuentas públicas y algunas cosas extraordinarias que ya se conocían”, se elevó al 5,6%. Para fin de año “proyectamos que vamos a tener un déficit más grande; 6,5% es la previsión actual. Porque con la pandemia todo nuestro programa de baja de gasto claramente carece de sentido. Podemos seguir apegados a la austeridad pero hay otro gasto mucho mayor que nos llevó puestos. Las circunstancias cambiaron totalmente”.
Se mostró optimista en el sentido que “la situación sanitaria se va a revertir porque el mundo la va a revertir. Como estamos viendo el mundo y lo que está pasando en Uruguay, razonablemente vamos a revertir esta situación. Vamos a empezar a crecer, pero además se están tomando medidas no solo de austeridad sino sobre todo en inversiones”.

OBJETIVO UNO: REDUCIR POBREZA ESTRUCTURAL

Destacó el Director de la OPP que “los objetivos del presupuesto nacional son dos. Uno es reducir la brecha de pobreza estructural que tenemos. Para eso hay una atención de primera infancia con cambio de enfoque, que es lo que está haciendo el INAU, saliendo de ese centro de 24 horas y pasando a un cuidado más familiar y de menos horas. Incorporar familias de acogida al programa. Naturalmente que va a seguir estando las 24 horas. Pero se trata de cuidar mucho mejor a los niños, no marginarlos”.
Además, en “la ANEP habrá un cambio de centro para mejorar el nivel educativo. Esto es clave; no va a dar resultado ahora, pero eso es el futuro”, agregó Alfie. “La reducción de la brecha de pobreza empieza por la educación definitivamente”, subrayó. “Uno puede reducir la pobreza estadísticamente realizando transferencias. Pero, a las pruebas me remito: pasó lo que pasó y en dos semanas aparecieron 820.000 personas que tuvimos que asistir. La gente no está preparada para la propia defensa, que es lo que nosotros tenemos que hacer, preparar a la gente para la propia defensa”.
“Entonces hay que atacar la brecha de pobreza para reducirla de manera permanente, pero dándole posibilidades a la gente. Esto es a mediano plazo pero tenemos que construirlo desde ahora”. Al mismo tiempo se trabajará en la optimización de programas sociales desde que “encontramos 391 en diferentes entes. Algunos atienden diferentes poblaciones objetivos, pero una cantidad estaban superpuestos. Algunos servían a 30 o 40 personas y tenían una estructura administrativa para atenderlas. La administración se llevaba todo el presupuesto”.

OBJETIVO DOS: IMPULSAR INVERSIÓN Y EMPLEO

El segundo objetivo “es retomar el crecimiento para generar empleo que beneficie a amplios sectores de la población. Para eso precisamos inversión. También educación”.
“En el mundo de la globalización en tiempo real -porque globalizado está desde hace más de 500 años- la brecha de educación se siente mucho más. Tenemos una brecha educativa con gente que no puede entrar en ese mundo y, si no lo hace, lamentablemente no tiene futuro. Queremos que tengan futuro”, aseguró Alfie.
Al mismo tiempo “también precisamos inversión para generar recursos para poder insertar a las personas. Gente de más de 20, 30 y hasta 40 años. Tenemos que de alguna manera insertarlos. Para eso precisamos recursos para estimular a las empresas”.
Para apoyar la inversión “se han emitido una cantidad de decretos. Está por salir un decreto que amplía las promociones para inversiones en base a la ley de inversiones de 1998”.
En cuanto al polémico tema de la residencia fiscal de extranjeros, “no es solo eso, sino que determinadas personas se instalen en el país e instalen su centro de actividad. Así como paso en la revolución agrícola a partir de 2003, ojalá podamos hacer una revolución de servicios. Uruguay no es un país barato, es más bien caro dentro de la región. Para mantener nuestro nivel de vida, si no nos metemos en los servicios de valor agregado no es posible crecer. No somos un país industrial, pero sí de servicios”.
“Algunos pensaron que residencia fiscal era un tema básicamente de impuestos. Es mucho más, es un tema de radicación. Hay muchísimas consultas para la instalación de bases de servicios en Uruguay”, destacó Alfie y agregó que “eso es muy importante porque genera empleo de calidad. A veces en zona franca, pero los empleados viven y consumen en Uruguay. Además pagan el impuesto a la renta local, salvo que sea extranjero que puede optar por pagar el impuesto no residente por un tiempo, pero también pagan impuestos. El programa es más amplio”.