El manejo reproductivo controlado en el ganado vacuno muestra superiores porcentajes de preñez

El manejo reproductivo controlado, efectuado en diversos rodeos de tres departamentos del litoral norte (Artigas, Salto y Paysandú), más Tacuarembó y Cerro Largo “mostraron datos superiores en los porcentajes de preñez, con respecto a aquellos predios en que no lo hicieron”, destacó a EL TELEGRAFO el doctor Guillermo De Navas.
De acuerdo con datos parciales constatados hasta el momento, de 17.533 vientres evaluados en 14 rodeos de los departamentos mencionados, “en nueve rodeos terminados en donde hay manejo reproductivo controlado con todas las tecnologías y en donde según el anestro se hace destete, tenemos un 86% de preñez”, señaló el veterinario de la profesión liberal.
“Lo que notamos es una gran diferencia en ese manejo; los que no lo tienen oscilan en el 73%, frente al 93% de los que tienen el manejo reproductivo controlado”, enfatizó.
De Navas explicó que “lo que vemos este año, evaluando todas las vacas paridas, es una regionalización de los problemas, ya que los predios de Artigas, Salto y Paysandú tienen más incidencia de anestro y más problemas para preñar las vacas, que los rodeos de Tacuarembó y Cerro Largo”.
Sostuvo que en el litoral, “donde se hizo monitoreo del entore, hubo que destetar en forma precoz muchos terneros para obtener mejor porcentaje de preñez, porque si no lo hacíamos, serían muy bajos”.
Según el profesional, esto sucede porque “el invierno fue muy duro con muchas heladas y largo, lo que llevó a que las vacas parieran en mala condición corporal. La primavera fue tardía y recién empezó a llover en enero y febrero; los productores se amansaron para tomar determinadas medidas y los resultados están lejos de las expectativas que tenían”. De acuerdo con lo que señala De Navas, “se apreció mayor incidencia de anestro y costaba que las vacas se alcen, sobre todo en zonas de cargas altas”.
En el basalto
El doctor Andrés Hiriart, un profesional veterinario que trabaja en una amplia zona ganadera y de cría de Paysandú y Río Negro, precisó que “a esta altura todavía no se poseen datos finales, porque arrancamos a fines de febrero a efectuar estudios de condición ovárica y de preñeces, y hoy estamos en el fuerte de esta actividad, con trabajos permanentes”.
De todas maneras, señaló que, a grandes rasgos, “los rodeos de cría con terneros al pie son los que dan un poco más bajos, pero las vaquillonas o lotes fallados vienen bien y por encima del 70% de preñez, con porcentajes de 80 y 90%, lo que establece una linda situación”.
Explicó que en el caso de los productores que retiraron un poco más tarde los toros “tenían mucho pasto, debido a varias jornadas de lluvias y eso repercutió en la preñez y levantó la situación, de acuerdo con los tactos que hemos efectuado en la zona”.
El profesional sanducero precisó que, en vacas paridas, “se constataron preñeces de dos y tres meses, ayudado por destete temporario, en muy pocos casos por destete precoz, pero en general se va a andar bien”.
Más allá de entender que había que afinar la mira, sostiene que aquellos predios con campo natural, que manejan muy bien la carga animal por hectárea, “tienen mejores resultados. A esos se agregan aquellos predios donde no hay ovejas; ahí mejoran también sumado a la revisación de toros, palpación de ovarios”, dijo Hiriart.
Con 15 meses
Con respecto a lo observado días atrás en el establecimiento Campo Nuevo de Tortorella Hermanos, en la zona de Santana (departamento de Paysandú), donde Andrés Hiriart trabaja hace varios años, se pudo observar cómo es posible entorar vaquillonas de entre 15 y 17 meses (y algunas de menos edad), que llegaban con más de 300 kilos a ese momento, con un 91% de preñez. En el lote observado, había animales entorados de 14 y 13 meses, comentó el veterinario, quien además explicó que en Campo Nuevo “se apunta a la crianza con creep-feeding, que repercute mucho en el ternero y la crianza de esa futura madre”. A esa ternera, en el primer invierno, “se la ayuda mucho con comida con buenas pasturas artificiales y se le brinda prioridad a esa futura madre. De ahí que se llega a madres de más de 300 kilos con 15 meses”, precisó.
“Acá parten a trabajar cuando nace el animal y desde ahí lo tratan muy bien”, apuntó el ingeniero agrónomo Juan Andrés Moreira, de Plan Agropecuario. “La primera tecnología aplicada ni bien nace el ternero es la suplementación diferenciada por el creep-feeding, que se hace al pie de la madre”.
Ese animal, que además de la leche materna consume ración, tiene un desarrollo bastante particular con altas ganancias de peso, que determina que se desteten con pesos próximos a los 200 kilos en marzo y abril. De ahí pasa a un sistema de recría, con áreas de pradera de vida larga y suplementadas con ración de recría, con ganancias muy altas, de alrededor de 1 a 1.200 kilo por día y determina que entre los 15 y 17 meses llegue con 300 a 320 kilos. A ese animal se le hace implante de dispositivos con hormonas y a partir de ese momento pasan a la inseminación a tiempo fijo. Este año, el porcentaje de preñez fue de 91%, un excelente resultado para una categoría de 15 meses, lo que se puede definir como récord”, dijo Moreira.
Previo a la inseminación, a los animales se les hace un monitoreo de madurez sexual. Estos llegan con una “tonicidad” casi similar a un animal adulto.
Plan agropecuario
Desde el Instituto Plan Agropecuario, su informe de situación destaca que el estado de los animales que componen el rodeo de cría, en general, es bueno como consecuencia de la alta producción forrajera de las pasturas. Agrega que se comenzaron a realizar los diagnósticos de gestación. “Si bien no se dispone de información suficiente sobre los niveles generales de preñez, los primeros resultados son auspiciosos en tanto han sido altos”.
Sostiene además que se han realizado “gran parte de los destetes definitivos. Los terneros registran pesos muy altos comparados con años anteriores para la misma época. Las recrías tienen una excelente condición corporal, las vaquillonas han tenido un crecimiento sostenido y se espera que lleguen en buenas condiciones para el entore de la próxima primavera”.
Con respecto a lo que ha sucedido en el litoral norte, el informe indica que “una situación observada en algunos predios es el alargamiento del período de entore, que incluso se va hasta marzo. Esto se explica por el intento de capitalizar de la mejor manera posible lo ocurrido con la oferta y calidad de pasto durante febrero e inicios de marzo y lo extendida de la última parición”.
Explica que esta decisión de los productores “podría determinar que se alcancen muy buenos niveles de preñez, aunque probablemente con una importante incidencia de preñeces más tardías”.
Otro aspecto importante a resaltar “es que, nuevamente, este año se verifican elevados pesos de los terneros al destete, por que las vacas convirtieron mucho pasto en leche, que se ve en su desempeño productivo. A la fecha, la mayoría de los productores ha realizado el destete definitivo, práctica que es muy importante realizarla en el otoño para permitir que la vaca preñada mejore la condición corporal, aprovechando la buena disponibilidad de pasto, y llegue al parto con posibilidades de preñarse nuevamente”.
Con relación a los resultados de los diagnósticos de gestación, aún son pocos los datos existentes en la región. “Los primeros que se conocen, muestran buenos desempeños, superiores al 80%. La buena oferta de forraje también se reflejó en el estado de las categorías de recría, que tienen una excelente condición corporal”.
Pasturas
Desde Plan Agropecuario, también se establece que las tasas de crecimiento en verano “fueron excepcionalmente altas en la región de Basalto”. Se destaca en particular el mes de enero, “cuando el crecimiento se ubicó casi un 40% por encima del promedio histórico”.
Como consecuencia de lo anterior, en términos generales, “existe muy buena disponibilidad y calidad de forraje en los pastizales naturales. En el caso de suelos de tipo más arenoso (zona de Chapicuy, por ejemplo), se observa un importante endurecimiento del tapiz, aun en predios manejados con altas cargas en esta estación, consecuencia de la presencia de especies como canutillo y cola de zorro. Hay situaciones donde el exceso de pasto y la pérdida de calidad pueden comprometer el desempeño del ganado, en especial las categorías más jóvenes, como los terneros destetados”.
En este caso, enfatizan que “hay que prestar especial atención y destinar potreros acondicionados previamente para tal categoría. Se recomienda hacerlo en aquellos con pasturas más finas e invernales”.
La suplementación proteica puede ser una opción válida para categorías jóvenes y adultas, especialmente después que ocurran las primeras heladas.