Rinde. De a ratos gusta, muestra buenas intenciones, y se hace fuerte en el arco rival. Tanto, que en dos partidos lleva convertidos ocho goles.
Bélgica se transformó en uno de los mejores exponentes de la cita mundialista. Tras la esperable goleada por 3 a 0 ante Panamá, ayer el equipo se despachó con un 5 a 2 ante Túnez, que virtualmente lo dejó de cara a la clasificación por el Grupo G, el que lidera.
Los belgas dominaron el partido. Rápidamente se pusieron al frente del tanteador por intermedio de un penal, 10 minutos más tarde festejaron el segundo. Túnez reaccionó inmediatamente alcanzando el descuento, lo que revitalizó a los africanos, que debieron en esa primera etapa realizar un par de variantes por lesión.
Cuando se iba esa primera parte Lukaku marcó el segundo de su cosecha personal, el tercero de su equipo, que se fue al descanso arriba en el marcador y con la confianza necesaria como para afrontar el complemento con tranquilidad.
Y así fue. Bélgica dominó de principio a fin el segundo tiempo. Hazard liquidó definitivamente el partido tras eludir al golero y definiendo ante el arco vacío, y ya sobre el final llegó el quinto. Túnez quiso ir por más en esos últimos instantes del partido y alcanzó el descuento.
El pasaje está en el bolsillo. Bélgica mostró una buena cara en los dos partidos jugados hasta el momento, y aspirará a quedarse con un triunfo en su última presentación, ante Inglaterra. Pero seguramente esa será la medida real para ver hasta dónde podría aspirar un equipo que pinta bien, pero que también lo ha hecho en varias ocasiones hasta tropezar y no poder confirmar en las que duelen ese favoritismo que muestra en el inicio de la competencia.
