A Peñarol le bastó un partido para el bicampeonato

Uruguay's Penarol defender Fabricio Formiliano celebrates after scoring against Uruguay's Nacional, during the 2018 Uruguayan football Championship match , at the Centenario stadium in Montevideo, on November 11, 2018. (Photo by MIGUEL ROJO / AFP)

La tabla anual le permitía saber que, pegando primero, se quedaría en este partido con el Campeonato Uruguayo.
Y no la dejó pasar. Se aferró a la receta de los últimos partidos, en los que nada le fue fácil pero terminó por darlos vuelta. E hizo lo mismo ayer, ante Nacional, en la definición del Uruguayo.
El carbonero ganó 2 a 1 y desató la locura en el Estadio Centenario, para lograr un bicampeonato después de mucho tiempo, desde la época del último quinquenio.
El tricolor, que necesitaba ganar para forzar a una definición de dos partidos, comenzó mejor dentro de un primer tiempo que no gustó. Pero, dentro de ese panorama, intentó jugar más y se acercó en un par de ocasiones, ante un rival que apostaba más al juego en largo. Apenas comenzó el segundo tiempo el tricolor marcó la diferencia. Zunino abrió el tanteador, y luego el equipo tuvo chances de aumentar.
Los cambios le dieron otro funcionamiento a Peñarol, que avisó con un remate de Canobbio que se estrelló en el palo, y luego Rolín evitó la igualdad tras un remate de Cristian Rodríguez.
Hasta que llegó la igualdad: tiro libre, cabezazo (en off side) de Carlos Rodríguez, la pelota dio en el caño derecho, recorrió la línea de gol, rebotó en la base del caño izquierdo y entró Formiliano para definir.
Así se fue el partido, que debía tener un ganador. Por eso fue tiempo de alargue.
A los pocos minutos del primer chico, penal para Nacional que el “Cebolla” Rodríguez transformó en gol.
Nacional, obligadísimo, fue en búsqueda del empate. Y estuvo cerca en alguna ocasión, así como Peñarol de aumentar.
Fue el carbonero el que se aferró a la receta de los últimos partidos.
Lo dio vuelta y lo defendió. Y le valió nada menos que el bicampeonato uruguayo, desatar la locura merecida por no bajar los brazos cuando a lo largo de la temporada las cosas no se daban, y la ventaja ante el tricolor en la anual parecía indescontable.