“Se ingresa al otoño con situación forrajera en campos de basalto mucho mejor al año pasado”

“Estamos ya en el último mes del otoño, y está claro que el comportamiento de los campos no ha sido igual en los tres meses de su duración”, señaló a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Marcelo Pereira Machín, dejando en claro que de todas maneras, “se ingresa al otoño con una situación forrajera en establecimientos del basalto, que es mucho mejor a la del año pasado”.
El coordinador de la Regional Litoral Norte del Plan Agropecuario sostuvo que “en marzo se registraron buenas tasas de crecimiento y se logró juntar forraje; en abril fue menor y sensiblemente menos en mayo, ya que este mes se parece mucho a junio, que es el peor mes del año en crecimiento de pasto”.
Ahora bien, el profesional sostiene que “tuvimos un verano muy bueno, en donde se destacó el mes de enero con lluvias muy por encima del promedio en el basalto. Algunos predios tuvieron tasas de crecimiento del orden de 52% más del promedio de los últimos 15 años, lo que significa que se produjo mucho pasto”.
Todo esto determinó que a principios del mes de marzo, en el comienzo del otoño, “se apreciara una situación totalmente contrastante con la del año pasado, cuando la sequía impactó en los campos”.
En términos promedio de establecimientos del basalto, Pereira indicó que “tuvimos 31% más en enero, 14% más en febrero, y luego las tasas de crecimiento disminuyeron sensiblemente. Hay lugares en el departamento de Paysandú, Salto y Artigas, en donde las lluvias faltan hace más de un mes, determinando que muchos mejoramientos, especialmente quienes realizan especies anuales con lotus rincón, recién estén naciendo”.
Toda lluvia que venga de aquí en más vendrá muy bien, y es de esperar que haya buen crecimiento en el otoño, “porque el partido está jugado”, agrega. Pero aclaró que “aquellos productores que cerraron algún potrero en el otoño, tendrán buen forraje para adelante”.

RECOMENDACIONES

Reiterando conceptos que ya comentó Pereira anteriormente en esta página, manifestó que “lo ideal es cerrar algún potrero en el otoño, bajándolo previamente a 3 o 4 centímetros, dejarlo juntar pasto en los meses de marzo, abril y mayo, para tener forraje de calidad durante junio, julio y agosto, cuando el pasto prácticamente no crece”.
Explicó que “cuando uno tiene forraje de mala calidad, con pequeñísima suplementación proteica, se puede mantener el estado del rodeo de cría, o mantener la recría, e incluso mejorarla”.
En términos generales, para Pereira Machín “el país va a pasar mejor el invierno, a pesar de que hay algunos pronósticos que dicen que el invierno vendrá muy duro, aunque otros sostienen que no será para tanto”. De todas formas manifestó que “las crisis forrajeras en invierno existen y por eso es bueno cerrar potreros en el otoño”.
La otra recomendación de Pereira Machín es que va a pasar el invierno y vendrá la primavera, y el productor tiene que cerrar potreros para acumular forraje para el verano, porque esta es la estación con mayor variabilidad, “y podemos tener mucho pasto, como este, o nada, como el verano del año pasado”.

DOTACIÓN AJUSTADA

“Lo más importante para poder hacer estos cierres, es contar con la dotación ajustada”, subrayó Pereira. Este año se generó pasto “porque se ajustó la dotación, porque llovió mucho y eso no ocurre normalmente”.
Tener la carga ajustada, permite “sistemáticamente que se pueda trabajar con pasto, lo que es importante pensando en la sequía del verano, y que el pasto en la primavera sobre”.
De ahí que desde el Plan Agropecuario se venga pregonando en “cerrar determinadas áreas de campos en la primavera, para contar con un banco de forraje que oficie de seguro para situaciones difíciles”.