De ser protagonistas fuera de fronteras a desvivirse por el Campeonato Uruguayo

Atrás, muy atrás en el tiempo, quedaron aquellas consagraciones inolvidables de los grandes en los torneos internacionales. Peñarol y Nacional se acostumbraron a ser grandes protagonistas dentro del continente, pero las cosas han cambiado sensiblemente. Tanto, que son demasiadas las generaciones que ni siquiera vieron campeón de América a Peñarol en 1987, o campeón de América y el mundo a Nacional un año más tarde.
Pasó el tiempo. Pero tampoco demasiado, aunque el drástico cambio de realidades parezca señalar otra cosa. La realidad dice que cualquier club de América se frota las manos a la hora de saber que enfrentará a un equipo uruguayo en cualquier torneo internacional.
Es verdad que no faltan las ganas, la confianza en que se dará batalla, pero el común denominador es que equipo uruguayo que juegue la Sudamericana o la Libertadores, queda sin chances demasiado rápido para sus aspiraciones.
El martes, Peñarol quedó eliminado en octavos de final de la Sudamericana, y anoche se despidió Wanderers. El miércoles, Nacional le dijo adiós a la Libertadores.
Hace demasiado tiempo que no hay una actuación esperanzadora de un equipo uruguayo en el ámbito internacional. Peñarol arañó la gloria en 2011, cuando fue subcampeón de la Libertadores tras caer con el Santos. Luego, quedó eliminado en fase de grupos en 2012, 2013, 2014, 2016, 2017, 2018 y también este año. Cada participación fue una decepción más para el hincha y el fútbol uruguayo.
En la Sudamericana, el carbonero quedó eliminado en octavos de final en 2004, al igual que en 2010. Y se despidió en primera fase en 2013, en octavos al año siguiente, mientras que en 2016 no pudo pasar la primera fase. El año pasado se quedó con la segunda etapa de la competencia, y en esta versión 2019 se despidió en octavos, tras caer en los dos partidos ante un Fluminense que lucha por escaparle al descenso en Brasil. En Nacional las cosas no son muy diferentes. En la Sudamericana, fue semifinalista en 2002, y luego todos fueron tropiezos: se quedó afuera en octavos del torneo de 2003, en cuartos de final en 2006, y en segunda fase en 2011, 2012 y 2015.
Lo más destacado de los últimos tiempos para Nacional en la Libertadores, fue llegar a las semifinales en 2009. Después, más allá de clasificar a cada edición del torneo, solo sumó golpes: quedó eliminado en la fase de grupos en 2011 y 2012; en octavos en 2013; en la primera fase en 2014 y en 2015; en cuartos de final en 2016; en octavos en 2017 y en la fase de grupos en 2018. Ahora, en esta versión 2019, se despidió en octavos de final tras perder los dos partidos, de local y visitante, frente al Inter de Porto Alegre.
Cada año los hinchas se ilusionan con volver a pisar fuerte en el ámbito internacional, pero cada participación se cierra temprano y mascando bronca: la realidad baja esa ilusión a cachetazos.
¿Los motivos? Son innumerables. Pero lo cierto es que el fútbol uruguayo sigue perdiendo terreno a nivel de clubes en las competencias internacionales, y el hincha terminó por acostumbrarse a festejar lo único a lo que se puede aspirar: un Uruguayo.