Tema ideológico y no de principios

Sin la presencia del presidente Tabaré Vázquez ni de su similar de Bolivia Evo Morales tuvo lugar el viernes la cumbre de presidentes en Santiago de Chile donde se suscribió el acta constitutiva para la creación del nuevo foro regional Prosur, con el que se busca sustituir a la Unión de Naciones Suramericana (Unasur).
Días previos a este encuentro, fuentes políticas del Frente Amplio habían adelantado que el gobierno podría integrar el foro, siempre que éste no se convierta en un “club ideológico”, pero si bien los voceros declinaron formular otros comentarios, no hacía falta ser un experto en cuestiones políticas para inferir que el hecho de que Venezuela no estuviera invitada para integrar el foro, ya sería suficiente para que Uruguay optara por no integrarlo.
Es que sistemáticamente los sucesivos gobiernos del Frente Amplio se han deshecho en excusas para no cuestionar y más aún para no dejar de acompañar la dictadura de Nicolás Maduro, como antes lo hizo con Hugo Chávez, a la vez de llegar al extremo con el gobierno de José Mujica de participar en cuestionados negocios con la nación caribeña por allegados a nuestro gobierno, además de rechazar una y otra vez todo intento de plantear la formación de una comisión investigadora parlamentaria sobre estos oscuros manejos.
El organismo precedente, la Unasur, se creó en 2008 a instancias del fallecido presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y es integrado hoy por Bolivia, Guyana, Surinam, Uruguay y Venezuela, dado que Chile, Argentina, Brasil, Colombia, Perú y Paraguay suspendieron en 2018 sus actividades ante la falta de consenso para nombrar un secretario general. Recientemente Ecuador se retiró del organismo que tiene su sede en las afueras de Quito y hasta le dará un nuevo destino al edificio de la sede internacional en esa ciudad.
Con total desfachatez, en el gobierno sostienen que el nuevo foro podría tener buen resultado si no se arma en “torno a un club ideológico” y sí en base a un “esquema de integración”, cuando de la mano de los sectores más radicales del Frente Amplio Uruguay ha participado, formado parte e impulsado cuanto foro internacional político de izquierda han inventado, solo con el fin de respaldar a los gobiernos ideológicamente alineados. Mujica llegó hasta sostener que “lo político está sobre lo jurídico”, para justificar las barrabasadas jurídicas que cometía, precisamente. Por eso no sorprende que ya desde antes el presidente Tabaré Vázquez había declinado la invitación de su par chileno Sebastián Piñera de participar en la cumbre para comenzar a sentar las bases del nuevo organismo.
A su vez el vicecanciller uruguayo Ariel Bergamino dijo que no hay razones que ameriten el ingreso de Uruguay al nuevo bloque y señaló que el planteo de la oposición nacional de que el fracaso de la Unasur fue por exceso de ideología es simplista.
“Reconocemos los problemas en los procesos de integración, que son complejos y no lineales, pero los problemas en las instituciones no se solucionan creando otras, sino generando análisis pormenorizados”, señaló. “Si luego no es posible mejorar y la solución es disolver las alianzas, hay mecanismos”, sostuvo.
Mientras tanto, una comitiva de la Cancillería de Chile viajó el viernes a Uruguay y mantuvo una reunión con las autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores y el objetivo era, entre otras cosas, conocer los argumentos de Vázquez para no concurrir a la cumbre de presidentes.
El punto es que los presidentes de Argentina, Mauricio Macri; Colombia, Iván Duque; Ecuador, Lenín Moreno; Paraguay, Mario Abdo Benítez; Perú, Martín Vizcarra y Brasil, Jair Bolsonaro, convergieron en Santiago, en tanto este sábado el presidente de Chile, Sebastián Piñera, indicó que la Unasur, fracasó por “exceso de ideologismo y burocracia”. El mandatario publicó un mensaje en sus redes sociales para enfatizar que “hace más de 5 años que los presidentes de América del Sur no nos reunimos. Unasur fracasó por exceso de ideologismo y burocracia”, recalcó.
El nuevo organismo regional fue propuesto por el presidente de Chile, Sebastián Piñera, y su homólogo colombiano Iván Duque para reemplazar a la Unasur. Pero Prosur no incluye al Gobierno de Venezuela, pues sus impulsores desconocen al actual presidente Nicolás Maduro.
Sin dudas, la argumentación “ideológica” de la Cancillería uruguaya es una flagrante contradicción con la forma en que ha actuado hasta ahora.
Lo que se debería decir desde el gobierno, para ser sinceros, es que se rechaza integrarlo porque si hay una ideología en el menú de Prosur, el verdadero reparo es que no es del signo con la que sintoniza el Frente Amplio. Pero en los hechos no se necesita esta aclaración porque es sabido urbi et orbi cuál es la política exterior de Uruguay, que es capaz de sacrificar hasta el país para respaldar las dictaduras socialistas de América Latina.