Apagón en “barrio” complicado, los subsidios y los populismos

En un domingo en el que un enorme apagón dejó sin electricidad a prácticamente toda la Argentina y parte de nuestro país –en este último caso en una escala mucho menor y con solución más rápida– con prontitud empezó a circular vía WhatsApp un comunicado del Comité de Comunicación del Frente Amplio, para explicar el origen del problema y sobre todo aclarar que éste no era responsabilidad del gobierno de Tabaré Vázquez, sino del país vecino.
La nota indica que “la falla en sí la están viendo en Argentina, allí los apagones y cortes son comunes, la privatización total generó falta de inversión y problemas serios”, al hacer referencia a un problema que todavía se está investigando en la vecina orilla, aunque lo que se sabe hasta ahora es que se trató de “un mega apagón” originado en una falla en el sistema eléctrico argentino que afectó gran parte de Argentina, Uruguay, y ciudades de Brasil, Paraguay, Bolivia y Chile. Agrega el comité frenteamplista que “Uruguay y Argentina tienen un sistema eléctrico común prácticamente, con un grado de interconexión enorme, fundamentalmente a través de Salto Grande. Eso tiene enormes ventajas para la venta de energía, pero también tiene riesgos”, en tanto en Uruguay “nunca hubo falta de energía; ocurre que el sistema eléctrico basa su funcionamiento en un equilibrio, que se mide cada fracción de segundo, entre consumo y generación”. Entonces, “al producirse esa caída gigantesca del consumo en Argentina, que provocó un bajón enorme en la frecuencia 50 Hz, los seguros de nuestro sistema apagaron para protegerlo de daños”.
El comité agrega que las interconexiones son importantes “ya que nos permiten intercambiar energía obteniendo grandes beneficios económicos”. Además, si el corte hubiera sido en Uruguay, “los países vecinos nos respaldan”, dice la nota. “El problema es que cuando es al revés los vecinos son muy grandes comparados con nosotros y nos afecta”, indica el comunicado.
Buena parte de lo que se expresa en esta “comunicación” de parte interesada puede darse como cierta, descontando evaluaciones subjetivas que intentan llevar agua para su molino y desvirtúan la realidad al considerar que la culpa es de la inversión privada, cuando precisamente en la Argentina lo que se hizo por el régimen populista de los gobiernos K fue intentar mantener artificialmente baja la factura de electricidad y gas, trasladando subsidios desde el Estado a las empresas. Por otra parte, la versión de los “50 hz” que causaron el apagón y que publicaron con tanta seguridad –tanta como que la culpa es de las privatizaciones–, fue desmentida inmediatamente desde Argentina, donde aclararon que no se puede aún determinar el disparador del fallo en cadena, y ni siquiera señalar con exactitud dónde “saltó la llave” primero.
En la Argentina kirchnerista, la intención era que éstas mantuvieran el servicio a precio deprimido pero sin estar en condiciones de encarar inversiones para mantener en mejores condiciones la distribución y modernización de las redes, lo que se está pagando ahora con serios problemas en los servicios y la distribución, así como aumento de tarifas para llevarlas a la realidad ante el enorme aumento del déficit fiscal que trajeron aparejados los subsidios. Cabe aclarar que aún ante el desastre dejado por el gobierno populista y los aumentos que se han tenido que hacer en los últimos años, actualmente los argentinos pagan una tarifa mucho menor por la electricidad que los uruguayos, que nos “beneficiamos” de tener a UTE, una empresa monopólica en manos del Estado.
Ergo, los argentinos –fundamentalmente los porteños– tuvieron servicios mucho tiempo a precios regalados falseados por el subsidio que financiaron los ciudadanos de todo el país.
En suma, se rifaron miles de millones de dólares –sin contar la enorme corrupción de los gobiernos K, que más que “rifar” es robar– en mantener precios artificiales por demagogia e intereses electorales. Lo que hizo el gobierno de Macri fue dejar que los precios se acercaran a su verdadero nivel sin subsidios, con el consecuente golpe demoledor para la ya maltrecha economía de los hogares argentinos.
Es decir que hay grandes omisiones en la “información” que ofrece este comité de comunicación del Frente, que defiende además las “grandes inversiones en generación” de UTE, lo que contrasta con lo que ha denunciado el sindicato del ente en varias ocasiones. Sí es muy cierto que estamos lejos de padecer los problemas de suministro eléctrico que se dan en la vecina orilla, como así también es muy cierto que los usuarios de UTE han solventado con tarifas caras y sobreprecios las inversiones que se han realizado, incluso en el área de la generación con propulsores renovables, además de volcarse gran parte de lo recaudado de más a Rentas Generales para tapar agujeros que deja el déficit fiscal por el gasto público inflado sin ningún raciocinio.
También es cierto que no es lo mismo una red para 3,5 millones de habitantes, que otra para 40 millones de personas distribuidas por un país que es casi un continente de grande.
Lo que sí es verdad sin punto de discrepancia es que más allá de los problemas de nuestros vecinos y de los nuestros, tiene razón el presidente de UTE, Gonzalo Casaravilla, al explicar que Uruguay y Argentina “están interconectados hace años”, y que si bien básicamente desde el punto de vista energético, Uruguay “es absolutamente autosuficiente y podríamos desconectarnos de Argentina”, hacerlo sería una muy mala decisión, porque “en el barrio trabajamos en equipo”, y nunca se sabe cuando uno va a necesitar del otro.