El Pasado en sala 1° de Julio de El TELEGRAFO

El director iraní Asghar Farhadi llegó algo tarde al “boom” del cine se su país, que se lanzara al mundo a fines de la década de los noventa con películas como “El sabor de las cereza”, “La Manzana” o “El Globo Blanco”. Pero eso, en vez de ser un problema para su carrera sirvió para que, cuando estrenara en el 2011 su filme “La separación” no tuviese ninguna competencia y pudiera así ser el único director iraní que, en ese momento, presentara un cine a la vez diferente y profundamente emocional.
El éxito de esa notable película le abrió las puertas del mercado cinematográfico mundial y el año pasado vimos “Todos lo saben”, una película que Farhadi filmara en España protagonizada por Penélope Cruz, Javier Bardem y Ricardo Darín. Pero antes de fusionarse tan a gusto con tales talentos españoles, había hecho lo mismo pero en Francia. Porque “El Pasado” transcurre en París y su protagonista femenina es la bella y excelente Bérénice Bejo, a la que conociéramos en “El Artista”, pero que aquí tiene un papel mucho más exigente. Sin romper los lazos con su tierra, el director coloca también un personaje que llega desde Teherán que no es otro que el exmarido. Viene a terminar con los trámites del divorcio. Conocerá a la actual pareja de su exesposa por lo que podría pensarse en un melodrama romántico en el que tal relación se irá complicando a lo largo de la trama.
Pero estamos hablando de uno de los pocos verdaderos artistas que pueden verse en el cine actual, y si bien Farhadi no elude ni teme a los clichés, la historia se irá complicando por otros caminos, más imprevisibles, más profundos y más misteriosos. Ni qué decir tiene que, con esta misma trama, se podría hacer un filme de una melosidad insoportable que, sin embargo, aquí es totalmente evitada. El talento del director y su elenco para construir una trama humana y densa sin dejar de atrapar e interesar es algo que se ve pocas veces en el cine actual, tan dividido entre el pasatiempo puro y cierto cine de arte muchas veces, demasiado hermético para el público. Sin pretensiones y con las cartas sobre la mesa, el cine del iraní Farhadi, es tan honesto como puede serlo un arte nacido del conocimiento del alma humana.
La sala se habilita a las 19:30 con cortos y sinopsis y la entrada es libre y gratuita.