Solicitada

La política y la democracia
Existen en el pueblo uruguayo manifestaciones de descreimiento en la política y en la democracia, así al menos lo indican algunas encuestas. Sin dudas esto debe preocuparnos ya que la alternativa al sistema democrático de gobierno, solo pueden ser dos: la monarquía o la dictadura. Por nuestra historia los uruguayos no somos afines al primero de los sistemas, por lo consiguiente nos queda el segundo.
La democracia no evita que se cometan errores, tampoco que se logre optimizar las decisiones colectivas, ni que personas con mala intención o incapaces puedan llegar al poder para aprovecharse de él y no para servir a la sociedad.
No nos promete un gobierno y una sociedad perfectos, esto debido a una razón muy simple: la perfección no existe en lo que al quehacer humano se refiere. La enorme virtud de la democracia consiste en ser un régimen de gobierno hecho a la medida de nuestras imperfecciones humanas. La superioridad de la democracia ante cualquier otro régimen que podamos considerar estriba en que, cuando un gobierno es malo, las instituciones permiten controlarlo y/o sustituirlo sin provocar una conmoción social. El gobierno actual evidentemente no ha cumplido, después de casi quince años de gobierno y con mayorías absolutas en el parlamento, con la mayor parte de sus promesas. Ha institucionalizado la mentira como dialéctica para ocultar su fracaso. Ha invalidado la independencia de la justicia al colocar lo político por encima de lo jurídico. No respeta la libertad de prensa y le molesta sobremanera la crítica a su gestión. No atiende la opinión de las minorías políticas legítimamente constituidas a las cuales avasalla continuamente imponiendo sus ocasionales mayorías parlamentarias. No respeta los derechos constitucionales de las personas, tampoco la propiedad privada.
Seguramente todo esto alienta los sueños totalitarios que constituyen la esencia de algunos grupos políticos que integran la actual fuerza de gobierno.
Sin dudas las próximas elecciones tienen una trascendencia crucial para nuestro país, el pueblo uruguayo con su voto limita o cambia a este gobierno a riesgo de perder los mejores valores que siempre nos han identificado como nación: la convivencia republicana y la democracia. Agustín Laborda