El aporte sanducero del Aguada campeón

El brillante campeón de la Liga Uruguaya de Básquetbol 2019, Aguada, tuvo a un sanducero entre sus filas, quien ya es una suerte de talismán en este certamen. Sebastián Izaguirre, ala pívot de 2,6 metros de altura, conquistó de esta manera su quinto título en la Liga: luego de ganar con Trouville, Defensor Sporting y Hebraica Macabi –dos veces–, ahora le tocó con el aguatero tras una serie final de infarto ante Malvín y que se definió en el último partido (4-3).
“Es difícil encontrar una razón en particular”, señaló el “Tallarín” a EL TELEGRAFO respecto a los motivos por los cuales Aguada logró este éxito en medio de una temporada en la que pasaron por el club tres entrenadores (Fernando Cabrera, Germán Cortizas de forma interina y Miguel Volcan).
“Tuvimos que volver a acostumbrarnos a un nuevo sistema de juego y de entrenamiento. Después vinieron las lesiones de los extranjeros. A todo esto debimos sobreponernos y el equipo lo pudo hacer, y esas cosas te fortalecen”, ahondó el sanducero quien en la ciudad arrancó en el Club Remeros –de donde tiene el recuerdo de Julio Britos y Montes de Oca–, luego pasó por AEBU y más tarde a Touring, bajo la tutela de Jorge Cabrera.
En relación a su desempeño particular en este Aguada, Izaguirre dijo que fue “un año entreverado”, en consonancia a como se venían dando las cosas en la institución. “Al principio el equipo tenía altibajos, no encontrábamos nuestro juego, y cuando el equipo no juega me cuesta encontrar mi lugar en la cancha. Después al final de temporada fui encontrando mi rol, este año tenía en mi puesto un jugador extranjero con muchos puntos en la mano y a veces se hacía complicada la rotación. En el momento que pude jugar, pude aportarle al equipo más allá de los puntos, como la fluidez ofensiva y defensa”.
El exjugador de Paysandú BBC señaló que en las finales con Malvín el haber contado con esa ventaja de 3-1, en la que parecía que Aguada daría el golpe de gracia en el siguiente juego, “fue muy importante” pese a que el título recién llegó en el séptimo encuentro. “Aprovechamos eso como experiencia. Para ver qué teníamos que mejorar. Luego, el séptimo fue sumamente parejo, estaba para los dos. Pero Aguada al final estuvo mucho más claro” para ganarlo, argumentó.
Izaguirre también destacó “el condimento que tuvo que jugar en el Antel Arena. Fue algo histórico y todo un espectáculo. Más que nada habiendo llegado (a la definición) con hinchadas muy populares”.
El ala pívot sanducero terminó el campeonato con un fuerte golpe en el cuadriceps, lo que le impidió acudir a los festejos de su equipo. Su plan es tomarse unos días de descanso y luego pensar en el futuro. Con Aguada tenía contrato por una temporada y por el momento no sabe qué rumbo tomará en los próximos meses.