El camino de las elecciones internas

En el día de hoy se celebran en nuestro país las denominadas “elecciones internas”, una instancia electoral cuyas actuales características son el fruto de cambios en nuestra Constitución Nacional que fueron realizados hace casi veintitrés años.
Esta reforma constitucional tuvo su origen en una convocatoria formulada por el entonces Presidente de la República, Julio María Sanguinetti, a los líderes de las cuatro fuerzas políticas mayoritarias (Partido Colorado, Partido Nacional, Frente Amplio y Nuevo Espacio) el 22 de marzo de 1995, a tan sólo veintiún días de asumir su presidencia. Entre otras modificaciones, el proyecto sometido a votación de la ciudadanía (y que resultara finalmente aprobado) establecía el actual sistema de elecciones internas, un candidato único a la Presidencia por cada partido, el mecanismo de balotaje y la separación en el tiempo de las elecciones nacionales y departamentales, etcétera. En ese momento el Nuevo Espacio estaba liderado por el hoy senador frenteamplista Rafael Michelini.
Las negociaciones entre los cuatro partidos se extendieron por varios meses y causaron diferencias internas en casi todas las fuerzas políticas. Muchos dirigentes de los partidos tradicionales se opusieron a la reforma debido a que ese proyecto terminaba con las llamadas “cooperativas de votos” que habían permitido acceder a cargos de diputados a candidatos con un escaso caudal electoral propio. Intendentes como el nacionalista Villanueva Saravia en Cerro Largo o el colorado Walter Riesgo en Rivera apoyaron e hicieron campaña por el NO, opción que triunfó en esos departamentos. El expresidente Jorge Batlle dejó en claro que los dirigentes medios del interior “trabajaron en contra de la reforma”, de modo silencioso, en el “boca a boca”. En el caso del Frente Amplio, que finalmente se retiró de las negociaciones y apoyó el NO, las divisiones internas por este tema afectaron a una de sus figuras históricas.
En efecto, el 5 de febrero de 1996, en un discurso pronunciado durante los festejos del 25º aniversario de la creación del Frente Amplio, el General Liber Seregni presentó su renuncia a la Presidencia de ese partido, por entender que la Mesa Política había desconocido su autoridad para negociar con los demás partidos políticos la referida reforma constitucional. En su discurso, pronunciado en la explanada de la Estación General Artigas de la ciudad de Montevideo, Seregni expresó: “¿Cómo podría yo negociar o acordar con el gobierno ni con los otros partidos políticos con ese menoscabo de la credibilidad y la confianza? (…)
No estoy en condiciones de negociar con el gobierno ni con los otros partidos políticos. Esto no le conviene y no le sirve al Frente Amplio y lleva indefectiblemente a que yo no pueda permanecer ni un momento más en la presidencia (…) Nunca fui y no soy oportunista, he tomado esta decisión como producto de un proceso de racionalidad política y quiero que así lo vean y lo comprendan ustedes, que así lo vean ustedes, compañeros. Presento esta, mi renuncia, de carácter indeclinable”. Las heridas causadas por esa resolución de la Mesa Política del Frente Amplio permanecieron abiertas durante mucho tiempo. Cinco años después, Seregni no fue invitado al festejo del 30º aniversario del Frente Amplio que tuvo lugar en febrero del año 2001. Uno de los fundadores del Frente Amplio, su primer candidato a la Presidencia y uno de los presos políticos más emblemáticos de la dictadura que soportó en silencio y dignidad la tortura y la prisión, era dejado de lado en un festejo tan especial.
Finalmente, la Mesa Política del Frente Amplio, con el apoyo de Tabaré Vázquez, se opuso a la reforma constitucional que había respaldado en el inicio de las negociaciones y que modificaba un sistema electoral criticado por esa fuerza política, introduciendo algunos mecanismos que recogían sus postulados históricos. En efecto, en la “Declaración del 7 de octubre de 1970” del Frente Amplio, el artículo 5º expresaba que la “‘Ley de lemas’ y el Art. 79 de la Constitución oponen a la libre expresión electoral obstáculos que es urgente que los dirigentes de las fuerzas políticas superen, si es que se desea sinceramente instituir a la ciudadanía la auténtica disposición de su destino y evitar que continúe la falsificación de su voluntad”.
En el mismo sentido se expresó ese mismo año el abogado y catedrático en Derecho Constitucional Alberto Pérez Pérez, de notoria filiación frenteamplista, quien sostuvo “las consecuencias de este régimen son funestas para la sinceridad del sufragio; un elector colorado opositor, por ejemplo, puede estar dando inconscientemente su voto para un continuador del actual gobierno, o viceversa, y sólo se sabrá a ciencia cierta cuál de las dos cosas ha sucedido después del escrutinio” (…) “El sistema mayoritario a una sola vuelta con doble voto simultáneo no debe ser mantenido. Es la fuente de las artificialidades más grandes de nuestro régimen político, y lleva o puede llevar a que una minoría (aunque sea relativamente mayoritaria) llegue a la Presidencia de la República y disponga del poder real enorme que ha desarrollado este órgano, mantiene artificialmente unidos a partidos independientes, y opera como lastre para impedir su redistribución racional de acuerdo con factores ideológicos”. A pesar de que la reforma constitucional de 1996 consagraba varias de las iniciativas defendidas por el Frente Amplio, su Mesa Política y Tabaré Vázquez se opusieron a la misma, causando el aislamiento y la posterior renuncia del General Seregni.
Finalmente, la reforma constitucional (apoyada por el Partido Colorado, el Partido Nacional y el Nuevo Espacio) fue aprobada por una mínima diferencia en el plebiscito celebrado el 8 de diciembre de 1996. Si bien el voto fue obligatorio y se produjo una alta participación de votantes (86%), el margen de ventaja fue tan ajustado que recién el 7 de enero de 1997 se conocieron los resultados definitivos: el SI ganó por apenas 9.102 votos, alcanzado el 50,45% de los votos emitidos. La opción por el rechazo al proyecto alcanzó el 49,55% de dichos votos. Paysandú fue uno de los cuatro departamentos del Interior donde la opción por el proyecto no fue aprobada ya que el SI alcanzó tan sólo 44,6%, siendo superado en un 8% por los votos del NO.
Al comentar los resultados, el hoy senador del Frente Amplio Rafael Michelini, que apoyó el SI, expresó en ese momento que “Ha ocurrido un milagro, que es que la opinión pública del país sobrepasó votando el SI, a lo que son los aparatos más organizados del país. Desde los caudillos tradicionales que empujaron el NO, que realmente tienen una capacidad de convocatoria muy grande, los sectores radicales del Frente Amplio que son los mejores organizados; el Pit Cnt que tiene una gran organización y con el temor que se engendró en las organizaciones de jubilados”.
Más de dos décadas nos separan de una reforma constitucional que introdujo un cambio fundamental del sistema político electoral de nuestro país. El dilatado y complicado camino que llevó a su aprobación no debe apartarnos de lo principal: hoy es un día en el cual todos los uruguayos, sin distinciones, debemos ejercer nuestro derecho a votar ya que nuestra participación ayuda a reafirmar un espíritu democrático que, afortunadamente, está en el ADN de nuestro ser nacional.