Un pequeño gran paso por la salud del Interior

Un hito de indudable significación constituye para el norte del río Negro y el Interior todo, por extensión, que en el marco de las Primeras Jornadas Internacionales de Patología Neurovascular se haya puesto en funcionamiento oficialmente en las últimas horas el angiógrafo digital neurovascular del Hospital de Tacuarembó, instalado en abril de este año.
A la vez de contarse con la presencia de destacadas figuras del ámbito de la salud a nivel nacional e internacional, en la oportunidad se llevaron a cabo procedimientos de neurorradiología transmitidos en directo al anfiteatro docente del Hospital.
Desde el Ministerio de Salud Pública se destaca que este angiógrafo digital, el más moderno del país, permite realizar procedimientos a nivel encefálico, cardíaco y vascular periférico y servirá para tratar enfermedades del aparato vascular del cuello y del cerebro, como aneurismas cerebrales y malformaciones arteriovenosas, entre otras. Está instalado en una sala híbrida con un mix de alta tecnología.
Debe tenerse en cuenta que el Centro Regional de Neurocirugía de Tacuarembó (Cerenet) funciona desde 2001 y hasta el momento ha tratado a más de 9.000 pacientes, en tanto en 2008 fue declarado de interés nacional por el Parlamento. Según indicó el director del centro, Dr. Ciro Ferreira, la puesta en funcionamiento de este equipo “mejorará la calidad de vida no solo de la población del norte, sino de todo el Interior, tanto del sector público como del privado” y disminuirá los costos de la contratación de este tipo de servicios en el sector privado en Montevideo, donde ASSE invierte aproximadamente dos millones de dólares cada año.
Este equipamiento, incorporado a un costo de 756.000 dólares, completa el desarrollo imagenológico del centro de salud, por lo cual se espera que ASSE concrete la instalación del reclamado Instituto de Medicina Altamente Especializada (IMAE) cardiológico en este departamento.
A la vez, esta incorporación también complementa la instalación y entrada en funcionamiento, el 17 de agosto de 2017, en Salto, del primer Instituto de Medicina Altamente Especializada (IMAE) en cardiología fuera de Montevideo.
Es que antes de esta fecha, todo habitante del país que sufriera una complicación cardíaca y necesitara una intervención compleja de alto costo tenía que trasladarse a Montevideo, donde se concentran los otros seis centros especializados, cinco privados y uno público, en la zona del obelisco.
En casi dos años de funcionamiento, el IMAE cardiológico de Salto ha recibido a más de mil pacientes, de los cuales la mitad es de Salto, así como el resto de Artigas mayoritariamente, Paysandú, Río Negro, Soriano, Tacuarembó y Rivera, entre otros.
La regionalización de la medicina, y en este caso a través de una asistencia cardíaca especializada ágil, dado los avances tecnológicos, con sencillez y rapidez, es un gran cambio en el esquema sanitario de Uruguay, donde la hiperconcentración de servicios en Montevideo ha flechado la cancha hacia el sur y dejado a los habitantes del norte del río Negro sobre todo con mucho mayor riesgo de morbimortalidad por este tipo de afecciones. Cuando una persona sufre un infarto, el tiempo es todo, porque minuto a minuto el corazón va muriendo, al punto que se considera que este músculo es irrecuperable cuando se superan las dos horas desde que ha ocurrido el episodio.
Ergo, la distancia al centro de tecnología es clave en la calidad de atención, y en esta situación los departamentos ubicados al norte del río Negro disponen de un IMAE cardiológico que está a menos de dos horas de distancia de los departamentos vecinos, cuando el anterior traslado obligatorio a Montevideo, mucho más extenso, dejaba en muchos casos la vida de los pacientes pendiendo de un hilo o directamente se llegaba tarde.
Por su alto costo, estas operaciones son financiadas por el Fondo Nacional de Recursos (FNR), lo que asegura que afiliados tanto a prestadores públicos como a privados de salud puedan acceder. Desde su entrada en funcionamiento, en el caso del IMAE de Salto aproximadamente el 40% de los pacientes fueron de ASSE y el resto de la Federación de Prestadores Médicos del Interior (Fepremi).
Lograr la habilitación del Ministerio de Salud Pública primero, y del FNR después, no fue una tarea sencilla, si tenemos en cuenta que, por ejemplo, los reclamos y trámites se hicieron sentir desde 1984, cuando médicos y vecinos del litoral oeste del país se agruparon para exigirle al Estado la descentralización de los servicios de salud especializados en cardiología.
La doble aprobación fue posible gracias al convenio que la Sociedad Médica Quirúrgica de Salto firmó con el Sanatorio Americano, en Montevideo, donde está el IMAE con mayor número de intervenciones realizadas, según el FNR. El arreglo pautado fue que el centro de salud al norte funcionara como una extensión del capitalino, para hacer diagnósticos y angioplastias.
Igualmente, algunos procedimientos requieren la experiencia de los médicos de Montevideo. Por eso, en principio, un equipo del Sanatorio Americano se traslada frecuentemente a Salto para las operaciones coordinadas, y para las que son de urgencia hay un helicóptero.
Esta regionalización y desconcentración es solo un primer paso, aunque en un área muy importante, ya se habían dado avances muy significativos también en el norte del río Negro con el centro de neurología de Tacuarembó, cuya área de influencia podría decirse que es similar, pero ha planteado mayores dificultades de conexión por el estado de la red de carreteras, al punto que ya desde departamentos como Paysandú, el traslado implica dificultades que a veces no compensan intentar cubrir igualmente la mayor distancia que plantea Montevideo, pese a todo.
La instalación de un IMAE, por lo demás, siempre plantea desafíos adicionales a la del logro de las habilitaciones y recursos para concretarlo, pues requiere infraestructura material y de recursos humanos que se tiene a mano solo en Montevideo, y se trata por lo tanto de un proceso incluso de evolución en cuanto a formación de profesionales, su radicación, apoyo en laboratorios y otras áreas conexas que implican una movida adicional que hasta ahora no se había emprendido.
Asimismo, deben ponerse sobre la mesa otros elementos, como la creación, formación y mantenimiento de la transformación de las instituciones en centros docentes, vinculados a la Escuela de Graduados de la Universidad de la República, entre otros ingredientes de una problemática muy compleja y cuyo común denominador o consecuencia más manifiesta es la menor disponibilidad de médicos y personal técnico en el Interior como un problema crónico del Uruguay.
La instalación y funcionamiento del primer IMAE cardiológico en el Interior no ha sido soplar y hacer botellas, pero seguramente con el paso del tiempo se irá consolidando el funcionamiento del IMAE cardiológico salteño, a medida que se vayan venciendo resistencias y se consolide como centro de referencia, como ocurre con el centro neurológico de Tacuarembó, el IMAE que se instale en ese departamento y otros centros que gradualmente sean parte de la descentralización de alta tecnología.
Pero este aspecto necesariamente debe ser complemento de una red de prevención, detección y tratamiento en las acciones integrales en materia de salud, que por regla general son insuficientes y llegan solo en una pequeña parte a los rincones del interior profundo. Hacia este objetivo debemos seguir insistiendo.