18 de Julio y su sana costumbre de andar de copa en copa

18 de Julio festejó en Porvenir el título del Clausura y del Honor. El club sumó su tercer título en el fútbol mayor local en seis años de Primera División.
La primera vuelta olímpica del año fue por haber logrado el Apertura,
en el Estadio Artigas, tras empatar frente a Bella Vista.

18 de Julio sigue escribiendo páginas más que importantes no solo en su historia, sino en la del fútbol sanducero. El equipo de Porvenir volvió a coronarse campeón del Honor del fútbol de Primera División de Paysandú, sumando así su tercera conquista, la segunda consecutiva.
Pero claro: hay que tener en cuenta que su historia en el fútbol mayor de Paysandú se remonta a hace muy pocos años. Repasando un poco, comenzó a jugar en la Divisional B en 2013, y el mismo año logró el ascenso a Primera. Por si fuera poco, al año siguiente copó todo lo que jugó en el ámbito local, siendo campeón del Apertura, del Clausura y del Honor.
Al año siguiente rozó la gloria, pero fue vicecampeón. Y en 2016 puso al fútbol de Paysandú otra vez en la vidriera grande al coronarse campeón de la Copa Nacional de Clubes de OFI. El año pasado, en tanto, obtuvo nuevamente el título local, ahora en una finalísima tras la Liguilla, y este 2019 repitió la vuelta olímpica aunque ahora ganando todo lo que jugó: Apertura, Clausura y Acumulado.

La campaña del campeón

18 de Julio sacudió el ambiente otra vez, quedándose con todo lo que jugó a lo largo de este 2019 en el ámbito local.
La temporada oficial comenzó con un empate en el Apertura, sin goles ante Litoral, pero en su próxima presentación mostró los dientes: le ganó 4 a 2 a Amanecer.
El partido por la tercera fecha, ante Huracán, fue postergado por la participación del globito en la Copa Nacional de Clubes.
Por eso, la próxima presentación fue ante Independiente, por la cuarta etapa. Y también fue victoria: 4 a 1.
El equipo de Porvenir comenzó a ser mirado como serio candidato. Además, los equipos coperos estaban jugando a dos frentes, por lo que no era fácil mantener el ritmo.
A 18 de Julio le importó poco. Siguió trabajando en procura de jugar cada partido como una final. Y los resultados fueron acompañando de la mejor manera.
En la quinta fecha sumó un triunfo ante Rampla por 2 a 1, y definitivamente dejó en claro que quería pisar fuerte cuando en la sexta fecha venció a Wanderers y pasó a comandar la tabla del Apertura con un partido menos, dado que todavía quedaba aquel por jugar ante el globito.
El equipo venció a Guaviyú 3 a 0 en partido por la 7ª fecha, en tanto luego le ganó a Huracán por 3 a 2 en partido atrasado.
En la siguiente etapa fue Juventud el que cedió ante 18 de Julio, por 2 a 1, mientras que en la novena fecha Estudiantil frenó el envión al empatarle sin goles.
Pero el título estaba a la vista. Llegó a la novena fecha sabiendo que la primera copa del año lo estaba esperando, y terminó por dar la vuelta olímpica en el Estadio Artigas, tras ganarle a Bella Vista por 1 a 0.
18 de Julio se quedaba así, anticipadamente a falta de un partido, con el primer título del año y la primera parte del Honor.
Le quedaba una presentación, ante Progreso, al que venció 3 a 0 para definitivamente afirmar su intención de repetir en el Clausura y cerrar la temporada antes de lo previsible.
En aquel momento el técnico de 18 de Julio, Milton Vignolo, lo dejó en claro: el Clausura sería tanto o más difícil, el nivel aumentaría porque los coperos podrían dedicarse exclusivamente al torneo local, y de yapa venían con un nivel importante.
Por lo pronto, el Clausura comenzó con el pie derecho para el equipo de Porvenir, que le ganó 1 a 0 a Litoral.
Luego sería victoria 3 a 0 frente a Amanecer, y Huracán lo frenaría en la tercera fecha, al igualar sin goles.
Fue en la cuarta fecha del Clausura en la que 18 de Julio perdió el invicto no solo en el torneo, sino en la temporada. Habían pasado 14 partidos hasta que Independiente le dio un revolcón al imponerse 1 a 0.
Pero se recuperó y no perdió de vista el objetivo: cada partido era una final, por lo que no había tiempo para el lamento.
Por eso, en la 5ª fecha sumó un triunfo 4 a 1 ante Rampla para tomar el liderazgo del Clausura.
Luego igualaría sin goles ante Wanderers, vencería a Guaviyú por 5 a 3, y le ganaría por la 8ª fecha a Juventud por 5 a 0.
Ese compromiso fue clave: le permitió a 18 de Julio acceder anticipadamente al título del acumulado.
¿Qué le permitiría esto? Nada menos que el título del Honor si se quedaba con el Clausura.
En la novena fecha venció 3 a 1 a Estudiantil y quedó como único líder, sabiendo que atrás les pisaban los talones y el margen de error era muy justo.
En la 10ª fecha el partido terminó en empate sin goles ante Bella Vista, pero teniendo la certeza de que dependía de sí mismo para, en la última jornada del Clausura, quedarse con el título y con festejo por partida doble.
El partido ante Progreso en Porvenir, era clave. Y allí estaba la expectativa teniendo en cuenta que la temporada podría bajar la persiana en caso de que 18 de Julio fuera el campeón. Y le costó. Progreso lo tuvo a mal traer, pero finalmente el dueño de casa se quedó con el triunfo por 3 a 2, para dar rienda suelta a la locura.
18 de Julio sumaba en sus siete años en el fútbol sanducero, seis en Primera, su tercer título de Honor. Otra vez mostró su sana costumbre de levantar copas. Lo que pareció en su momento un aire fresco para el fútbol doméstico, terminó por confirmarse.
Este 18 de Julio llegó con la intención de sacudir el ambiente ha logrado el objetivo. Por si quedaban dudas, lo volvió a hacer. Con varias caras nuevas, y la misma idea.