“El problema fue conseguir los materiales e insumos médicos”

Dr. Mario Rodríguez Verde.

Los primeros casos del coronavirus COVID-19 en Uruguay no hicieron otra cosa que despertar una señal de alerta, mientras se realizaba un silencioso trabajo en el sistema de salud, apuntando a estar preparado y evitar que, en caso de que los contagios fueran surgiendo en número importante, no colapsara. El director del Centro de Tratamiento Intensivo (CTI) de Comepa, Dr. Mario Rodríguez Verde, resaltó a EL TELEGRAFO que el país está preparado para afrontar la situación. Quien es además integrante de la Academia Nacional de Medicina destacó que los preparativos no fueron fáciles y que es fundamental cuidar al personal de la salud.

LOS PREPARATIVOS

El 13 de marzo fue una fecha clave: se anunció la aparición de los primeros casos de coronavirus en nuestro país. Y comenzó, según confiesa el director del CTI de Comepa, una carrera contrarreloj para prepararse ante la posibilidad de propagación del virus. “Dentro de todo, teníamos ‘la suerte’ de que esta situación había pasado por China, estaba ocurriendo en Europa, y acá, en América, comenzaba casi al mismo tiempo. Pero el problema era conseguir los materiales e insumos médicos pensando en afrontar la tormenta que se venía”, recordó.
El tema era claro: había que conseguir los equipos para proteger a los profesionales de la salud, y aumentar el número de respiradores. Y las dificultades no fueron pocas. “Es que no había a nivel internacional”, remarcó Rodríguez Verde.
“En primer lugar la preocupación pasó por los equipos de protección personal, que son equipos especiales, con los que no estamos acostumbrados a trabajar en el mercado, por lo que rápidamente tuvimos que buscar soluciones”, dijo. Y se logró ese objetivo: “se consiguió en cantidad suficiente como para poder afrontar la atención de una determinada cantidad de pacientes, y llegamos a tener un stock bastante bueno”, siempre teniendo en cuenta la impredecibilidad de la situación.
“No sabés si vas a tener cinco, 10 o 50 pacientes. Pero el hecho es que todo marzo fue difícil, porque también era esencial poder sumar respiradores, por lo que se apuntó a aumentar nuestra capacidad, dado que al tener respiradores se podría aumentar eventualmente el número de camas”, destacó.
Y el conseguir esos respiradores no fue fácil. A tal punto que hoy Comepa cuenta con varios respiradores alquilados. “El tema es claro: se fabrican en Europa y Estados Unidos, y los guardan para ellos”.
Hoy Comepa cuenta con una capacidad de 15 camas en el CTI, y eventualmente se podría aumentar en dos o tres más.

CUIDAR A LOS QUE CURAN

Con la tranquilidad de haber conseguido el equipo de protección personal y los respiradores, hay otro aspecto clave: el personal de la salud que trabajaría con enfermos de coronavirus. Para Rodríguez Verde la posibilidad de aumentar camas para el CTI depende de un factor clave como lo es el recurso humano, que “tiene que ser preparado”, por lo que “se depende mucho de ese cuello de botella”. Y ese personal debe cuidarse al máximo. Pero, ¿cómo se trabaja en el CTI una vez concretada la llegada de un paciente con coronavirus? Según el director del CTI de Comepa, “como se ha hecho en todo el país, y con la información que tenemos de Europa”.
El médico destacó que “tenemos un área de CTI exclusivamente para los pacientes de COVID-19, y esa área tiene destinado personal exclusivo, que solo trabaja allí. Desde enfermeros hasta médicos, pasando por el personal de limpieza”. Y ese sector tiene, lógicamente, una división física con el resto.
“El área para tratar a los pacientes está totalmente provista. Es decir que tiene una enfermería dentro del mismo lugar, una zona en la que se descartan los desechos, y la personas que trabajan en el área se visten cuando entran a ese área, y cuando salen se cambian la ropa”, explicó.
La vestimenta “es la común y corriente, pero con una circulación de ropa”. “Tanto las personas como la ropa tienen su sistema por donde circula”, sumó.
Ahora bien: cuando el personal dentro del área debe acercarse a los pacientes, se usa el equipo de protección personal. “Cascos con protección facial, máscaras médicas, tapabocas médicos, doble par de guantes y una sobretúnica, además de antiparras o lentes. Una vez que ya no se está cerca del paciente, el personal se va quitando la protección siguiendo un estricto protocolo, porque debe hacerse en determinado orden y precauciones, ya que ese equipo está supuestamente contaminado”.

LA POSIBILIDAD DE CONTAGIO

Europa tuvo serios problemas con el contagio del personal de salud. Pero de este lado del mundo se aprovechó toda la información posible para tomar las precauciones necesarias. Por eso, la pregunta del millón pasa por conocer cuál es la efectividad de las medidas adoptadas.
Rodríguez Verde dejó en claro que las posibilidades son mínimas. “Estamos muy en contacto con CTI de Montevideo, donde han tenido varios casos de COVID-19, y nos transmiten mucha tranquilidad. Hay unidades de CTI que hace 40 días tienen pacientes con COVID-19 y nos dicen que si se utiliza el equipo de protección correctamente, no te contaminás. Y no han tenido bajas hasta el momento de personal de CTI”.
El trabajo en el CTI se supone estresante, y más en este tipo de situaciones. Pero el personal de salud tiene en claro que  hay dos aspectos claves para el buen funcionamiento: transmitir calma y trabajar en equipo.
“Es muy importante transmitir calma. Hay que estar muy tranquilos y actuar de manera muy pensada, seguir los protocolos con mente fría”, destacó Rodríguez Verde, así como también que “es muy importante el trabajo en equipo, algo que tenemos en el CTI” totalmente incorporado.
“Son tres o cuatro personas que están trabajando con el paciente, por lo que el trabajo de equipo está muy afianzado y eso da mucha tranquilidad, porque todos dependemos de todos”, dijo.
Y reforzó la idea de que “el médico y la enfermera tienen equipos de protección personal que funcionan, teniendo los cuidados adecuados; y funcionan bien. Y pueden estar tranquilos de que, cuidándose y manejando bien los protocolos, se minimiza la posibilidad de contagio”.

OPTIMISMO

“Si miramos a todo el Uruguay, los casos se concentran sobre todo en Montevideo y alrededores. Del río Negro para arriba hay algunos, pero contados con los dedos”, evaluó, para asegurar que “si se desarrolla una buena estrategia, es decir que apenas aparezca algún caso rápidamente se haga el seguimiento de contactos y se concrete el aislamiento, se puede controlar”. Sobre todo en “ciudades chicas como la nuestra, en la que rápidamente se puede localizar a los contactos, aislarlos y estudiarlos”, resumió.
Rodríguez Verde aseguró que “si bien tenemos una amenaza, creo que la estrategia hasta el momento ha dado buenos resultados, al menos en el Interior” pero también dijo que “ahora la gente comenzó a circular, y se verá qué pasa dentro de 10 o 15 días”, aunque dijo ser “optimista de que la situación se pueda dominar”.
El profesional fue claro en su resumen: “el objetivo es que no se desborde el sistema sanitario. Es posible que tengamos algún caso, alguno grave que necesite CTI, pero lo miro con un poco más de optimismo”.