Solicitada

LA DEMOCRACIA NO ES PARA PROTEGER DELINCUENTES

Llama poderosamente la atención el cuidado que tiene el gobierno de no introducir el bisturí a fondo con la delincuencia. De hecho las cárceles están a cargo de estos últimos, o al menos de los presos más pesados que mandan y preparan a los recién ingresados como si fuera una universidad del delito. Por otra parte en el orden de reprimir, a aquel delincuente que ya cometió su fechoría no se le puede disparar en el intento de detener su huida. Como si esto fuera poco, sin prisa pero sin pausa, se implementa el desarme civil para que el ciudadano atacado no tenga defensa, y si la tuviera quede emplazado como delincuente en igual o peor situación que su agresor al no tener respaldo legal el arma usada en su defensa. Algo que al delincuente poco le importa en su extensa foja delictiva, ya que las penas no son sumatorias, se castiga por la más grave. ¡¿Qué le hace una raya más al tigre?!
No se quiere sacar militares a la calle porque según dicen no están capacitados para la función, pero en realidad este nerviosismo está radicado en su marcialidad y manejo de armas que sin dudas horadaría a la comunidad delictiva. De hecho a la fuerza policial sanducera se le retiraron todas las armas largas hace poco tiempo atrás trasladándolas en un camión con rumbo desconocido. Seguramente a su destrucción, como sucede con las armas registradas de los civiles cuando les encuentran una mínima irregularidad, o la inventan con exigencias fuera de lugar los jerarcas policiales de cada departamento según su criterio para justificar lo injustificable, trancando el THATA que autoriza su tenencia, correspondiendo así a los mandados del Sr. Ministro del Interior. Se pretende bajar la cantidad de efectivos de filas castrenses y se acaba de votar la eliminación de cargos cuando existe una iniciativa de la oposición a ser plebiscitada, que de tener la aprobación ciudadana haría uso de esta fuerza para el combate a la delincuencia. Sin embargo se nos impone bailar al compás del son oficialista, bastante desafinado por cierto, que solo adquiere lógica cuando nos expresa su visión de Venezuela como una democracia, pues esto nos hace pensar y reflexionar: ¿Será que ha vuelto a tener vigencia la estructura delictiva tupa, amparada por la ola de inseguridad que por alguna razón se le ha dado rienda suelta? ¿Será que tarde o temprano nuestro pueblo se verá afectado, convirtiéndose en una democracia a la venezolana como la considera la precandidata del MPP Carolina Cosse y más de la mitad del FA?, enfrentándose a la mayoría de la comunidad internacional en una defensa a capa y espada.
¿Será por esto sus temores a una sociedad armada aspirando a que fuerzas policiales y militares respondan a sus intereses totalitarios si llegara el momento? No olvidemos que la última dictadura encontró puntos de encuentro pactando con muchos líderes del actual gobierno. Al punto de no salir a defender la democracia en una primera instancia pensando que los golpistas revestían su ideología. Como broche de oro el pacto del club naval abrió el camino para su libertad sin una razón legal, (al igual que otra gran cantidad de delincuentes en el primer gobierno del FA). Muy a pesar de haber atentado contra la democracia a través de las armas, volvieron al tapete como si fueran los héroes que lucharon contra la dictadura. Por otra parte la masa del pueblo en su lucha por recuperarla, independientemente de su ideología, sirvió como carne de cañón. Javier Pizzorno, edil del Partido Nacional.